Bailemos-Edward C. Broussard.-

por Invitado Miér Jul 04, 2012 7:42 pm

Era miercoles por al noche, y aunque no fuera fin de semana ni viernes, mi mente deseaba que sacudiera mi cuerpo. Estaba en la callé, exactamente en la discoteca desde temprano, puesto, me habían llamado a el local una amiga, que trabaja en este a ayudarla en algunas cosas, en mi juicio común la habría mandado a comer de lo que ustedes entienden, pero, le debía un favor y yo sabía pagar. Por ende estuve en el lugar desde temprano, hasta que se hizo de noche, aún tenía todas las energías cargadas, me dedique a arreglarme, maquillarme, vestirme y perfumarme en el mismo baño del lócal para recibir a los clientes, esperen..¿Ya hablaba como si fuera parte del lócal?, ¿Qué rayos?, era una cliente mas, con privilegios. Salí del baño y ya se podía escuchar la música y las figuras jóvenes y mediantes llegar, aunque pocos se encontraban bailando, la mayoría estaba bebiendo, digamos, para noquiar su verguenza a la hora de danzar.

Mis tacones se hicieron conocer en aquel lugar, puesto eran rojos sangrientos, de punta perfilada, perfecta arma. Mis piernas estaban cubiertas por unos jeans a la medida, de color negro y llevaba una blusa que llegaba por encima de mi cintura, dejando notar el color pálido de mia abdomen, mis cabellos rojizos estaban ondulados, como melena ochentera parecía. No quise esperar demasiado y fui justo al grano, donde me acerque a la barra y pedí un.. -Whiskey Por favor.-Dije mientras me preparaban mi deseada bebida, miraba a las personas que rellenaban el lugar como si fueran presas y yo su fiera, reía por dentro, me estaba volviendo un tipo de animal. No tenía ni la remota idea de cual tipo de persona podría encontrarme en aquel lugar, por ende no estaba tan pendiente de quienes estuvieran allí, si no mas, de lo bueno que estaban.. ¿Si y qué?, las mujeres también le vemos la retaguardía a los hombres, aunque en su mayoría no posean. Me encogí de hombros hasta que miré una muy conocida, podría decir que aquel.. "Amigo" lo conocía de atrás adelante, la chaqueta, los zapatos, el pantalón, como tenía su cabello e su color, y como se escuchaba su voz de lejos, podría reconocer todos aquellos detalles de mi querido amigo, el cual detestaba tanto, que lo extrañaba aveces.

Me encaminé hacía donde se encontraba, pero de pronto, en el justo instante en el que empecé a caminar, todos tuvieron la maravillosa idea de "Bailar" mientars cruzaba la pista para hablarle, entonces, de la nada estaba rodeada de personas, bailando y como toda chica sería que soy, me quede disfrutando de el olor a aromas convinados en aquella pista mientras bailaba al rededor de todos, dejandome llevar.

por **Edward C. Broussard** Jue Jul 12, 2012 5:25 pm

Miércoles, el ombligo de la semana como decía mi madre. Era el día que más detestaba pero no tenía opción, tenía que soportarlo aunque por lo menos no tenía clases durante el día; pero eso era otro problema, significaba que no tendría nada que hacer en la mañana y eso me molestaba demasiado. Suspiro en mi cama después de haber jugado un buen rato con el playstation 3.

Miro al techo y lo único que se me ocurre para poder perder tiempo el día de hoy o más bien para terminar el día sería ir a la discoteca. No era muy fan de ir a esos locales pero en situaciones como esta no había opción. Tal vez pudiera desvelarme, mañana tampoco tendría clases si no mal lo recuerdo. Sonrío por eso porque ya tenía un plan para la noche. Me levanto de mi cama y comienzo a buscar lo que me iba a poner para luego meterme a bañar. En 40 minutos ya estaba listo y creo que me había tardado de más pero el baño de alguna forma había sido relajante. Creo que había sido demasiado relajante al grado de que hasta para vestirme me había tardado. Sin duda no tenía prisa.

Spoiler:

Varios minutos después ya me encontraba en la discoteca viendo que había llegado a una hora adecuada: apenas iba llegando la clientela. Sonrío por eso y entro, buscando con la mirada algún conocido que anduviese perdido igual que yo o algo así. Pero sorpresa me llevo al ver que quien se encontraba a unos pasos de mi era nada más y nada menos que Lucifer. Esa chica en vez de hacerme enojar me hacía reír, me caía bien. Quiero acercarme a ella pero comenzó el baile, así que no quedando de otra comienzo a bailar para poder llegar a la chica peliroja. Al llegar, la tomo de la cintura y sigo bailando para no desencajar.

-No novia, cuánto tiempo sin verte-

Dije alzando un poco la voz para que me escuchara. La observo bien y si, era esa chica que me encantaba molestar pero también le tenía cariño, de alguna forma.

Bailemos-Edward C. Broussard.-

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