Walk in the sun [ Libre ]

A pesar que me costará conseguí quitarme las sábanas de encima y levantarme a tientas con los ojos medio cerrados. Esto no podía ser sano para mí, ¿por qué me gustaba tanto dormir? Abrí un poco la ventana y vi un precioso amanecer, si mi instinto no fallaba, que solía hacerlo, serían las 6 y media. Me senté en la cama al borde porque sabía que si me acostaba ya no me levantaría. Revisé mi móvil, lo cual fue una tontería, ¿quién me iba a enviar mensajes a las 6 de la mañana?Bueno, a saber que te puedes encontrar teniendo amigos como los tenía yo. Aquella mañana había decidido levantarme temprano con el único fin de ir a dar un paseo por el parque. ¿En qué momento se me ocurriría? La cama era tentadora pero saqué fuerzas de flaqueza, me hice un café y fue al armario. Vaqueros con una sudadera azul oscuro. Dando el último sorbo de café y un poco más espabilada me puse unas converse negras.

7:30. Ya estaba a dos pasos del parque. El aire era húmedo pero parecía que iba a hacer un buen día, algunas nubes que quedaban iban apartándose para dejar paso al precioso sol. Caminé un rato debajo de los árboles con la única compañía de un par de pajarillos que cantaban. Caminaba con las manos en los bolsillos de la sudadera, sin preocupaciones. Pasado un rato vi un banco en el que daba un poco de sol, decidí sentarme, sacar los audífonos y el móvil. Yesterday, all my troubles seemed so far away, now it looks as though they're here to stay. Oh I believe in yesterday... Una de mis canciones favoritas por uno de mis grupos favoritos.

Me acababa de levantar, y apenas eran las 6 de la mañana, asco de ventana. La persiana de mi cuarto estaba estropeada, dejaba pasar la luz y eso me despertaba mañana tras mañana. Lo peor esque a pesar de quejarme varias veces aún seguía así, sin que nadie la arreglase, Dios... Una vez despierto, y con mi manía de una vez he despertado no poder dormir más me levanté de la cama y fui directo al cuarto de baño. Allí me miré al espejo, tenía unas ojeras increibles, y mi pelo completamenta alborotado. Decidí darme una ducha, para ver si despejaba, con agua templada, pues tampoco el agua caliente funcionaba muy bien. Una vez me acabé de duchar, de secarme y de secar mi pelo me vestí. Me puse mis converse all star rojas, con unos pitillos negros, la camiseta de tirantes blanca, pues no hacía mucho frío y una camisa de cuadros, verde, de manga larga por encima. Luego decidí ir a la cafetería, y puesto que el café por la mañana me sentaba mal, cogí un refresco, una pepsi para ser concretos, y salí de la cafetería, dirigiendome al parque, para dar un tranquilo paseo.

Tras un rato de paseo por el parque, con un día más o menos depejado, y todo en silencio, como era normal, con los típicos tíos haciendo footing como siempre, probablemente de algún equipo deportivo, vi una figura que me era extrañamente familiar. Decidí acercarme, pues parecía inmensa en sus auriculares, y cuando me acerqué toqué su hombro, sonriendo esperando a que se diese la vuelta.

Las canciones pasaban por el móvil, primero los Beatles, luego Queen, Green Day, ect. Nunca había sido una persona que se cerraba en cuanto a estilos musicales, les veía algo bueno a casi todos, obviamente había estilos que no tenían ni pies ni cabeza, pero si a la gente le gustaban yo no era nadie para decirles que eso no era música. No me gustaba que me dijeran cómo tenía que pensar y yo solía tratar a la gente como quería que me trataran. Aunque, claramente, había habido alguna que otra excepción.

