La falta de experiencia es mala |Jonathan|

Sí, la verdad es que era bastante extraño verme a mí por aquellos lugares. La biblioteca no era un lugar que yo frecuentase demasiado, no por nada en especial, si no porque me costaba demasiado quedarme en completo silencio. Todas las veces que había ido me habían llamado la atención y en muchas ocasiones habían tenido que hasta expulsarme de la sala. No era culpa mía, yo era así, era un culo de mal asiento y no podía mantenerme callada ni quiera durante más de 10 segundos, además, la bibliotecaria era demasiado estricta y tenía una cara de amargada que tiraba para atrás.
Hoy quisiera o no tendría que comportarme, necesitaba buscar información sobre una de las empresas más importantes del mundo para realizar un trabajo que nos habían mandado en la última clase. Sí, lo primero que había hecho había sido visitar la sala de ordenadores, pues era mucho más fácil buscar allí la información, pero para mi desgracia estaban todos ocupados y parecía que iba para largo y yo no podía permitirme perder tanto tiempo, así que la única opción que me quedaba era ir aquel lugar que tantos problemas me daba.
Nada más entrar ya me llamaron la atención, pues hacía un poco de corriente y yo había soltado la puerta sin preocupación alguna, el resultado de aquello fue un tremendo portazo que hizo que todos me mirasen con ganas de querer asesinarme. Les dediqué una leve sonrisa de culpabilidad y agaché mi cabeza para después dirigirme a una mesa que al parecer estaba vacía, no había nadie en ella. Sonreí levemente, era lo mejor que me podía pasar, así no me entretendría hablando con nadie. Dejé mis cosas allí y después me dirigí a uno de los estantes de la biblioteca. Era enorme y había montones de libros. Tragué saliba y me rasqué levemente la cabeza, el no tener experiencia en aquel lugar iba a hacer que la búsqueda del libro que necesitaba se demorase más de lo normal, pues no tenía ni la menor idea de por donde comenzar. Bufé y cerré los ojos intentando calmarme. -Vamos Kat tú puedes.- Me dije animándome a mí misma, parecía una completa loca

Seguía en busca de algún maldito libro que me sirviera de ayuda, sin darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor. Estaba tan centrada en encontrar aquella información que ni si quiera me había percatado que un chico cargado de libros se acercaba hasta mi posición.
Me giré bruscamente, desánimada al no encontrar el libro que necesitaba, haciendo que chocase con el chico que venía andando con los libros. Toda la pila de libros que llevaba encima se calleron en mi dirección, puse cara de horror y cerré los ojos esperando el golpe que seguramente iba a doler, pues entre esos libros había bastantes que era demasiado pesados. De repente noté como aquel chico tomaba mi brazo y me pegaba a él en forma de abrazo, haciendo que los libros fuesen en su dirección. Arrugué mi nariz al escuchar como alguien nos mandaba callar, sin ni si quiera preguntar si estábamos bien o echarnos una mano y después escuché la pregunta de aquel chico. Me miré de arriba a abajo y después le miré a él asintiendo con la cabeza levemente. -Sí, si estoy en perfecto estado... ¿y tú? ¿Te encuentras bien? Al fin y al cabo fuiste tú quien recibió el golpe.- Pregunté algo preocupada de que se hubiera lastimado. Le dediqué una leve sonrisa al ver como me acercaba una silla y me senté. -Gracias.- Murmuré
Mis mejillas se enrojecieron al escuchar la pregunta del chico y al ver el libro que me estaba enseñando, apresuradamente negué con la cabeza. -No, ¿cómo crees? No vengo a la biblioteca a buscar esas cosas, existen otros métodos.- Contesté haciéndome un poco la ofendida, notando como mis mejillas aún estaban un poco rojas. Normalmente no me daba ningún pudor aquellos temas, pero no conocía a aquel chico de nada, además, parecía mayor que yo y realmente no quería que pensase cosas que no eran