Don't wanna be without you, My judgements cloudy {Libre}

“Heureux au jeu, malheureux en amour” Afortunado en el juego, desgraciado en amores
Nota Importante: A quien entre se le pide rolear con rapidez o al menos de una manera que el tema avance....como para concluir antes de la trama que se realizará el viernes 15 :3

Era un día como cualquiera por la tarde, me encontraba en mi habitación bastante cansada leyendo como de costumbre una novela romántica, pero había un inconveniente...estaba hundida en recuerdos y no lograba encontrar concentración, era horrible, tenía años que no me pasaba. Observé detenidamente la habitación y vi mi celular después de ello; no era tan tarde, quizá el caminar un rato me ayudaría a despejar aquellas ideas que me tenían pues...como me tenían. Me puse de píe y tomé un suéter amarrándolo a mi cintura, después agarré mi celular y una de mis bolsas para llevar también el libro junto a este dentro de ella, finalmente salí y noté como el aire toco mi rostro, entonces me detuve y analicé si salir o no.

Me encontraba algo pensativa durante toda la tarde, era un asunto que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza...”si, tal vez, no”, “es una locura”. Eso era lo que rondaba por mi cabeza, no sabía que pensar ni que sentir, estaba intrigada ante lo que sentía, pero en fin, ir al mirado no me haría daño, además siendo sincera, amaba lo que era el viento y la lluvia...sí, así era.

Comencé a caminar por el mirador y vi a una chica; ¿Era o no era?. Sí, creo que era Charlene, parecía estar pensativa igual, así que me acerqué a ella y la salude, quizá podría ayudarla en algo, me gustaba ayudar personas, me sentía útil además de que tambén no me gustaba ver las personas llenas de pena.

— Hola Charlene. ¿Pasa algo?, te noto algo reflexiba .- dije con una sonrisa en mi rostro esperando a que me contestara.

No supe ni con que fuerzas logré rasgar la envoltura de los chuches, no tenía hambre pero necesitaba morder algo para no hacer algo loco o erróneo, de hecho era lo que debí haber realizado antes de meter la pata hasta el fondo, intentar encerrarme en mi habitación y pensar todo con claridad, puesto que sin haberlo planificado, sin si quiera haberme imaginado, mi conciencia, mi reacción, todo lo tenía realmente mezclado en mi interior. Mis emociones parecían estar a flor de piel. Y ni siquiera era por aquel motivo que los hombres nos dicen cuando estamos gruñonas… Observé una de las gominolas, apreté entre mis dedos aquel gelatinoso osito de color rojo, si ellos tuvieran vida seguro reprocharían que estuviera por devorarlo para acallar todo lo demás.

Solté un gruñido, mientras mordía la gomita, cuando me encerraba en mi dolor o en mi mundo de preguntas, apenas y me daba cuenta si pasaba algo frente a mis ojos, solo levanté la mirada hasta que escuche la melodiosa voz de Melanie. La mire algo aturdida y asentí aunque no escuche bien lo que me había preguntado, por lo cual le ofrecí algo de mis dulces.

-Oh… hola Melanie … Melania- dije sin mucho ánimo. Agarre un puñado de ositos y me los metí en la boca, para después pasarme la mano sobre mis parpados, se venía una inundación gracias a la presencia de mi amiga, si, en mi interior todo se desgarraba y deseaba salir , pero soltar las palabras que había logrado silenciar no me sería fácil. No Quería hacerlo. O digamos 50 y 50… ya que sabía que lo necesitaba.
-Está lindo el paisaje ¿no?- le dije luego de lograr tragar los dulces.

Por un momento me quedé pensando en aquel tema que traía mi cabeza dando vueltas y a mi como una tontita, vaya, en serio que esto era...terrible, no me podía concentrar, espero por lo menos poder concentrarme en las clases, porque si no, me iría muy mal, demasiado mal, lo que menos quería era perder disciplina en los estudios, así que debía tomar esto a la ligera y ver que planeaba el tiempo para mi.

