Café { Jonathan Specter }

Normalmente, una vez al mes, se quedaba en la casa de una amiga todo el fin de semana. No iba allí porque la extrañara ni nada así, su amiga tenía que trabajar y apenas se aparecía por ahí, así que, para devolverle cierto favorcillo, le dejaba su departamento. No estaba en pleno centro de Cambridge, pero era grande, vintage y le servía por si tenía que llevar a alguien y que no la interrumpieran.

Esa mañana, como todas, había ido a correr. Si algo detestaba era sudar, pero bueno, su cuerpo no iba a mantenerse solo y lo intentaría conservar lo mejor posible hasta que tuviera un hijo y tuviera que dedicarle su tiempo de ejercicio a él. Su vuelta duró una hora y apenas abrió la puerta fue directa a la ducha. Hoy tenía planes, iba ir al Starbucks. No es que el café fuera su bebida favorita, ni ahí, pero una de sus cosas favoritas era seguir modas, ser como el resto, o quizás mucho mejor, y si estaba de moda el Starbucks, ella iba a ir a tomar un café al Starbucks. Se puso unos jeans, una camiseta marrón y sus tacones marrones y emprendió su, lento, camino hacía la cafetería más famosa del mundo.

Charlie no veía la diversión de tomar un café en ese lugar. No entendía porque tanta emoción. Era sólo un café más en un vaso muy lindo, sí, pero sólo un café más. Dio un sorbo a su capuccino. Demasiado amargo. En realidad, toda la variedad de cafés le parecía amarga. Le dio un mordisco a su donut para contrarrestar el sabor, rico, dulce, grasa, engordar. Sí, era superficial, pero con la sociedad de ahora, no podía permitirse no serlo. En cuanto llegara a casa debía hacer algo de ejercicio.

Volvió a suspirar, probablemente fuera la decimo cuarta vez, pero el aburrimiento tenía ese efecto en ella, no bostezaba, suspiraba. Dejó el café y el donut sobre la mesa para sacar su teléfono. –Solamente a mí se me ocurre venir sola a un lugar así.-

Día normal, sol normal, traje normal; casi empujando la puerta entro al único sitio que conozco de esta ciudad universitaria, mirando con lentitud los paquetes que ofrecen solo tiendo a pedir el único café frio, con el mismo paquete de mini donas; igual era lo usual, al esperar mi pedido realizo la acción de pagar este y asi salir para regresar al trabajo, mas aquí es donde un chico con patineta entra y de un empujón a la puerta llega a pegarme en la mano, mi café que iba en dirección a mi traje y el paquete de donas; pero mi velocidad sobrehumana….si aja…hace que me gire para no ser yo la victima de el acto de ensuciar…pero la persona de atrás no tuvo la misma suerte, para mi esto de pedir las cosas frías pudo ser bueno por lo que solo me baje mis lentes negros, solo mi única reacción fue contra el chico que se rio…las siguientes risas serán sin dientes después de mi buen puñetazo.
-lamento lo sucedido…no fue mi culpa se encuentra bien señorita…-
Comente mientras le cedía mi saco

Probablemente no llevaba ni diez minutos jugando al snake, sí, tenía el snake en el teléfono, se había enganchado a él gracias a su primer móvil: un Nokia 1100. Varias personas entraban y salían, un hombre se paro durante unos segundos delate de su mesa; siguió inspeccionándolo con la mirada, estaba segura de que lo había visto en alguna parte, ¿pero dónde? Miles de preguntas se cruzaron por su mente: ¿cómo se llamaría?, ¿qué edad tendría?, ¿estudiaría o trabajaría?.

En aquel momento en el que acabó la partida de snake y aquel hombre se dirigía a salir de la cafetería un muchacho entro bruscamente con su patineta; en ese mismo momento sabía que y va a ocurrir así que se levanto de la silla cómo pudo, pero el café igualmente acabo en su camiseta marrón. El chico no paraba de reírse cómo si la rubia fuese un payaso al que le acababan de tirar una tarta de nata a la cara. Era algo molesto que la gente se comportara de esa manera y desde luego Charlie era una persona que nunca se callaba -¡Eres gilipollas o es que al nacer la comadrona te tiro a la basura creyendo que eras un tumor!-

El chico que provoco el accidente y reía, ya estaba en el suelo y escupiendo sus dientes con la fuerza que le di; aunque podría decir que quizás pude lastimarme la mano no era nada con lo que hice en Suecia, golpear un casco con varillas de acero eso si era doloroso. Cuando la chica grito contra el chico, por un instante pensé que también era dirigido a mí pero sin perder mi compostura sonreí ligeramente, más mi saco caería sobre su espalda cubriendo el accidente lamentable
-siento que una bella dama como usted haya pasado por esto…si desea podemos ayudarle a limpiar este desastre…quizás no es todo lo que podría hacer pero no podría dejarle así como así…-
Comente mientras la lleve al lado del mostrador
-disculpa hay un lugar donde mi amiga pueda limpiarse…-
Comente al momento que el gerente quizás preocupado por “las dos victimas”, se centro en nosotros señalando el área de empleados
-lo siento…ni siquiera te pregunte si deseas mi asistencia…-

