Encuentro en los vestuarios [Jake T. ] [+18]

Las chicas no habían aparecido ese día pero ella no se había ido a casa, todo lo contrario, se había quedado entrenando, quería ensayar unos pasos para el próximo partido, quería que todo estuviese perfecto, que sus chicas les dieran tantos ánimos que animaran a los jugadores y que estos ganasen gracias a ellas, se había pasado cerca de una hora dando piruetas y saltos, que horror, sentía su ropa pegada a su cuerpo por culpa del sudor, se daría una ducha.
Se acerco a los vestuarios y al ir a empujar la puerta del de las chicas, esta no abría ¿Quien la ha cerrado? suspiro y miro al rededor, no había nadie, bueno, nadie se molestaría por que entre al de los chicos... Total ¿Estaba sola no? Empujo la puerta del vestuario y entro dentro de este, no se escuchaba ruido alguno, se acerco a las taquillas dispuesta a quitarse la ropa y entrar a las duchas, alzo su camiseta quitandosela, quedando en sujetador mientras caminaba, entonces se dio cuenta de que no estaba sola, se escondió tras las taquillas, mierda ¿De donde había salido? asomo el rostro para observar quien era, le sonaba, lo había visto en el gimnasio alguna que otra vez, ¿Que hacia? ¿Estaba espiando a un alumno? Mordió su labio mientras su mirada iba de arriba a abajo de su cuerpo.

Salí de la cancha casi reventado después de todos los mates y tiros que había hecho. La temporada aún no había empezado pero yo ya estaba entrenando para ser el mejor de la liga. Esta vez quería ser el mejor encestador pase lo que pase, y estaba empezando a entrenar desde antes que comenzase el campeonato. Pero eso era lo normal, la gloria solo se consigue con esfuerzo... Es una de las cosas que me enseñaron las películas de Rocky Balboa, supongo. Llevaba por lo menos dos horas entrenando, cuando los demás estaban por ahí de juerga pues ya era tarde. Salí de la cancha y fui al vestuario de los chicos, que por cierto estaba vacío, genial entonces, menos gente que moleste. Me quité las zapatillas anchas y suspiré, que cansado estaba... Después me quite la camiseta y me deje caer en el banco, solo iba a cerrar los ojos unos instantes, no necesitaba más. Cerré los ojos durante unos segundos y.... Y simplemente me dormí. Desperté al cabo de unas dos horas, miré el reloj y suspiré. -Mierda... Bien hecho Jake, bien hecho... -Abrí los ojos y me incorporé, seguía sudado de antes... Así que opté por desnudarme por completo y entrar a la ducha, le di un golpe al botón y el chorro salió solo, dejando que mojase todo mi cuerpo. Me estuve refrescando un buen rato, pero solo quería mojarme un poco, la buena ducha con jabón me la daría en mi habitación, no quería ir oliendo por ahí a sudor. De pronto escuché un ruido a mi espalda, me sorprendió pero no me asustó. -¿Quien es? -Dije con voz firme y segura de mi mismo, seguro que sería algún otro tío que se ha dado la paliza en la cancha y necesita una buena ducha.

Se escondió tras la taquilla rápidamente, su respiración estaba agitada, mierda, la habían pillado, genial, la echarían de la universidad, por acosar a un alumno... Desnudo... Y bastante apetecible... Y ¡Un alumno! la echarían, la acusarían de mirona, de vete tu a saber que mas, pego su espalda a las taquillas cerrando los ojos, como si así se volviese invisible o algo, no se había dado cuenta de que no llevaba la camiseta por lo que si el se acercase la pillaría en una situación bastante vergonzosa, volvió a sacar la cabeza para observar a ese chico de nuevo, esta vez no en un sentido provocador, mas bien quería asegurarse de que el no se acercaba y la veía, tarde, genial, el asomarse a ver ocasiono que se le cayese de entre las manos la camiseta, haciendo claramente ruido y dejándose ver cuando intento cogerla, se quedo mirando al chico y tapo su cuerpo con la camiseta.
-Yo... Ya me iba... Lo siento...
Sus mejillas se habían sonrojado, era una situación demasiado vergonzosa y hacia demasiado tiempo que no veía desnudo a un hombre por lo que era mas vergonzoso aun.

