No se aprende a ser nuevo {Mía}

Hellie lanzó una mirada envenenada a su nuevo hermano, que se marchaba quien sabía a donde y se quedó plantada frente a la puerta, como si con eso pudiese retroceder en el tiempo y conseguir que semejante gilipollas no existiera. Desafortunadamente no lo conseguiría, así que dejó escapar el aire de sus pulmones y tiró con poca delicadeza de la maleta que llevaba. Era como si hubiera guardado ahí dentro toda si vida, pesaba más que un elefante. Aún así la rubia se mantenía tiesa como un palillo y caminaba con toda la rapidez que la maleta negra le permitía, cuanto antes llegase a su cuarto antes se podría poner a conocer gente nueva, cosa que llevaba queriendo hacer desde que había llegado allí.

Se mordió el labio inferior e inclinó ligeramente la cabeza. Sus ojos, ocultos tras sus inseparables gafas de sol, pasaban de un lado a otro del campus. ¿Dónde se suponía que debía ir? No tenía ni la más remota idea. Su madre le había dicho que siguiera al hijo de su nuevo marido, pero él se había marchado tan rápido que ni siquiera le había dado tiempo a decir adiós. Aún más furiosa de lo que estaba con el chico se decidió a, por lo menos, dejar atrás los jardines y acercarse a algún lugar donde alguien le pudiese rescatar de su desubicación ocasional - Definitivamente tendré que robar un mapa - se dijo mientras avanzaba por el camino completamente perdida entre tanta gente. Se suponía que después de tantos años mudándose tendría que tener ese proceso aprendido de memoria, aunque al parecer nunca se aprendía a ser nuevo.

Hell sintió como un coro de ángeles entonaban su música celestial cuando vio cómo una chica se acercaba a ella y le preguntaba que si estaba perdida. Enarcó una ceja ¿no lo parecía? No, seguramente quería ser educada, nada más. Así que Hellie asintió levemente con la cabeza - Sí, soy nueva por aquí y, la verdad, es una mierda. Otra vez a conocer gente, a buscar la habitación correspondiente, a hacerse al horario... en fin. Toda una aventura - comentó irónicamente mientras se dejaba caer sobre su maleta. Alzó la vista en el instante en que la morena pronuncio "ayudar a encontrar el departamento" y sonrió amablemente - Me serías de gran ayuda - afirmó ella volviendo a levantarse de su maleta, la cual pareció agradecerlo enormemente - Así que me lo permitas o no, te voy a secuestrar hasta que me haga al sitio. Después podrás ser libre, pajarillo, aunque no te querrás separar de mi lado - bromeó agarrando a la chica del brazo, para soltarla al instante y revolotear un poco a su lado.

Se rió, con aquella sonrisa armoniosa que tan bien perfeccionada tenía y clavó sus ojos marrones en los de Mía, estiró una mano para estrechársela a la morena - Yo soy Tuya - bromeó, aunque su rostro se mantenía serio, como si realmente se llamase así. Poco después volvió a dejar que sus labios formasen una media sonrisa - Bueno, soy Hellie, aunque prefiero que me llamen Hell - dijo guiñándole un ojo con complicidad a Mía. No la conocía de nada, aún así sentía que podrían ser amigas. Y de ser así mejor saltarse el parecer otra persona que no era, ya tenía bastante con controlar a su cara oscura.

La rubia hizo un gesto con la mano, como si con ello quisiera quitarle importancia a aquello de un lado a otro constantemente. La verdad era que a eso se había acostumbrado, pero no le gustaba demasiado no saber cual era el terreno que pisaba, quizá se estuviera metiendo el la boca del lobo con tan solo estar hablando con alguien indebido y ella sin saberlo. Se encogió de hombros y buscó en sus pantalones el papel que su madre le había dado antes de marcharse. En teoría ahí debía de estar su número de departamento.
Sacó el papel arrugado y con delicadeza pero rápidez lo desdobló - Apartamento 108 - leyó rápidamente para después pasar su vista a los ojos de la morena - ¿Sabes dónde está? - inquirrió mientras cogía nuevamente su maleta y se disponía a ir hacia donde Mía le indicase.