Miré a mi alrededor, los madrugadores empezaban a llegar, gente haciendo footing, otros cuantos que solo paseaban con desayunos en la mano, más gente haciendo footing. La única que desentonaba era yo, sentada en un banco con las piernas cual tal indio y encerrada en mi propio mundo de música. Una pequeña brisa me removía el pelo, me encantaba eso, me relajaba más bien. Podría pasarme días allí sentada con el sol dándome en la espalda, la música y la brisa. Y si hubiera tenido un buen libro para alternarlo con los ratos de música ya podría haberme quedado allí meses. Al rato de empezar una nueva canción, Coldplay siendo exactos, cuando noté una mano en mi hombro. Me quité los auriculares tan rápido que casi me arranco las orejas, recé porque todavía siguieran enteras. Cuando me di la vuelta todavía con el susto solo vi a un Owen sonriente, lo miré mal, lo mataría, él bien sabía que los sustos a mí no me sentaban muy bien.
-Gracias, yo también te quiero, creo que no hace falta decir que me has asustado. -comenté más tranquila mientras una sonrisa se formaba en mi rostro.

La miré sonriendo, medio riendo, pero no llegué a reir por cortesía, a ver si se lo iba a tomar a mal, pero aun así me hacía gracia que fuera una persona tan asustadiza, a lo mejor era mi forma de ver las cosas, pero no sé, ¿qué te podía pasar en un parque y a esas horas de la mañana? Ni los asesinos en serie madrugan tanto como la gente que había por ahí. Yo porque me despertaba por culpa de la persiana, porque sino estaría tan agusto en mi cama, soñando vete tu a saber qué. -No pensé que te fuera a asustar. De nuevo sonreí, como tratando de suavizar el asunto y dando un salto sobre el banco en el que ella estaba sentada me senté yo también a su lado, mirando a la gente pasar, como hacían footing. -Me gusta hacer deporte, pero no entiendo lo de hacer deporte tan temprano. Reí sin ver su reacción y miré al horizonte durante un corto instante de tiempo. La verdad esque se estaba muy tranquilo ahí, la pequeña brisa que corría, el cantar de los pajarillos que por ahí había, incluso el susurro de la gente que pasaba me era agradable. Miré a un lado, entrecerrando los ojos, pues me daba el sol en la cara y luego la miré. -Bueno, ¿qué tal todo? De nuevo sonreí mirándola, como para dar a la conversación algo más de cercanía.

Yo también sonreí un poco, aunque fuera tan temprano un poco de compañía no me vendría mal y ya se me había pasado el susto, desde luego hubiera sido patético si hubiera salido corriendo, que es lo que suelo hacer, en vez de darme la vuelta. Supongo que en el fondo, aunque estuviera medio durmiendo, mi sentido común no me dejaba hacer el ridículo a estas horas, no me iban a asesinar o secuestrar en un parque por la mañana.
-Pues si a ti que te gusta hacer deporte lo ves así imagina cómo lo veré yo. A ver, me gusta hacer deporte pero nunca lo cambiaría por unas buenas horas de sueño. -reí suavemente, la verdad lo primero, donde me pusieran una cama que se quitara todo lo demás. En el fondo era una vaga de mucho cuidado. Entre la brisa y el sol que empezaba a subir por el cielo mi sueño aumentaba, una coca-cola no me vendría mal. -Mi vida... bueno, supongo que contarte que el otro día desayuné tostadas es lo más interesante que tengo. -se me escapó un bostezo, rápidamente me tapé con la mano la boca. Cosas que pasan por la mañana. - Bueno, ahora en serio, la verdad es que no tengo nada interesante, llegué hace poco al campus y no sé qué mosca me ha picado para levantarme tan temprano. -cogí el teléfono, paré la música pues me había dado cuenta que en ningún momento la había parado, me guarde los auriculares en el bolsillo de los vaqueros y el móvil en la sudadera. -¿Y qué hay de ti?