Reí suavemente al ver quien era, mientras que llevaba mis manos y la esponja a mi entrepierna, para que no se viese nada. Era la entrenadora Betsha, de las animadoras de la escuela, de todas las animadoras. La miré fijamente unos instantes y sonreí con algo de nerviosismo ¿Estaba desnuda? No... Pero poco le faltaba, pues solo llevaba puesta la ropa interior. Me pasé la mano por el pelo y suspiré, me había pillado desprevenido, la situación era un tanto extraña...Pero a la vez divertida, la entrenadora no estaba mal, pero que nada mal. -No hace falta... Si las taquillas de las chicas están cerradas puedes usar estas... No hay nadie, es tarde y no creo que te vean. -Dije aparentando la tranquilidad que en realidad no tenía. Cualquiera lo diría... Jake Tyler nervioso por una mujer, claro era normal, siempre entraba yo... No era normal que me pillasen desnudo en las duchas.

Volví a mirar a la hermosa joven y sonreí un poco, todavía tapándome. -No diré nada tranquila... No tengo ganas de meterte en lios. -Me percaté de que estaba colorada y mi sonrisa no hizo mas que ensancharse. Lo admito... Me estaba divirtiendo con esa situación ¿Quien sabe como acabaría?

-Bueno... Tu me has visto...-se rió levemente, tenia que dejar de lado la vergüenza, además, que mas da, ya la ha visto semi desnuda ¿No? dejo las cosas sobre el banco dejando su cuerpo ahora a la vista, únicamente cubierto por la ropa interior, un mero sujetador y un culote negro que realzaba sus dotes, saco una toalla y le miro de nuevo-muy bien, me voy a duchar... Así que no entres- dijo riendo levemente y acercándose a las duchas.

Asegurándose de que el no la miraba, colgó su toalla en una de las paredes y se desnudo del todo mientras abría el agua caliente y se metía debajo, sentía el agua correr por su cuerpo y respiro hondo, relajandose.

Sonreí y la mire de arriba a abajo. -Yo te he visto si y... La verdad esque no me puedo quejar, ni echar en falta nada en especial, no estaba nada pero que nada mal. -La ropa interior que llevaba realzaba sus... Partes femeninas y su busto en general, y ella no parecía precisamente horrorizada o desconforme en cuanto al tema de que yo la pudiese ver, todo lo contrario... Al parecer no le molestaba. Aunque claro, de sentirse cómoda a despelotarse en mi presencia hay un gran paso... Y ella no parecía del todo conforme al darlo, pues al instante se metió en una ducha ella sola y colgó la toalla en la pared y yo dejé de mirarla mientras ella se desvestía, no pude evitar mirar de reojo unas cuantas veces pero... No estaba bien, aunque no me disgustaba nada de nada de lo que estaba viendo, en fin... Que malo era hacer eso, y que ganas tenía de hacerlo...

Cuando terminé pase al lado de su ducha tranquilamente, y me sorprendí un poco al ver que su toalla se había caído al suelo y ella no se había dado cuenta, obviamente, pues habría salido a cogerla. La cogí antes de que se mojase (Mas todavía) y entre dentro, acercándome a ella por la espalda se la colgué al hombro con delicadeza y le susurré al oido, coqueto. -Se te había caído... -Me ''despedi'' de ella con un pequeño beso en el hombro libre y salí tranquilamente de la ducha, secándome el pelo y poniéndome un calzoncillo como mínimo, por si salía y me veía. Me revolví el pelo un poco mas y busqué mis zapatillas.

Estaba duchándose tranquila cuando sintió tras ella a alguien que le ponía la toalla en el hombro, pego un pequeño grito y se tapo con la toalla como pudo, su corazón se había acelerado al sentirle tan cerca... Y estar desnuda... Le mire de reojo cuando se iba y se mordió el labio, claramente no estaba nada mal, ¿Por que seria un alumno? se puso la toalla sobre el cuerpo, pero de nada servía, estaba casi mas mojada que ella, salio de la ducha y se acerco a este, que ya se había puesto la ropa interior... Que pena.
-Podrías... ¿Dejarme tu toalla...? La mía esta algo mojada y no me puedo secar...- no era algo normal pedirle la toalla a otra persona y mas a un alumno pero tenia que secarse de alguna forma.

