Reconciliación +18 [Mía R. Crawford]

Tenia que admitirlo había sido un completo imbécil y gilipollas al tratarla de esa manera, ella había estado muy preocupada por mi, y yo ni siquiera la había dejado decir lo que sentia.
Tenia que tragarme mi estúpido orgullo y hablar con ella para arreglar las cosas, pensé en llevarle unos pequeños detalles, yo no era muy romántico o muy cursi, pero pensé que tal vez le gustaría que tuviera detalles con ella. Salí de la universidad y fui en la moto a Tiffanys, busque por toda la tienda algo que tuviera un significado especial, algo que me recordara a ella, pero no encontraba nada. Justo cuando estaba por darme por vencido, un destello llamo mi atención, una bonita pulsera hecha de plata, y que tenia un dije en forma de corazón. Sencilla pero con mucha hermosura justo como Mía. La compre de inmediato, me la entregaron en una pequeña caja, de terciopelo cuadrada, la guarde en el bolsillo de mi chaqueta y después de pagar salí de ahí para dirigirme a una florería.
El sol ya se había ocultado, llegue a la floreria y pedi un ramo de tulipanes, no quería darle rosas, era algo demasiado común, yo quería que ese ramo fuera diferente, como la relación que quería que tuviéramos.
Llegue a la universidad y me dirigí rápido hacia su apartamento, toque la puerta mientras escondía el ramo de tulipanes detrás de mi espalda y sentía el peso de la pequeña caja de terciopelo aun en el bolsillo de mi chaqueta.
Espere un poco impaciente a que ella abriera y también esperaba que estuviera sola para que pudiéramos hablar sin interrumpciones.

Mi pie derecho golpeaba nerviosamente el suelo, mientras esperaba que la puerta se abriera ¿por que tardaban demasiado tiempo en abrir?, pensé que tal vez no habría nadie. Pero en ese momento la puerta se abrió dándome una vista que me dejo anonadado.
Mía estaba frente a mi, tan solo cubierta por una toalla, su cabello estaba mojado y despeinando haciéndola lucir tan excitante. Las gotas de agua que recorrían su cuello, hombros y piernas me pedían a gritos ser retirados con mis labios.

Me la había estado comiendo con la mirada, cuando me di cuenta de esto me aclare la garganta -hola- dije en un susurro mientras sonreía de una forma nerviosa y posaba mi mirada sobre la suya -estoy aquí por que necesitamos hablar- mi voz salio seria y profunda -¿puedo pasar?- le pregunte siempre le daría la opción a que ella decidiera si quería o no hablar conmigo.
Aun que debía admitir que no permitiría que se alejara de mi, siempre intentaría conseguir una manera de hablar con ella y arreglar las cosas, le quería en mi vida definitivamente.

La conocía también que vi en su mirada que me extrañaba, no pude evitar que una sonrisa de arrogancia escapara por mi rostro, ella me quería igual que yo a ella. Negué con la cabeza rechazando su invitación a sentarme o a tomar algo, saque el ramo de tulipanes detrás de mi espalda y se lo tendí –son para ti- le mire con profundidad –lamento haber sido un idiota contigo, yo te quiero muchísimo y de verdad quiero que seas mi novia- me cerque a ella para acariciarle la mejilla –yo no me arrepiento de habértelo pedido, de verdad quiero que estés junto a mi- me acerque para rozar sus labios con los míos.
De verdad no resistía mas las ganas de querer besarla, además de que tenerla frente a mi con solo una toalla cubriendo su precioso cuerpo, hacia que me calentara como los mil demonios. Mire sus hombros con ganas de besarlos e intente controlar mi mirada hambrienta de ella.
Qué diablos me pasa me dije dentro de mi cabeza antes de tomara sus rostro entre mis manos y plantarle un verdadero beso, pase mi legua por su labio inferior pidiendo permiso para profundizar el beso.