Todo el mundo comenzó a mirarme cómo si fuese una especie de ''loca del pueblo'' y no en tendía el porque, aquel chico había entrado con aquellos aires de ser el jefe del lugar y cuando aquel hombre lo pegó la gente en vez de pasar del tema se preocuparon por el chico de unos dieciocho años o más. El hombre me cogió con delicadeza por el brazo para atenderme y al oír lo de bella dama me sonroje ya que nunca me habían dicho aquello.
Estaba sería y no le hablaba aquel hombre, cuyo nombre todavía no sabía, que se estaba preocupando por mí, creo que era una de las pocas personas que lo habían hecho desde que recordará mi memoria.
El hombre me pregunto si necesitaba su ayuda, me costo responder le unos segundos ya que me quede mirando le
a los ojos, intentando averiguar si podía ''confíar'' en ese momento de aquel hombre que si quiera conocía.
- Em... Sí claro, gracias por todo... Me llamo Charlie Argent - dije algo vergonzosa ofreciendo mi mano cómo presentación formal, algo que en pocas ocasiones hacía.

Al momento de ayudarnos, el gerente nos permitió entrar al área de empleados; ahí nos señalo el baño. Escuche su presentación mientras me extendió su mano, sin meditar un momento recordando esos momentos caballerescos de un irlandés, la tome y la acerque a mi labios sin besarlos en tono de amabilidad, mi padre era el culpable de esta al decir que debía tratar a cualquier dama con la amabilidad y respeto posible.
-un placer Lady Argent, mi nombre es Jonathan Specter…un placer conocerle…-
Comente al momento de ir cerrando la puerta del baño para darle la privacidad, un instante después camine afuera. Unos minutos pasaron cuando regrese con una bolsa con la marca de la tienda y tocando la puerta de la dama me acerque lo más posible sin abrir la puerta
-miladi afuera dejo una bolsa con algunas prendas exteriores que puedan serle de ayuda…esperare afuera para darle privacidad y hablar con algunos policías…con su permiso…-
Dije al momento de retirarme suavemente

Aquel baño si se le podía llamar así, ya que ni la puerta cerraba bien y el retrete no tenía cadena sin contar los más defectos que acumulaba aquel asqueroso baño. Estuve esperando unos minutos a que el hombre regresara de un establecimiento que se encontraba a la vuelta; trajo una pequeña bolsa que contenía una camiseta de tirantes de color morado pistacho y unos vaqueros de color claro, no era a lo que acostumbraba a llevar pero era lo único que tenía en ese momento. En el mismo momento en el que y va a salir del baño y acordarme del nombre recordé el porque de conocerlo, era un profesor de Harvard del que no me acordaba que clase daba pero si que había tenido una mala contestación hacía a él. Salí del baño y vi cómo había llegado una ambulancia para atender al chico además de que la policía estaba despejando el lugar de curiosos y de que habían llegado unos tres coches de policía, tampoco era para tanto que dos hombres se pegaran ocurría todo el tiempo o al menos en Nueva York.

El hombre estaba dando testimonio mientras que otro policía se acercó a mí con aires de achulado, se dirigió a mí con empatía mientras me miraba de arriba a bajo comenzó a darme mis derechos - Puede denunciar y todo eso aunque no creo que haga falta siendo la niña de papa lo tendrás todo resuelto ¿no?- dijo mientras murmuraba algo por lo bajin - Niñatas... No dude de responder le de la misma manera de cómo lo había hecho aquel hombre -Primero, su deber es tratarme con respeto y a poder ser de usted ya que no me conoce de nada. Segundo, si tiene algún problema lo dice directamente y tercero, si ya sabe quien soy supongo que sabrá cómo me tiene que tratar si quiere seguir con su puesto de trabajo.- respondí mientras dejaba caer mi mano a mi cadera mientras le miraba fríamente.

-se escribe ese…pe…una e, ce…te…otra e….si otra e y erre…specter…-
Deletreaba mi “extraño” nombre, mientras un oficial colocaba mi nombre en la base de datos de la policía pensando algo extraño por tan curioso nombre, al no haber nada deciden dejarme ir; suspiro mientras espero a la joven, mas al bajar la mirada cerca de ahí miro una pieza de unos milímetros de color amarillento…mi vista se agranda al ver lo que era
-que tiempos…en esos días….nunca nadie supo que los coleccionaba…o quizás Daniel si pero no le gustaba hablar de eso….-
Comente al momento de patear la pieza dental a la alcantarilla….donde va el chico no lo extrañara, cuando la joven parece pelear con el policía, casi me acerco
-discúlpenos oficial….nuestra amiga en común es un tanto…usted sabe…fiáin agus nach féidir a thuar mar dallóg….-
Comente en idioma Irlandés, los policías me miraron algo extrañados y caminaron hacia mi
-Glas Domhan a thagann ó?-
Dijo uno de ellos, mientras se acerco mostrándome su placa de oficial
-Ar ndóigh, más rud é nach i gcás an chuid is mó-
Cuando dije eso ellos soltaron una carcajada, al tiempo que me decían de un bar cercano fuera de las instalaciones donde la especialidad era…Whiskey, exclame con fuerza
-WHISKEY….-
-WHISKEY…-
-WHISKEY….-
-WHISKEY…-
-WHISKEY….-
-WHISKEY…-
Contestaron mientras se dieron vuelta y le pidieron disculpas a la joven...subieron a la patrulla y se fueron mientras se despedían de mi
-ha ha ha….la salvamos… oh mi saco-