Me sorprendí un poco al ver que parte de la luz se apagaba, así que solo podíamos ver gracias a la luz de el campus, iluminado por farolas, cuya luz se colaba por las ventanas de los vestuarios. Suspiré y también me imaginé que la puerta estaba cerrada, cosa que corroboré al escuchar el ''crac'' de la puerta. Suspiré y me quedé mirando la nada un par de minutos, pensando en lo que iba a hacer ahora... Estaba encerrado con la profesora de las animadoras... Con la sexy profesoras de las animadoras. Ambos húmedos y mojados por el agua, semidesnudos... Personalmente no veía muchas mas opciones que... Estar con ella, cosa que no me molestaba en absoluto, todo lo contrario... Estaba sintiendo un pequeño calor, que no era comparable al sudor del baloncesto precisamente...

Sonreí al verla mas cerca y le di la toalla sin dudarlo, aunque mas bine se las puse yo, rozando con mis manos sus pechos ''sin querer'' -Claro... Toma, toda tuya. -Dije sonriendo mientras se la ponía. -Pero... Creo que debo contarte algo... A ver... Han cerrado la puerta al pensar que no había nadie... Así que vamos a pasar la noche aquí encerrados... Los dos... Solos... -Dije poco a poco, cada palabra me gustaba mas que la anterior, y la última fue la culminación prácticamente. No sabía como se lo iba a tomar ella, pero de la forma con la que me miraba cuando ella creía que no la estaba viendo... No le iba a molestar la idea de la situación.

Sus mejillas se sonrojaron mas aun cuando este rozo su cuerpo con sus manos ¿Lo habría hecho a posta? Seco su cuerpo despacio mientras pensaba, había supuesto que les habían cerrado cuando las luces se apagaron pero lo corroboro cuando este se lo dijo, suspiro llevándose una mano a la frente.
-Mierda yo hoy había quedado...-susurro para ella, bueno, tal vez fuese una bendicion, no tendría que soportar una aburrida cena con ese abogado que se había empeñado en ligar con ella, la verdad es que el plan de estar con el toda la noche, la llamaba demasiado la atención-Bueno ¿Y que sugieres hacer?
A quien quería engañar, aquello la estaba excitando, se acerco a el y se sentó sobre sus piernas pasando uno de sus brazos por su cuello.
-Por que yo tengo algo en mente para no tener frio...- susurro cerca de su oído mientras dejaba que la toalla se cayese y dejase así sus pechos al aire.

Me quedé pensando lo que ella me había preguntado, la verdad es que se me ocurrían muchas cosas para hacer con ella, y pocas de ella eran ''castas, puras o simplemente decentes'' Pocas o... Ninguna ¿Para que engañarnos? Deseaba demasiado a aquella entrenadora rubia de senos perfectos, como el resto de su cuerpo. Pero lo que me terminó de avisar de que ella deseaba lo mismo que yo, fue su gesto. Cuando se subió y se sentó sobre mis piernas pegando su pecho al mio y se acercó a mi oído para empezar a susurrar preguntas de las que ambos sabíamos las respuestas. ¿Por qué me torturaba de esa manera? Quería jugar de eso no había duda... Y yo no era el único en saber que esa noche iba a ser movidita, desenfrenada y... ¿Para que engañarnos? Apasionada, muy apasionada, y obviamente deseada por los dos desde que nos vimos en el vestuario.

En cuanto ella se pegó a mi de esa forma y pasó su brazo por mi musculoso cuello, yo pasé mis brazos por su cintura y la pegué a mi por completo. Sentí el roce de sus senos contra mis fuertes pectorales, aunque yo era mas alto que ella, pero la ayudaba un poco, elevándola ligeramente. -A mi... También se me ocurre algo para hacer esta noche y no tener frío... Ni aburrimiento, ninguno de los dos mi princesa. -Susurré lascivo contra sus labios. Después comencé a besar su cuello, desde su clavícula hasta su oreja. Dejando que ella únicamente disfrutase de la situación, dejando que se dejase hacer mientras yo le daba besos. Mis manos en cambio comenzaron a acariciar sus senos, con las yemas de los dedos, dándole mas y mas placer. -Te deseo demasiado... -Susurré en su oido, aprovechando uno de mis besos en esa zona, para después seguir con mi ''trabajo'' o mi motivo para estar ahí.