La observé analizándola, no se veía nada bien, no sabía la razón y no sabía como ayudarla, me ofreció de sus gominolas; la erdad no tenía apetito; por lo tanto moví la cabeza negando mientras le decía — No, muchas gracias Char.- le sonreí de manera dulce mientras note que quería llorar, en ese instante abracé a mi amiga, no sabía que tenía pero la consolaría y con tiempo, si ella gustaba decirme lo que le pasaba, le daría un consejo; pero igual le preguntaría que le sucedía.

— Vaya que si .- continué observándola reflexionando y me arme de valor para preguntarle que le sucedía. — ¿Char, Hay algo en lo que te pueda ayudar? Te ves muy triste, sinceramente y bueno; no me gusta verte así. ¿Que te sucede? .- le pregunté preocupada a la chica, de verdad no se veía nada bien, y eso me ponía triste; yo sabía que si me contaba su problema; siendo tan empática le podría dar un consejo, e incluso estaba segura de que lloraría con ella, no por problemas que yo tuviese, ni problemas tenía; sino, porque me podía meter en los zapatos de las personas.

Los ojos me molestaban, ardían un poco, demonios no podía sacar mi lado ¿varonil? , según mi madre, cuando yo no actuaba con cosas de etiqueta como ella quería cuando simplemente rechazaba los vestidos para sentirme cómoda bajo la tela de mis jeans y blusas de algodón, Sophia Lorayne se vivía diciéndome que yo era mujer que no debía ser tan hosca con las personas que me rodeaban. A decir verdad no lo era tanto, me hubiera encantado ser fuerte o tener todos los a calificativos que solía usar conmigo por no ser delicada como mi hermana mayor. Nunca le di importancia hasta ahora. Días atrás estaba buscando con ansia mostrarme más femenina por el temor de no satisfacer la atención de Erik, pero terminé mas confundida que santa repartiendo regalos en temporada de verano mar, arena, sol y playa.

A duras penas lograba abrir mi boca estos días, mordí mi labio en ese gesto de no saber que hacer, notaba claramente que Melanie me analizaba, vamos que estaba siendo obvia en su mirada. Me encogí de hombros cuando, rechazo las gominolas, pero lo que si no me esperé fue su abrazo, valla que era verdad lo que decían de estos, entonces se me salió el lado llorona. Las lágrimas se desbordaron con tal facilidad y con tal abundancia que creí que estaba lloviendo puesto que las sentí claramente deslizarse sobre la piel de mi rostro.
Con rapidez presione la bolsa de dulces con mi mano derecha, mientras con la izquierda me limpiaba el rostro, intentando secar los rastros de defensas bajas en emociones de la que actualmente estaba siendo presa. Al Escuchar su pregunta, deseé que no lo hubiera hecho, venga que cuando mis lágrimas comenzaban, si intentaban preguntarme o consolarme a veces terminaba llorando el doble… Desde ese día lloraba más de lo que normalmente había llorado en el transcurso de mi vida.

Bueno, sin contar la muerte de mi padre, ese día una gran parte de mí fue desgarrada. Clavé la mirada en la bolsa de dulces, intentando deshacer el nudo de mi garganta. Pero entonces recordé lo que mi padre decía “El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.” Solté un suspiro y sin levantar la mirada comencé a abrir la boca –No creo que me puedas ayudar, pero muchas gracias por preguntar…- sollocé – Solo he descubierto que a veces no tienes que seguir las cosas que sientes porque terminas metiendo la patota e hiriendo a otros… eso grábatelo- dije con una mueca, intentando sonar dura pero el dolor de garganta solo se hizo mas doloroso, venga ya…
Mis brazos rodearon el cuello de Melanie en un suave abrazo

-Hice una estupidez y lo peor es que en mi cabeza esa estupidez sigue dando vueltas, y la mayor crueldad es que hiere a dos personas que amo mucho, demasiado, la cuestión es que confundí ese cariño, realmente ya ni sé que es lo que siento- balbuce dejando mostrar la Charles que simplemente me empeñaba en no dejar salir.