♣~Un día como otro cualquiera... {William}

Que mejor mañana que esta, note ce mi sarcasmo, en estos momentos estaba besando el suelo, literalmente, un mal movimiento mientras dormía y pum! ya me encontraba yacido en el suelo sin una pizca de querer moverme, una mano seguía arriba del sillón agarrando la almohada. Si, desde que Obama se le ocurrió que los padres durmieran en una misma habitación Mía y yo habíamos decidido, por nuestro propio bien, dormir separados, ella con Juli y yo en el sillón, mis peores días, siempre amanecía con un fuerte dolor de espalda. Con un esfuerzo sobrehumano me levante del suelo desenredandome de las sabanas, tirando estas a una esquina de la habitación. Fui hasta la cocina para prepararme algo caliente ya que el frío se estaba sintiendo, mientras el café se preparaba, abrí las cortinas dándome una esplendida vista de una universidad nevada. Hice mi aseo personal lo más silencioso posible para no despertar a la pequeña, vistiendo me con una playera manga larga azul, unos jeans negros que siempre abrigaban bien y unas zapatillas deportivas. A grandes sorbos bebí mi café calentando el interior de mi cuerpo, hoy tenia decidido a salir dar una vuelta por el campus, tal ves a jugar con la nieve o hacer ángeles reviviendo mi infancia.

Antes de salir tome un abrigo negro con unos guantes, puede ser que este loco pero no tanto como para no saber que afuera hacia un frió invernal. Camine por los pasillos vacíos, al parecer era muy temprano. Desde mi despertar no me fije en la hora, por lo tanto estaba desorientado en ese sentido. Mis pies pisaron la suave nieve blanca, un hermoso paisaje, siempre había amado estos días, nevados, lluviosos, otoñales, eran mis preferidos, seguí caminando, marcando mis pisadas por cada paso que daba, hasta que divise una banca que no estaba tan cubierta por la nieve donde pude sentarme un rato cerrando los ojos y disfrutar del poco viento que chocaba contra mi piel descubierta.

Estaba seguro que ayer en las noticias de la noche dijeron que hoy no iba a nevar, es más pronosticaron solo fuerte viento y posible chubasco. Malditos meteorólogos y sus falsas predicciones, parecen como si ellos tiraran todo a la suerte, como si se juntaran y dijeran hum parece que mañana lloverá, digamos que estará soleado! Cuantos años se pasan estudiando para estar en la tele y mentirnos. Bah! por eso nunca les creo, prefiero confiar en mi propio instinto cuando veo el cielo cada mañana al abrir las cortinas.
El viento chocaba fuertemente contra mi cara, de la helada estaba perdiendo la sensibilidad en el rostro, pero no era muy importante ahora, adoraba estar de esta forma, pensar, sin importar nada, muy temprano cosa que el ruido exterior no te moleste. Mi nariz ya no la sentía seguramente la tendría roja al igual que mis mejillas producto del frío. Seguí con los ojos cerrados, me eche hacia atrás apoyando mi espalda en el respaldo de la silla.
Tranquilidad, eso era lo que sentía cuando un sonido me trajo al mundo de vuelta, se parecía al de una cámara, abro los ojos sorprendido buscando al responsable, cuando miro a una chica ofreciéndome su café - gracias - murmuro tomando la bebida entre mis manos traspasando el calor a mi cuerpo - pero y tu? . pregunte, ya que creo que este café es suyo por lo tanto la estaba dejando sin nada que tomar en esta mañana helada - Derecho, tu también... digo estudias acá- dije con una mueca cuando mencione mi facultad, nunca me iba a agradar estudiar eso.

Vi el café que ella tenia en mano mientras escuchaba su explicación, si que era una chica afortunada, las personas de la cafetería siempre me daban la mitad de lo que yo pedía como si me tuvieran mala, por algo que yo les hice o algo por el estilo, especialmente con esa señora robusta que parecía hombre con esa mirada llena de rencor cuando me miraba produciendo un escalofríos de mi parte, estaba más que seguro que esa señora le tira escupo a todos mis pedidos porque una vez que los pruebo siempre saben mal. Despeje mi mente de esas ideas tan mías que siempre termino cambiando de tema. Me acomodo mejor en la banca para quedar de frente a la chica - Entonces tengo el placer de darte la bienvenida a Harvard donde todo puede suceder - comente riendo para proseguir - Mi nombre es William y si escuchas algo malo de mi son puras falacias - bebí un poco del café que se encontraba caliente, gracias a GG yo había quedado muy desprestigiado por culpa de las borracheras que me mandaba, ya era un poco común que la gente dijera cosas mías y no siempre muy buenas.