- Gracias por la bienvenida - dijo ella pasándose una mano por el pelo y desordenando sus ondas rubias haciendo que algunas de ellas se posasen justo en su cara tapándole los ojos. Hell sopló para que esos pelos se apartasen de su campo de visión y con ello recordó una cosa. Chascó los dedos y señaló a Mía, como si en ella estuviera la respuesta a todas sus preguntas - Oye, Mía, ¿Tú no sabrás por casualidad donde tengo que ir para entrar en el equipo de animadoras? - preguntó. No quiso especificar más porque no estaba segura de que allí hubiese animadoras para los distintos deportes que se practicaban, por lo que no quería quedar en ridículo frente a su única conocida.

Hell sonrió nada más escuchar la palabra explorar. Eso era, precisamente, lo que más le gustaba hacer cuando llegaba a sitios nuevos. Explorarlo todo, absolutamente todo, para que cuando necesitara un escondite o una vía de escape rápida pudiese usarla sin ningún problema - ¡Estupendo! - comentó emocionada mientras tiraba de su maleta hacia dentro del edificio. Durante un pequeño lapso de tiempo Hell iba pensando en sus cosas, ¿con quién le habría tocado en la habitación? Esa era su mayor curiosidad. Aún así, sacudió la cabeza para salir de sus pensamientos y prestar atención a lo que Mía decía.

Como había supuesto en un principio aquí también había diferentes equipos de animadoras. Hell se llevó una mano a la barbilla, fingiendo que pensaba aunque en realidad tenía bien claro a qué equipo se apuntaría. Por eso, cuando Mía dijo que ella era la capitana del equipo al que precisamente ella quería entrar una sonrisa se dibujó en sus labios - Precisamente quería entrar al de Basquet - comentó parando la marcha por unos momentos y fijándose en la que sería su capitana. Bueno, podía decir que no había empezado con mal pie - Entonces serás mi capitana - hizo una especie de reverencia y después se rió. En cierta forma le resultaba cómica la suerte que había tenido al conocer a su futura capitana el primer día.

Hell frunció el ceño ligeramente. No, no le habían dado ningún mapa. Pero claro se suponía que su hermanastro la ayudaría a acomodarse y todo eso. Nuevamente Hell decidió asesinarlo cuando lo volvoliese a ver - No, no tengo ningún mapa. Verás, en teoría se suponía que el imbécil de mi hermanastro debería de haberme enseñado todo esto antes de que la tierra decidiera tragárselo. Desgraciadamente escapó antes de tiempo - explicó la rubia encogiéndose de hombros y mirando a Mía de refilón - Así que si realmente pudieras hacerme el favorcillo de ayudarme a hubicarme y enseñarme esto un poco te lo agradecería. Después, si quieres, te permitiré participar en la paliza que le voy a dar a cierta persona - dijo con una sonrisilla de esas con las que se proponía ablandar el corazón de cualquiera.

La rubia sonrió un poco más al notar que parecía que sí le hacía ilusión que ella formase parte del equipo - El basquet es el mejor grupo. Y no tiene nada que ver con que me haya criado lejos del fútbol américano o el hockey. Ya verás, conmigo en el equipo conseguiremos animar bien a los chicos - bromeó dejando que de entre sus labios escapasen un par de carcajadas - Aunque, si te digo la verdad nunca he estado del lado que anima. Mi sitio siempre estuvo entre las gradas o entre los jugadores. Pero bueno, siempre es bueno cambiar de aires. Seguro que nos lo pasamos bien - Hell se mordió el labio un poco nerviosa. No estaba muy segura de haber hecho lo correcto al contarle a la capitana que no había formado parte de las animadoras en su vida - Al final si que iba a llevar razón cuando dije que era tuya. Como me sigas ayudando, o haciendome de guía, me tendré que convertir en tu chacha - dijo en tono solemne. Aunque la escena se rompía al estar ligeramente alzadas las comisuras de sus labios.