Miré como la gente pasaba, con los ojos entrecerrados por culpa del sol, hacía demasiado sol para ser una maldita mañana y eso no era muy normal, y menos por allí. Aunque estuviera mirando al horizonte no significa que no la estuviese escuchando, al contrario, estaba atento a cada una de las palabras que decía, pues era mi manera de escuchar y estar más concentrado en todo al mismo tiempo. -Bueno, hacer ejercicio está bien, pero si, yo también preferiría dormir. Reí un rato corto y luego la miré sonriendo, escuchando lo que me decía mientras la gente seguía pasando, alguna gente con bastante prisa. Ella me preguntó que que había de mi, no quería desfogar demasiado con lo de la maldita persiana que no me dejaba dormir así que solté una pequeña risa y luego mirando hacia delante conteste. -Pues la verdad, no he podido dormir por problemas técnicos. Reí de nuevo mirándola, para después seguir viendo a la gente que paseaba. De repente una extraña sensación fluyó por mi, tenía ganas de caminar, no me apetecía estar parado en ese momento. -¿Qué te parece si damos un paseo y así puede fluir mejor la conversación? Mientras decía esto me levanté, para luego ponerme frente a ella y ofrecerle la mano sonriente para ayudarla a levantarse.

Ya tenía menos sueño, supongo que mi organismo había decidido que ya podía despertarme pero aún así una buena coca-cola no me vendría mal en aquel mismo momento. Reí un poco. -¿Quién no prefiere dormir? Desde luego, a mí me encanta levantarme por las mañanas antes que los gallos a hacer deporte. -comenté sarcástica alzando un poco una ceja, no podía evitar ser sarcástica de vez en cuando, era como parte de mi ritual diario. Espera, espera. ¿Se ríe y luego me dice que a tenido problemas técnicos? - Explica lo de los problemas técnicos si no quieres que mal piense, señorito, Lehmann.- le di flojo en el hombro mientras se me escapaba una pequeña pero escandalosa risa. Ya empezaba a haber un poco de más gente conforme el tiempo pasaba. - ¿Un paseo? Me parece genial, no creo que me siente muy bien quedarme aquí tropecientas mil horas. -sonreí y lo encontré delante mía con una mano estirada la cual yo tardé poco en coger, puse los pies en el suelo y me levanté con cuidado de que no se me cayera nada.

Cuando cogió mi mano y vi que estaba en pie la solté y empezamos a caminar lentamente, aún tenía que explicarle lo de los problemas técnicos. Ahora que lo repetía en mi cabeza la verdad esque si, había sonado mal y se podría mal interpretar sobre todo si es un chico hablando con una chica, aunque si hubiese sido otra cosa yo son lo estrovertido que soy se lo habría dicho seguro. -Que parece ser que a mi persiana o a la dirección de mantenimiento de la universidad no les caigo bien. Sonreí un momento, casi irónicamente, cinco eran las veces que me había ido a quejar para que nos arreglasen la persiana del cuarto y cinco eran las veces que habían pasado de mi, no sé como a Frank no le podía molestar la luz. -Y como a mi enseguida me molesta la luz pues no pude evitar despertarme, y aquí me tienes. Si por mi fuera en ese momento aún estaría en la habitación de los sueños, pero bueno, era agradable conversar con April, así que podía decir que había merecido la pena desvelarse esa mañana.

Las 8:10 de la mañana, justo a la hora en la que los rociadores del parque se encendían para nutrir con agua la verde vegetación del parque. El agua salía a grandes cantidades logrando mojar a los dos chicos que paseaban tranquilamente

Empezamos a caminar, la verdad me había entrado curiosidad de saber qué eran esos problemas técnicos, era una cotilla, no me gustaba pero así era. -¿La persiana? ¿Te has liado con la persiana? -bromeé y, ni si quiera sé por qué, me entró un ataque de risa que me costó bastante parar, estuve a punto de atragantarme con mi propia saliva. Cuando conseguí controlarme seguí hablando todavía con la respiración un poco agitada y una sonrisa de oreja a oreja que poco a poco conseguí que fuera una sonrisa normal -Seguro que si voy yo a dirección sí que te la arreglan. -saqué pecho bromeando- Owen, entiéndelo, tú no le caes bien a nadie.- dije rodando los ojos mientras intentaba sonar cruel pero él bien sabía que lo decía en plan broma, él no era precisamente el más antisocial que había conocido en toda mi vida, todo lo contrario. - Si te digo la verdad, yo no sé qué mosca me ha picado para levantarme tan temprano pero me apetecía venir... -iba a terminar la frase con un " al parque" cuando noté que una especie de lluvia me empapaba. Los rociadores.