Mudanzas molestas y encuentros en el pasillo (Bryan)

¿Cuánto llevaba en el departamento? Dos, o tres días, y aun no terminaba de decorarlo, al menos mi habitación, el resto sería a gusto de nosotras tres, o cuatro, siempre y cuando nuestra cuarta compañera tuviera buen gusto, de lo contrario terminaría vetada de aquel lugar, no permitiría por ningún motivo que alguien hiciera un desastre del sitio en donde viviríamos cuatro años, primero muerta.

Había ido a una tienda en la ciudad donde encontré un comodo sillón personal de un adorable rosa, y lo mejor de todo, en forma de labios, y lo había comprado para mi habitación. Lo llevarían por paquetería dentro de unas horas, en primer lugar por que mi auto aun no llegaba, y en segundo lugar, porque aun en mi auto no cabría. Llegué a casa y tomé una ducha, salí y me vestí con un short de licra azul y blusa de tirantes negra y azul. Mi cabello atado en una coleta alta y nada de maquillaje, en realidad no tenía necesidad de usarlo. Terminé de mover unas cuantas cosas hasta que escuché que llamaban a la puerta. Miré mi reflejo en el espejo y ya tenía un leve sonrojo a causa de el ejercicio.

Abrí la puerta, se trataba de los tipos que llevaban el sillón, pero en cuanto firmé de entregado, ambos se fueron no sin antes mirarme de arriba abajo. Los odie! Ahora tenía que meterlo yo sola!. Comencé a empujarlo pero al parecer, no cabría por la puerta a menos de que lo levantara y girara. – ah! Los odio – dije enojada tirándome en el sillón en pleno pasillo.

Empezaba a pensar seriamente en ir por aquella botella de vodka que tenía guardada en la alacena y beber hasta quedar completamente ebria así se me pasaría el enojo por aquellos dos idiotas que no me habían ayudado a meter el sillón hasta mi habitación. Si, aquello sería una buena idea, no se solucionaría nada pero al menos me reiría un rato, el vodka tenía ese efecto en mi, y claro, muchos otros, pero esos ahora no venían al caso, ya despues podría hacerlo, después de todo, estaba sola en el departamento.

La voz de un chico me sacó de mis pensamientos justo cuando estaba por ponerme de pie por la botella y un vaso con jugo, tampoco era que me tomara el vodka puro. Me giré para verlo, alto de cabello rubio que no suele verse muy seguido, pues parecía ser dorado. Ojos verdes y cuerpo atlético. Sonreí de lado, era realmente guapo, y lo mejor de todo, parecía tener intención de ayudarme – Eso sería genial. – dije aun sonriendo y poniéndome de pie – Soy Kassie, Kassandra Rickford – me presenté

Acepté lo que decía – tienes razón, por eso mi jugo de uva – le sonreí y luego reí cuando dijo aquello y se sentaba en mi cama – quizá eres tu quien va a terminar aprovechándose de mí, no soy consiente de lo que hago cuando bebo demasiado, - bromé a medias, pues en realidad, eran pocas las veces en que había terminado completamente ebria, pero eso si, no recordaba absolutamente nada, seña de eso era que había despertó con un desconocido en Miami durante las vacaciones

-En realidad estudio música, o mejor dicho, comenzaré a estudiar música, siempre se me ha dado bien cantar y por supuesto, amo tocar guitarra y componer. Pero dime, que se siente ver muertos? – pregunté mientras le daba su copa quedándome con su mano junto a la mia mas del tiempo necesario hasta que recordé que la mía se encontraba en el tocador. Me estiré por ensima de sus piernas(¿) hasta tomarla y luego regresar a mi posición inicial sentada a su lado – por los encuentros en el pasillo – dije alzando mi copa

-En ese caso debo de vigilar lo que bebo pues la ultima vez no terminé muy bien que digamos – reí entre dientes. Por lo menos era guapo y parecía ser divertido, malo sería que cometiera una locura con alguien feo. Eso sonaba extremadamente … nada bien, además, por que tendría que cometer una locura? Ignoré olímpicamente mis pensamientos y dirigí mi atención de nuevo a bryan – En realidad el piano no es algo que se me dé del todo bien, soy mejor en la guitarra y canto, para el piano necesito partituras y una que otra ayudadita, pero en guitarra puedo tocar de oído – explique y luego reí al escuchar lo que decía – pero en algún momento debes de ver algún muerto, de otra manera, como harías las practicas? – pregunté. No estaba muy segura de que hacían en medicina, pero de que veían muertos, los veían.