La chica le sonrió. Ciertamente se sentía muy agradecida por la ayuda que Mía le estaba dando. Además, acababa de llegar, era nueva y carecía de reputació de cualquier tipo. Empezar sin conocer a nadie siempre había sido algo complicado, pero más este año. Por primera vez en su vida había llegado a un sitio para quedarse hasta acabar - Gracias. Pero ensetio, si tienes algo que hacer no te molesto. Podré encontrar a alguien que me eche un cable. Tú ya has realizado tu buena obra del día - dijo Hell. No quería que Mía se tuviese que perder algo importante simplemente porque se sentía en la obligación de ayudarla. Se llevó un mechón de pelo a la boca y empezó a morderse las puntas mientras volvían a ponerse en marcha camino a su departamento.

Hell desjó escapar una carcajada, siempre le pasaba lo mismo: hablaba y hablaba y al final no decía exactamente lo que quería decir. Movió la mano de arriba abajo - No, no me has entendido. Lo que quería decir es que nunca he sido animadora. Bailar sí que sé bailar, en Milán formé parte de un grupo y de pequeña solía hacer gimnasia ritmica - explicó. Entonces recordó el grupo en Milán, por aquel entonces lo que a ella más le gustaba era el poping y el locking, quizá aquellos movimientos le valiesen ahora - Pero igualmente me tendrás que enseñar algo. Eso sí, aprendo rápido - comentó con una sonrisilla mientras se estiraba el mechón de pelo que antes había tenido en la boca.

- Por cierto, Mía, ¿Cuánto tiempo llevas por aquí? Por como te desenvuelves por el lugar y además siendo capitana podría parecer que eres hasta de último curso - preguntó Hell con curiosidad, parándose nuevamente para mirar a la morena a los ojos.

- Bueno, yo también me lo pregunto y siempre llego a la misma respuesta: las fiestas. Siempre son mucho mejores antes de empezar con las clases, esa motivación que tenemos de "vamos a empezar, ¡bien!" pero aún no lo hemos hecho y, por ende, no tenemos ganas de asesinar a ningún profesor en concreto - Hell hizo una pausa para coger aire y se rascó la nuca. A veces le daban ganas de hablar y hablar sin parar, independientemente de que la persona con la que hablase fuese su mejor amiga o un desconocido. Nunca se paraba a mirar esas cosas - Y lo mejor es que para algunos, como puede ser tu caso, vuelven a encontrarse con amigos a los que no ven durante todo el verano - Hellie casi nunca había experimentado lo que era vivir en un sitio por más de un año. Fueron muy pocos los lugares en los que pasó dos o tres años, por eso no estaba del todo segura de aquello. Ella estaba acostumbrada a conocer a gente, no a hacer amigos, pues sabía que al año siguiente ya no los volvería a ver.

Hell se rió ante el comentario de demasiadas obras buenas acumuladas - El karma no entiende de días - dijo con una sonrisa. Tampoco era que ella siguiese mucho los pasos del karma, en realidad Hell era una persona bastante escéptica, pero en cierta forma prefería poner esa escusa a tener que admitir que si algo malo le pasaba a ella había sido por su propia culpa - No te preocupes - dijo poniendo nuevamente una media sonrisa y haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia al asunto. Ella era más que consciente que la mayoría de las veces se quedaba a la mitad, porque nunca pensaba en que los demás no sabían lo que estaba pasando por su cabeza. Más de una vez aquello le había traído problemas.

- Debes de ser realmente buena para que te escogieran capitana al final de tu primer año. Eso está bien, quiere decir que tienes un buen perfil. Serás una buena capitana, estoy segura - dijo la rubia con una sonrisa impecable. A ella le gustaba saber que tenía posibilidades de conseguir lo que quería, si tenía una buena capitana significaba que se lo estaban poniendo más fácil.

Ella esbozó una media sonrisa cuando Mía dijo lo mismo que ella. Sí, últimamente parecía que si no eras fiestero no eras nadie en Harvard, que debías de saber compaginar fiesta y estudios para poder tener una cierta reputación; cosa que a Hell no le costaba nada pues siempre quería salir a divertirse, aunque con cabeza - Sí, el único problema es que a veces son tantas que tienes que elegir entre ellas o entre ir o no si no quieres suspenderlo todo - dijo Hell soltando un suspiro de resignación, pues aquello era una cosa que no le gustaba en absoluto. Tener que elegir entre la diversión y el deber, si de ella dependiera irían las dos cosas de la mano.