Comenzó a sentir los besos de este por su cuello lo que hizo que estirara este para así dejarle mas espacio mientras enredaba los dedos en su pelo acariciando también su cuello, dio un suave mordisco en su cuello de forma algo juguetona, agarro una de sus manos colocando esta sobre uno de sus pechos, haciendo que apretase este con fuerza, quería sentirle lo mas cerca posible de ella, soltó su mano y la bajo lentamente por su torso mientras seguía dejando que este jugase con su cuello, su mano llego al filo de su boxer del cual tiro, miro dentro de este con una actitud divertida, queriendo molestarle un poco.
-Mm... Eso no es muy grande... ¿Crees que podre aumentarlo mas para disfrutar un rato?- acaricio su miembro sobre el boxer, quería que se le endureciese al máximo, quería pasar una noche apasionada, una noche explosiva, y solo lo podría conseguir si el estaba en condiciones.

Sonreí lascivo al ver donde ponía mi mano, y yo apreté su seno con firmeza para hacerle saber que estaba ahí y que esa noche iba a ser perfecta. O mejor todavía... Nuestra. Nuestra noche. La primera y esperaba que no la única ni la última. Aunque estuviese prohibido por ser ella una entrenadora y yo un estudiante, no pensaba decirle que no ni de broma, deseaba demasiado a esa diosa rubia. En cuanto comenzó a acariciar mi entrepierna suspiré y sonreí un poco por su comentario ¿Que esperaba? ¿Que estuviese así desde el principio? ¿Cuanto llevaba sin hacer nada? Sonreí al verla totalmente desnuda y comencé a acariciar su intimidad únicamente de forma superficial, sin entrar en ella de ninguna manera, al menos no por el momento... Había que empezar poco a poco, y tratar a esa mujer como a una princesa, que es lo que en mi opinión era. -Pues... Sueltala... Que ahora me toca a mi y solo a mi... -Susurré en su oido mientras la liberaba, sentándola en el banco del vestuario, junto a mi.

Después me coloqué entre sus piernas y le sonreí tranquilizador, ella sabía lo que iba a hacer, en teoría lo tenía que saber... Sin mas que hablar comencé a besar su vientre con suavidad, únicamente pequeños besos, pero que poco a poco iban bajando... Y bajaban mas... Hasta llegar a esa zona, la cual también besé varias veces. Mi mano fue con la suya y nuestros dedos se entrelazaron, era como si yo mismo le diese ánimos o le pidiese calma para lo que estaba a punto de pasar en ese momento... Sin pensarlo mas introducí mis dedos dentro de ella suavemente, la noche acababa de empezar.

Al sentir como la acariciaba emitió un suspiro de placer cerrando por un instante los ojos, aparto su mano de su entrepierna dejándose guiar, sentándose a su lado, se sentía como una quinceañera, no hacia esto casi desde que estaba en la universidad... Estudiando, en total unos dos años y tenia la sensacion de que hubiesen pasado mas, se dejaba guiar por el, aun no se había soltado del todo la melena por lo que se sentía algo torpe, cuando este comenzó a besar su vientre, ella entreabrió las piernas dejándole mas espacio, acaricio su pelo lentamente dejándole paso para que hiciese con ella todo lo que desease, en esos momentos era una total sumisa, al menos de momento.
-Aam...- susurro cuando este le introdujo los dedos, mordiéndose el labio, deseando mas y mas.

Sonreí un poco al escuchar su gemido y comencé a mover los dedos dentro de ella, poco a poco, de forma lenta y suave para comenzar, como la quisiese acostumbrar a un cambio brusco. Mis labios comenzaron a besar la zona cercana a su intimidad, mientras que mis dedos iban acelerando poco a poco. Cada vez se movían mas rapido y cada vez intentaban profundizar algo mas, creando dentro de ella una sensación de placer que pocas palabras podrían describir. Pocas o... Ninguna. Mis besos ascendieron hasta sus pechos y siguieron ahí su camino, quedandose parados un tiempo en esazona tan sensible para ella. Sus pequeños suspiros me ponían mas y mas cachondo, deseoso de su cuerpo, pero primero quería darle placer a ella.