Nuestras lenguas peleaban dentro de su boca por ser las que dominaran a la otra, sentí como sus manos se movían intentando quitarme la chaqueta, no dude en ayudarle a deslizar la chaqueta por mis hombros y mis brazos, cuando baje mis manos para tomar por la cintura y pegarla más a mí, note que la toalla había desaparecido y ahora se encontraba en el suelo tirada, sentí una gran excitación al darme cuenta que ella estaba desnuda y pegada a mí. Mi miembro reacciono de manera rápida, presione mi erección contra ella mientras la seguía besando y me dejaba llevar por el deseo.
Ah decir verdad no solo era deseo lo que sentí por ella, siempre me había controlado con ella porque quería hacer las cosas bien, no quería que fuera un simple acoston o solo sexo como lo había sido con todas las demás chicas de mi vida. La tome en brazos y la cargue hasta su habitación mientras la seguía besando, cerré la puerta con mi pie y camina hasta la cama donde la deje recostada.
Se veía preciosa asi; desnuda sobre la cama, con el cabello mojado y revuelto, mi mirada hambrienta por ella se intensifico, no podía dejar de verla, me acerque a ella y pase uno de mis dedos por el camino entre sus senos, bajando hasta su vientre.

Ella se había aprovechado en un momento en el que estaba distraído para quitarme mi camisa pero yo estaba feliz por eso, sentí como me excitaba aun más al verla como me sonreía de manera seductora para después morderse el labio. Volvió aprovecharse de mi distracción por ella, me jalo hacia la cama de manera brusca y no sé como de un momento a otro ella estaba sobre mi. Era tan caliente la forma en la que me quería controlar, tenía que liberar la presión que había en mis pantalones, acerque mis rostro para besarla mientras sentía sus caricias en mi cuello y mis cabellos, mientras que mi mano viajaba hasta el botón de mi pantalón para desabrochar, pero al desabrochar el pantalón, por culpa o tal vez gracias a la unión de nuestros cuerpos el dorso de mi mano toco su húmeda vagina, un gruñido de excitación se escapo por mis labios.

Definitivamente esta chica era perfecta para mi, era increíble los sentimientos que tenia por ella y no solo eso si nos las sensaciones que me estaba causando en este momento. Había tenido razón al esperar y no solo haber tenido sexo con ella, hacer el amor era algo mucho más increíble que el simple sexo, separe mis labios de los de ella –¿eso significa que estoy perdonado y que aceptas ser mi novia?- pregunte con una sonrisa de lado, muchos chicos creerían que no era el mejor momento para preguntar esto pero para mí era importante que ella fuera mi novia antes de hacerle el amor.

Sus palabras me hicieron sentir de una manera muy especial, ella quería ser mi chica y solo mia –yo también sere todo tuyo- le susurre al oído antes de corresponder su beso de aquella manera tan tierna y cariñosa como pude, demostrándole el amor que sentía por ella que era única y especial. En ese momento hice que nos giráramos para yo quedar encima de ella, puse mis brazos a un lado de ella sobre el colchón de la cama para así evitar que mi peso la aplastara por completo, separe mis labios de los suyos y comencé a trazar un camino de besos por su barbilla, hasta su cuello y llegar a sus hombros, comencé a lamer las pequeñas gotas de agua que aun quedaban en su hombro derecho. Mientras me saque los zapatos de una manera muy ágil e hice los mismo con mi pantalón.

Me encantaba tenerla denuda debajo de mí y me provocaba como los mil demonios, quería tomarla ya y hacerla mía, pero a decir verdad yo quería ser tierno y cariñoso, quería consentirla y que nuestra primera vez juntos fuera inolvidable.
Levante la cabeza y la mire a los ojos mientras que mi mano izquierda abandonaba el colchón para comenzar a acaricia su cuerpo, ascendió desde su cintura hasta uno de sus senos, su piel era tan suave, mis labios comenzaron a bajar desde sus hombros hasta su otro seno. Juntos mis labios y mi mano se pusieron a trabajar sobre sus senos para darle placer, no deje de mirarla ni un segundo, mientras la devoraba y la tocaba.