Tranquilidad un poco Interrumpida {Ethan}

¿Acaso era cosa del destino, oh de sueño?...

Suspire pesadamente y me recosté de nuevo en mi cama. Era Sábado, Fin de semana y la estúpida alarma había sonado otra vez.
Hace pocas horas estaba del todo emocionada por conocer por primera vez el campus, ya tenia todo listo; como Pararme temprano, almorzar un rico chocolate frió con galletas y comenzar a llenar el campus con alguna cosa viscosa y asquerosa que en escasas horas llegaría desde Italia.

¿Nada mal no?. Arroje el celular a la pared mientras inconscientemente me liberaba del sueño, tome una ducha rápida y salí de nuevo a mi nada desastrosa recamara. Como no quería volverme a poner esa remera de patitos y ese micro short para dormir, alcanze a tomar una remera de mickey mouse y un short negro de mi maleta, unas zapatillas negras y mi cabello suelto. Era demasiado vergonzoso el estado hasta el momento de mi alcoba. Maletas tiradas por doquier, ropa planchada y perfectamente doblada en el suelo, maquillaje esparcido en el ropero.
-Definitivamente necesitare ayuda-Suspire pesadamente y salí de aquella horrible escena.

Camine sin rumbo por los tantos pasillos y lugares que habían por ahí, hasta llegar a un pequeño jardín lleno de flores de distintos colores, era extremadamente hermoso y una paz increíble te llenaba los cinco sentidos. Tome asiento en una pequeña banca que se encontraba ahí y me recosté en el respaldo. Ahora si,tal vez dormiría un poco en ese lugar.

Rei al escuchar la voz de Ethan y abrí un ojo con pereza -Vaya, genial, ¡Mi primer premio!, Quiero agradecer a mi madre por hacerme tan hermosa- imite la voz de una chica desesperada y reí un poco mas.

Levante mi vista de nuevo y me senté correctamente, mis deseos por dormir un poco mas no se llevarían a cabo ese día, a menos que...
-Ven siéntate- le dije mientras palmeaba el lugar de al lado. -Veamos si sirves para almohada- Proseguí con una sonrisa coqueta y espere su respuesta. A lo mejor es mejor de Almohada que de Poeta.

Tome la rosa que me ofrecía y la coloque en mi cabello detrás de mi oreja al casi estilo Hawaiano. "Tal vez me vendría bien alguna vez bailar en Hawaii" Pensé rápidamente y reí ante mi ocurrencia.

Rei de nuevo, simplemente con el no so podria estar en ningun momento serio. -Sabes, seria una buenisima idea dejarte hablando solo, pero como soy una chica buena, no lo hare- Sonrei ampliamente y recoste mi cabeza en sus piernas, mientras subia mis piernas en el resto de la banca.

El aire de ese momento era calido y muy pasivo, eso me hacia recordar mi vida en Italia, pero tambien me recordaba a mi nada buena habitacion. -Ahora que lo recuerdo, necesito que vayas a ayudarme a acomodar mi recamara. Como no conozco a alguna chica todavia, eres el que mas puedes ahora- hice un pequeño puchero y quite de mi cabello la rosa para evitar que se fuese a maltratar al estar recostada.

-Sabes que si lo soy- murmure bajo y estalle en carcajadas. Algo me decia que mi super ego se debia a juntarme mucho con el. -Eres un buen maestro del Ego- le respondi casi instantaneamente al pensarlo.

-Et, sabia que me ayudarias, eres muy bueno con las chicas como para dejarme a mi misma y sola con tantas cosas por hacer- le guiñe el ojo y sonrei tiernamente. -¿Oh pensabas dejarme sola con una habitacion que casi me come y me muero asfixiada ahi adentro?- puse los ojos en blanco y hice una mueca.
Ohsi, ahora regresaba la reina del drama de nuevo, Me encantaba poner en practica todo lo que aprendi algun dia en los inutiles campamentos de verano, y que mejor para lo que me convenia.