Sonreí un poco y le di un pequeño mordisquito en el cuello, mientras mis dedos seguían su trabajo, dando mas y mas placer cada vez.

Tan solo jugaba con sus dedos, ¿Como demonios le estaba dando tal placer? mordió su labio cuando sintió sus besos, quería mas de eso que el le estaba dando, mas de él, cuando este subió a sus pechos los suspiros de placer aumentaron, de su boca salían pequeños gemidos, jadeos de placer.
Ladeo su cuello dejándole sitio en este para que mordiese a su antojo mientras mordía su cuello reprimiendo algún que otro gemido, paso los brazos por su espalda, acariciando esta con la uñas sin llegar a arañar, queriendo apretarle contra ella y sentir sus cuerpos fundirse en uno aquella extraña noche.

Suspiré al escuchar sus gemidos y sus jadeos, solo con esos ruidos que salían de sus labios ya me volvía loco, solo con esas exalaciones ya me hacía desearla mas todavía. Solté otro suspiro y me agaché de nuevo, con mi cabeza entre sus piernas y con los dedos en movimiento. Una idea se pasó por mi cabeza y sonreí con picardía, la mire a los ojos para que viese la sonrisa de mi rostro y sin mas que hacer le di un pequeño mordisquito en su intimidad, dándole una mezcla de dolor y placer, todo a la vez, experimentado al mismo tiempo y en la misma zona. Sabía que eso volvía locas a la mayoría, un gesto ensayado decenas de veces con decenas de chicas distintas... Y con todas o con casi todas el mismo resultado. Mi otra mano seguía aferrando la de la joven con los dedos entrelazados, dándonos ánimos mutuamente.

Mis movimientos se fueron apresurando mas y mas, conforme escuchaba sus jadeos y gemidos aumentaban, quería que esa joven llegase al cielo de una vez. Pero no quería que fuese el único climax que alcanzase esa noche. No era un mal amante... Lo sabía, y queria aprovecharlo todo para satisfacer a esa mujer.

Al sentir su mordisco contrajo sin querer los músculos de su vagina pero de sus labios salió un gemido de puro placer, apretó su mano, apretando así también la de él, cerro sus ojos, el labio le temblaba por el placer, sentía cada vez como el calor aumentaba mas y mas, como su cuerpo se llenaba de un cosquilleo que poco a poco se convertía en placer, un gemido salio de lo mas profundo de ella, su sexo comenzó a tener pequeños espasmos, llego al climax, un pequeño orgasmo la invadió, sus mejillas se habían sonrojado por el calor del orgasmo, quería sentirle de una vez sobre ella, comenzó a morder y besar su cuello con ganas pegandote a mi.
-Hazmelo...

Eso no estaba bien... Yo lo sabía. Era una entrenadora y yo un simple estudiante, en caso de que nos pillasen se metería en un buen lio y la terminarían despidiendo, y a mi simplemente me expulsarían del Campus. No quería ni lo uno ni lo otro así que... Teníamos que tener cuidado o el problema sería gordo, muy gordo. Detuve mis caricias cuando el cuerpo de la rubia comenzó a sufrir pequeños espasmos y sacudidas, obra del orgasmo y del placer que sacudía su interior ¿Ya tan pronto? Solo había hecho eso con besos, mordisquitos y caricias. Y yo ni siquiera había empezado a sentir placer... Tal vez esa noche fuese mas interesante de lo que yo me imaginaba, aunque si ya de por si iba a ser emocionante... Le di un suave beso en los labios, apenas un dulce roce, para hacerla esperar lo que estaba por venir... Todo lo que estaba por venir.

