Primer paseo por los jardines (libre)

Acababa de llegar de nuevo a Harvard después de un aburrido verano en la fría Inglaterra. Se apreciaba el buen tiempo, sin una sola nube en el cielo.
Aunque ya conocía el lugar, me encantaba pasear por los jardines y, de paso, mirar quién eran los nuevos. Y más importante aún, las nuevas.

Caminé un rato entre los maravillosos jardines, pensando en todo y nada a la vez. Muchos trabajos que hacer, demasiado que estudiar pero sólo podía pensar en las fiestas y las chicas. Sí, mi mente sólo se regía por esas dos cosas. Y yo era feliz así.
Me senté en un banco, desde donde había una buena vista femenina: -Definitivamente, adoro este sito.

No tenía ganas de estar encerrada en el departamento ni en ningún otro lugar, por lo que salí a los jardines a caminar un poco. Amaba los jardines, eran sin dudas hermosos. Mi lugar preferido en Harvard.
Conecte mi Ipad y entre la música, la brisa que movía levemente mi cabello, el aroma de las flores y la naturaleza en general en poco tiempo me transporte a mi mundo alterno. Decidí sentarme en el césped bajo un árbol a disfrutar la belleza del lugar, y del clima. En poco las clases se harían mas pesadas y las obligaciones también y ya no tendría tiempo para disfrutar de hacer nada.

De repente vi que una chica de pelo negro e impresionantes ojos azules se había sentado en el césped cerca de mí. Observé que había conectado la música, quizá prefería estar sola y tranquila así que decidí no molestarla.
Volví a mirar, a ver su precioso rostro y sentí el impulso de levantarme, acercarme y hablarla. Así que me levanté, me dirigí hacia donde estaba ella y me senté a su lado. No quería que se sintiese incómoda, por lo que le dediqué la mejor de mis sonrisas y le dije: -¿Cómo es que aún no te conozco? Soy Andrew

A decir verdad me asuste sentí cuando alguien de la nada se sentó a mi lado. No lo había visto, ni escuchado llegar jamas, fue como si simplemente apareció ahí a mi lado. Mire al tiempo que me quitaba los audífonos. Vi su sonrisa y también le dedique una. Me encogí de hombros cuando me pregunto porque no nos conocíamos aun. No lo se. Dije sin que se borre la sonrisa a pesar de que me haya molestado su comentario. Mucho gusto Andrew, soy Mía. Le dije en tono amable, aunque en verdad el chico había empezado con el pie izquierdo al ya de una querer coquetear. Me molestaba enormemente eso, pero no por aquello iba a ser grosera o antipática.

Ya había dado el primer paso y sabía su nombre. Parecía que a ella le molestaba que hubiese entrado así, pero la verdad es que sólo sabía empezar a hablar con chicas tan hermosas como ella coqueteando. Mía... Es un nombre precioso. Casi tanto como tú. Eso último no tenía previsto decirlo, pero se me escapó. Por nada del mundo quería que creyese que era un baboso o algo parecido, así que decidí cambiar de tema pero mi cara sonrojada descubría mi vergüenza. Eh... Me acabo de apuntar al equipo de baloncesto, quizá puedas pasarte un día a verme jugar. Le guiñé un ojo para relajar el ambiente, ya que parecía estar algo cargado.

Escuche lo que dijo de mi nombre y de mi. Le sonreí de lado mirándolo. Gracias por el cumplido. Guarde mi Ipod, era descortés seguir escuchando música así que solo lo guarde. Vi que se había sonrojado cosa que me extraño y si había algo que yo tenía era sinceridad y decir las cosas sin rodeos, en ocasiones claro. Te sonrojaste. Le dije mostrando en mi tono de voz que me había resultado extraño que lo haga. Me sorprendí cuando dijo que se había apuntado al equipo de basquet ya que, no se, no tenía el look de los jugadores. Asentí. Seguro nos veremos en todos los partidos, soy la capitana de sus animadoras. Le dije mientras jugaba con el césped, en verdad con una ramita que había ahí tirada.

Me agradeció el cumplido y me avisó de que me había sonrojado, cosa que había intentado disimular. - De nada Me contó también que ella era la capitana de la entrenadoras de basquet, ciertamente tenía cuerpo de animadora, muy sexy. -¿La capitana? Wow, entonces no me podré concentrar en los partidos con una chica como tú cerca. Llevaba jugando al basquet cinco años y fui uno de los mejores en el equipo del instituto, sólo esperaba serlo también en la universidad, ya que los deportistas eran muy bien vistos aquí en EEUU. Sonreí y la miré.

Rodee los ojos cuando dijo que no podría concentrarse. Deberás hacerlo si no queres que te saquen del equipo y a mi de las animadoras. Me encogí de hombros. Ademas las coreografías están pensadas justamente para que ustedes no se distraigan, no hacemos nada demasiado llamativo. Hablaba con total naturalidad, como si no me estuviese diciendo nada del otro mundo. En verdad trataba de restarle toda la importancia posible sino simplemente lo mataría por no parar un segundo de coquetearme, estaba acostumbrada a que lo hagan pero, ¿cómo explicarlo? emmm, con ¿sutileza?