Hell asintió ante su comentario sobre cómo se tomaba al equipo. Eso le gustaba, significaba que casi con total seguridad no dejaría tiradas a ninguna de sus animadoras - Definitivamente tienes madera de líder de animadoras - dijo ella poniendo el pulgar hacia arriba y con una sonrisa en el rostro. Después se paró y miró a ambos lados, aquello ya no le sonaba demasiado, se giró un poco hacia Mía y con un hilo de voz le dijo - Oye, ¿sabes donde estamos? Esto es muy diferente al lugar en el que empezamos - dijo temiéndose su inminente pérdida de orientación. Además, según era ella dentro de poco empezaría a montarse películas sobre lo que podría pasar si no lograban encontrar el camino de vuelta.

Hell se encogió de hombros, ciertamente tenía razón, en la época de exámenes no solía haber tanta fiesta como el resto del año, aún así la había. Hizo una mueca, como dando la razón a la morena - Cierto. Aunque en realidad hablaba por hablar, no llevo absolutamente nada de tiempo aquí y ya me creo que lo sé todo - dijo Hell cediendo un poco en su absoluta certeza de que todo lo sabe.

Hell alzó las manos como si estuviera en medio de un atraco y en su rostro dibujó una media sonrisa - Vale, vale, no digo nada más sobre eso, no vaya a ser que te me vuelvas tomate - dijo sacando la lengua para mostrar aún más el tono de broma que había empleado. Después escuchó que estaban llegando a los departamentos y Hell soltó un pequeño suspiro, bueno, pues entonces no se habían perdido como ella lo estaba desde haría no se sabe bien cuanto tiempo - Entonces ya va quedando menos para que deje esta cosa odiosa a la que la gente llama maleta - dijo señalando a la maleta que arrastraba - Las ruedas parecen cuadradas en vez de redondas - se quejó dando un tirón más fuerte para ver si de casualidad la maleta decidía moverse sola.

Hell suspiró, Mía no sabía la razón que llevaba en sus palabras, ella había estado por muchísimos lugares y en teoría se suponía que debía de conocerlos bien, o al menos la zona por la que se movía más a menudo, sin embargo, si se paraba a pensar, apenas recordaba nada de todos los lugares en los que había estado. Quizá únicamente conseguía recordar los lugares más emblemáticos - Debe de ser difícil acostumbrarse a sitios como éste - dijo Hell mirando por un momento todo lo que estaba a su alrededor intentando quedarse con el más mínimo detalle.

Hell abrió ligeramente la boca cuando se topó con la puerta de su cuarto, con cuidado buscó la llave para entrar y dejar la maleta y luego seguir con la ruta turística que se suponía Mía le debería de dar - ¿Sigue en pie eso de que me enseñarás el campus o lo dejamos para otro día? - preguntó con un pie en la habitación y otro fuera, moviendo los dedos de las manos con nerviosismo. Después de todo aún no conocía a nadie más y su compañera de cuarto parecía no estar por ahí.

Hell asintió ante lo que dijo la morena y dejó que la maleta rodase hasta chocar contra una cama, no sabía si la suya o la de alguna de sus posibles compañeras - Bueno, así al menos siempre puedes conocer a gente nueva, aunque supongo que llega un momento en la que te cansas de hacerlo - Hell pensó en la cantidad de gente que había conocido durante todo el tiempo que llevaba viajando por Europa y francamente ella no se había cansado de conocer a gente, pero por lo que tenía entendido eso era raro.

La rubia hizo un gesto para pensar en qué decir, por un lado le apetecía estar con ella, pero por otro estaba cansada y quería entrar en su habitación de una vez por todas. Soltó un suspiro mientras se apoyaba en el marco de la puerta y se cruzaba de brazos - Entonces creo que lo dejaremos para otro día, ahora estoy cansada y me apetece dormir - dijo reteniendo un bostezo y estirándose un poco con la espalda pegada al marco de la puerta - ¿Nos vemos otro día y me lo enseñas? - preguntó para al menos saber que no tendría que descubrir la universidad ella sola.