Sonreí un poco ante su comentario y me dispuse a obedecer, primero rodeé su cintura con mis brazos fuertes y la levante en volandas, caminé apenas un par de pasos y apoyé la espalda de la joven en la pared del vestuario, sin dejar que toque el suelo en ningún momento, obviamente. Suspiré contra sus labios y lentamente comencé a entrar dentro de ella, deseaba mas de aquella hermosa mujer, deseaba su cuerpo contra el mio y la deseaba en muchas mas ocasiones que un simple encontronazo en un vestuario. Suspiré y pegándola mas a mi comencé a moverme un poco más rápido contra ella, intentando profundizar un poco mas para aumentar el placer en ambos cuerpos y empezar en serio.

Claramente estaba... Oxidada, tenia que salir mas a menudo de fiesta, necesitaba sentir mas a los hombres, y a las mujeres, pero ultimamente parecía que ni unos ni otros sentían interés en ella, el era el único que había devuelto su deseo... La rubia tenia para rato, aun no había echo mas que empezar, tal vez tardase poco en llegar al climax, también es por que ni ella misma se había molestado en tocarse y el mínimo roce le daba placer, pero sabia que con el ese no seria el único roce que recibirá esa noche.
Cuando este rodeo su cintura con los brazos, ella se abrazo a el con las piernas para que le fuese mas fácil llevarla, sintió el frío de la pared en su espalda, lo que la hizo emitir un suave jadeo y un leve escalofrío. Cerro los ojos cuando sintió como este comenzaba a entrar en ella, mordió el labio de este tirando levemente de el, jadeante, se había equivocado, no era un miembro... Pequeñito precisamente lo que estaba sintiendo en ella, eso o es que no se ponía el listón muy alto, fuere como sea cada centímetro que entraba mas en ella deseaba mas de ese pedazo de carne, mordió su cuello levemente, besándolo y pasando la lengua por este hacia su oreja, jugueteando mientras emitía suaves gemidos cerca de esta a causa del placer.

El placer era obviamente indescriptible ¿Para que engañarnos? Ambos deseábamos eso con todas nuestras fuerzas, y aquella atractiva joven de cabello rubio me volvía loco. Sus gemidos me ponían mas y mas cachondo, e iban acompañados con mis jadeos de placer, apenas audibles por los suyos, que al menos por el momento eran mas fuertes que los míos. Ella comenzó a besar mi cuello, a morderlo con suavidad y a lamerlo ¿A que aspiraba? ¿No entendía que me estaba volviendo loco de atar? Pues a simplemente parecía que no... Yo por el contrario me seguía moviendo dentro de ella poco a poco, entrando cada vez mas dentro de ella con cada embestida que seguía a la anterior, quería que esa mujer llegase al cielo una vez mas, junto a mi... Y culminar la noche con algo prácticamente perfecto. Me quedé mirando sus ojos unos instantes, mientras ella seguía con los besos. -Esto me gusta demasiado... -Susurré en su oído con cierta voz lasciva, antes de darle un pequeño mordisquito en el lóbulo de la oreja.

Mis manos seguían sujetando los muslos de la joven y la sostenían en el aire a la vez que la abría ligeramente de piernas para poder entrar en ella. Me pegué contra ella por completo y me dejé llevar por completo, cegado por la pasión, el deseo, y el cuerpo de esa perfecta mujer. Mi cintura chocaba contra su cuerpo cada vez con mas fuerza y firmeza, incluso violentamente me atrevería a decir. Para acallar los jadeos que salían de mis labios me fundí con ella en un apasionado beso en los labios, dejando que mi lengua se abra paso por sus labios hasta llegar a la lengua de la joven, entrelazándose y jugando entre las dos. Nuestras lenguas bailaban y nuestros cuerpos chocaban el uno contra el otro, constantemente...

Miro a sus ojos y esbozo una sonrisa ¿Le gustaba? Perfecto, se excitaba cada vez mas con los jadeos de el, aunque ella jadease fuerte, los de el resonaban cerca de su oído, mordió su labio inferior tirando de este pasando después a susurrar.
-Esto esta prohibido...- besos sus labios con intensidad apartándose enseguida, queriendo dejarle con las ganas-Y por eso me gusta tanto...
Paso ambos brazos por el cuello atrayéndolo hacia ella, besando sus labios con pasión cuando este la besa, sintió la lengua de el abrirse paso en su boca, entrelazo su lengua con la de el jugando con esta, con ganas, ladeando la cabeza para así profundizar el beso y hacerlo mas intenso, araño su cuello levemente con las uñas, sin apenas hacerle un raspón, movió la cadera contra el, necesitaba mas de el, quería que fuese mas intenso.