- Entonces Elle te encanta sacar fotos? - no se si fue una afirmación o una pregunta lo que había salido de mis labios, al ver su cámara y como ella sacaba unas cuantas fotos al paisaje era más que claro que su respuesta era si, pero era tan mi preguntar cosas obvias. Me fije más en las facciones de Elle especialmente en los ojos lo primero que le veía a una mujer, sus verdes ojos me atraparon por unos segundos, realmente hermoso. - amo la nieve, amo la lluvia y amo los días otoñales - enumere, amaba el otoño y el invierno, los colores que traían esas estaciones simplemente: bellas - segundo año - no quise seguir con mi manía de preguntar cosas innecesarias ya que con su respuesta anterior me dejo en claro que recién entro a la universidad. Subí mis piernas a la banca sentándome a lo indio mirando todavía a los ojos de la chica.

Reí mientras sentía-Gracias, es un honor para mi estar en una escuela como esta..-dije bromeando-pero espera, ¿todo puede suceder?-pregunte con interés-¿en una universidad?, creo que pasa como en el resto, típicas fiesta y estudiar con ah, si más estudio, ¿no?-pregunte mirándole para oír su presentación después-William, bonito nombre...-dije sonriendole- bueno, después de decirme que aquí puede pasar de todo, puede que me las crea..-dije riéndome para después beber otro poco del café, me encanta su olor, se podría decir que me tranquilizaba y me hacía olvida de todo.

Asentí a su pregunta-Aja, me la regalaron cuando tenía 14 años una moja en el comento en el que estaba, desde ese día me encanta todo lo relacionado con la fotografía, por eso escogí estudiar arte-dije contándole una historia que a lo mejor a el no le importaba pero que sentí la necesidad de contar, me di cuenta de que me miraba fijamente, algo que me provoco un sonrojo, era aveces demasiado tímida y el hablar con chicos después de estar años en un convento lo llevaba bastante mal, solo hablábamos con el sexo apuesto cuando íbamos a esos campamentos. Escuche lo que dijo del invierno haciéndome olvidar lo anterior-Vaya... dos años aquí-dije mirándole-la verdad no te veo en derecho...-dije en voz alta mirándole yo esta vez los ojos los cuales tenían la vista en los mios.

Reí ante su respuesta, si, la universidad es para estudiar, por favor noten mi sarcasmo, porque lo que yo hice desde que que entre a Harvard no fueron mucho estudiar, apenas conocía la biblioteca, todavía no entendía como seguía estudiando derecho cuando es una carrera que necesitas memorizar muchas leyes con cada punto y coma, puede ser que las fiestas era lo que más se vive en este recinto, grandes fiestas a montones. Sonreí ante su cumplido. Tome un poco del café caliente, con su temperatura me hacía reaccionar mis manos que estaban congeladas, una buena bebida mañanera que te despierta para sobrevivir el resto del día.

Escuche atentamente a su pequeño cuento, me gustaba que las personas confiaran en mi y que pudieran decir todo lo que quisieran. De vez en cuando escuchaba que yo era muy bueno escuchando pero no tanto como dando concejos que soy un desastre en ello. Así que era una chica de convento, nunca había conocido alguien de ahí, puede ser porque pasan todos sus días encerrada en ese lugar. Observe como se sonrojaba, enarque la ceja, ¿porque lo haría? de lo más seguro que el frio la ataco, se ve muy tierna con esas mejillas colorinas. - Porque nadie me ve como un futuro abogado? - comente riendo, no era la primera vez que me lo dicen - Bueno... ni yo me creo que estudio derecho, siempre me imagine algo relacionado con las matemáticas - si, yo era uno de las pocas personas que podía decir, yo entiendo los números y me gustan. - Creo que decidí esta carrera para dar el gusto a mi padre - confesé encogiéndome de hombros restando importancia, no me gustaba hablar de mi padre.