Sonreí ante su comentario de que eso estaba prohibido... Yo también lo sabía bastante bien, pero no por eso iba a echarme atrás precisamente. Mi lógica y simplemente mi sentido común me impedían rechazar a una diosa tan hermosa como la entrenadora Betsha, o como la llamaría a partir de ahora Ruby... ¿Había confianza no? Como que hasta nos habíamos acostado... Aunque en ese encuentro la cama brillaba por su ausencia así que acostarse no sería el término correcto. -No te falta razón en algo querida.... El que esté prohibido no lo hace mas que mas interesante, mucho mas interesante... -Susurré en su oido entre jadeo y jadeo, no estaba del todo seguro de si me había escuchado pues la chica no hacía mas que gemir y gemir mas, al igual que yo, no hacía mas que jadear mas y mas fuerte. Pero era algo normal en esa situación, pues la cosa estaba... Bastante caliente a decir verdad.

Me pegué mas a ella cuando me rodeó la espalda con sus brazos y comenzó a arañarme, sonriendo por la mezcla de ese muy ligero dolor y todo el placer que nuestros cuerpos experimentaban. Seguí con las embestidas, mi cintura cada vez chocaba mas fuerte contra su cadera, logrando una sensación de placer indescriptible, no tenía dudas... No había nada mas placentero que el sexo... Era sumamente imposible. En un acto algo desesperado que incluso a mi me sorprendió mordí la clavícula de la joven para acallar los gemidos que cada vez salían mas fuertes de mi boca, estaba a punto de llegar al clímax, lo notaba, era algo que me fastidiaba pues posiblemente necesitase descansar un tiempo después de llegar. Y yo no estaba por la labor de negarle nada a Ruby.

Sentía como el placer aumentaba cada vez, ¿Como podía volverla tan loca un alumno? Tal vez era por eso, por que estaba prohibido, por que es pecado, por que si en esos momentos alguien entrase en el vestuario sera el final para ambos, el echo de hacer algo prohibido la excitaba mas, quería... No sabia que quería, se estaba desatando pero aun así seguía sumisa, quería que este la controlase, que este la poseyese.
Cerro los ojos con fuerza al sentir como la mordía, no le molestaba lo mas mínimo, tal era la adrenalina en esos momentos que ni el dolor mas agudo la podría parar, su respiracion cada vez era mas fuerte, su cuerpo se fundía en un millón de sensaciones en ese momento, echo la cabeza hacia atrás, se mordía el labio para evitar gemir muy fuerte, no quería que la escuchase alguien que pasase por allí, quien sabe, tal vez fuesen a limpiar o algo así, tenia la cabeza apoyada en la pared ni si quiera la frialdad de esta hacia que se bajase el calor que el le hacia sentir.

Al parecer el mordisco no le disgustó, todo lo contrario... A la joven se la veía tan ''concentrada'' que nada en absoluto pensaba pararla. Yo obviamente no clavé mis dientes en su carne, únicamente la mordí con algo de fuerza para acallar mis jadeos, como bien dije antes. Mis manos fueron a pasar a su trasero, cada una a una nalga, apretaron con fuerza y la izaron hacia arriba para poder soportar mejor su peso, dándole alguna que otra palmada en las nalgas tal vez con mas fuerza de la debida, pues yo no podía controlarme mas... Notaba que mi final estaba cerca. Mis embestidas, hasta entonces duras fueron aminorando poco a poco, poco a poco... Hasta que un conocido escalofrió recorrió mi cuerpo y llegué al orgasmo, corriéndome dentro de ella. Deposité un dulce beso en su cuello de cisne y lentamente la bajé hasta que los pies de la joven tocaron el suelo. Yo personalmente estaba rendido, casi destrozado por... Por todo en general. En cuanto la joven tocó el suelo, tomé su rostro entre mis manos y le di un dulce beso, cargado de ternura... No como todo lo que habíamos hecho hasta ese momento. Ese beso solo era un poco de amor, para contrarrestar tanta pasión y lujuria por parte de ambos.