¿Estás por ahí? [Alessandra]

Había salido de la universidad y intenté hacerme con Alessandra, llamándola como unas 7 veces pero en ningún momento he recibido un mensaje suyo, joder, ¿qué coño estaba haciendo esta tipa? Llamé a un taxi para que me llevara al puerto, donde sabía que la mayoría de tiempo ella pasaba. Cuando salí del taxi le di el dinero que el taxista había pedido por el viaje y me levanté de ahí, estirándome un poco para desentumecer ligeramente mis músculos.

Fui andando por el puerto hasta llegar a donde estaban los yates y vi el de Alessandra, un par de tipos vestidos de negro, suponía que serían los guarda espaldas de Alessandra, o era personal aposta para cuidar su yate, era la hija de Bill Clinton, así que contratar unos tipos que cuide el yate por el día y otros por la noche... ¿Qué más dará? Tenía tanto patrimonio y tanta pasta que el dinero ni si quiera podría entrar en mis 3 casas en España y en el ático que tenía aquí.

-Ey, ¿sabéis quién soy, no...?-Dije enarcando una ceja mirando a aquellos tipos que, me ignoraron completamente, ¿en serio que no sabía quién era? ¿Alessandra no les dijo que yo era su ex-novio y mejor amigo? Bueno, hacía un año y pico que no la veía, así que a lo mejor sería eso... Tan solo debía esperar a que ella viniese o saliese del yate.

Parecía que estos hombres no iban a dejarse pasar así que lo único que me quedaba hacer era darme media vuelta y largarme del lugar a mi casa, ya que, si ella no estaba aquí, ¿para qué iba a malgastar mi tiempo? Bah, qué más daba, no me contestaba los mensajes, ni me llama ni nada, pues nada, yo también tenía cosas que hacer, así tendría más tiempo libre si las hacía antes de hora. Pero, antes de largarme, unos pasos veloces sonaron por el yate hasta salir al muelle y acercarse a mí, y golpearme. Coño, ¿desde cuando se había vuelto tan bruta?

-Samuel Valencia, y me fui porque mis padres me llamaron y no pude hacer nada por decir que no...-Rueda los ojos, hablando en español, mientras la miro-Pero que vamos, que si te lo vas a tomar así rápido me doy el piro y me voy pa' casa.-Quizás España sacase mi forma de hablar más pueblerino, que para chulo, yo.-A ver quién le dice que no a mi madre cuando se pone pesada...-Dije mientras me cruzaba de brazos y la observaba, si iba a ser tratado mal pues me largo del lugar.

Al final ella cambió de opinión, su enfado pareció desaparecer completamente para dejar pasar a la Alessandra que realmente conocía. Accedí a entrar en su yate y andamos, entre aquellos guardas, no sabía como les habría sentado el que haya entrado al final pero vamos, a gusto me había quedado tras entrar. Una vez dentro el bartender se acerco tras la llamada de Alessandra y yo me senté en el primer lugar que vi dentro del yate, colocando mi brazo en el hombro de Alessandra, agarrándola con sutileza, acariciando su cuello con suavidad.

-Lo de siempre, fui allí porque a mi madre le dio un bajón y me quería cerca, ya sabes, lo que tiene ser hijo único. El último día me dijo que a ver cuando vas para allá a comer...-Sonreí de lado mientras las yemas de mis dedos seguían acariciando su cuello con suavidad y mi mirada se clavaba sobre la suya-¿Y tú, qué tal te a ido todo por aquí?-Murmuré, apartando la mirada para ver al chico acercarse con una botella de vodka y whisky-Tráeme una botella de fanta de naranja, por favor-Le guiñé el ojo y el chico al momento hizo caso y se fue a por ello.

Cuando el chico volvió con la fanta, yo la cogí para llenar mi copa más o menos un poco menos de la mitad, y la capacidad restante del vaso, lo llené con aquel rojizo líquido, el vodka rojo con la naranja no estaba tan mal, era una bebida típica, los cubatas, y lo que de verdad tenía ganas es beber agua de Valencia, qué ganas. Le di un pequeño trago a mi copa me giré para verla y soltar una leve risa-Pues dile a tu padre a ver cuando te deja escabullirte un par de días, o una semanita y nos vamos los dos a mi casa...-Pese que mi familia también tenía dinero, con la comida mi madre era muy estricta, no dejaba que nadie más que ella se acercase a sus deliciosos platos y hacía bien, no me imaginaba otra persona intentando hacer la misma comida de mi madre u otra distinta.

-Bueno, creo que pensamos distintos, a mí a este paso me tirarán de la universidad, pero bueno, mis padres me obligaron a entrar y ellos sabían de sobra que yo no quería...-Rodé los ojos para darle luego un largo trago recordando aquella amarga conversación-Pero bueno, qué le haremos...-Sonreí de lado mientras dejaba la copa enfrente de la mesa que teníamos delante.

-Ojalá tu padre fuese menos estricta contigo... Quizás te tuviese más tiempo para mí que para él...-Dije entre risas mientras le daba un pequeño golpecito en la nariz con mi dedo índice. Tomé un largo trago de mi cubata y giré para volver a verla-¿Con tanta gente...? Si no te molesta, prefiero seguir viviendo en mi ático... Sabes que yo necesito mucho espacio espacio para mí, y cuanto menos gente haya mejor... Sabes de sobra que siempre fui así, si hubieses estado tú aquí sola aceptaría encantado. Lo siento-Dije bastante apenado, sinceramente si ella estuviese aquí sola lo más probable es que sí me quedase, pero a sabiendas de que ella vive con más gente en el yate, sinceramente me quitaba bastante las ganas de quedarme aquí, como mucho alguna noche, o quizás una semanita... Pero tanto como para vivir aquí... Sinceramente no podría.

-Puedo hacer que mi madre llame al señor Clinton para que te deje venir aunque sea un fin de semana allí en España... Han comprado los terrenos que habían al lado y ahora es el doble de grande más o menos... Van a hacer un huertecito, como mi padre ya está jubilado... Pues tendrá que aprovechar el tiempo y hacer algo, seguro que de ahí salen unas hortalizas y frutas buenas...-Dije mientras pensaba que pasaría con aquello dentro de unos años, quién sabe, a lo mejor hasta con suerte podría volverse un gran agricultor mi padre y apropiarse de más terrenos, así seguro que el pobre hombre no se aburriría.

-Sí... Lo recuerdo todo, claro que lo recuerdo Alessandra... Desde luego aquella cena con tu padre, tu madre, gemela y tú en la vida podría olvidarse... Me quedé allí a dormir y todo, y tu padre me soltó aquello en media cena, con lo nervioso que yo estaba lo único que logro era ponerme más nervioso aún...-Dije recordando aquello entre risas, sin duda cuando la conocí jamás pensé que iba a ser la hija de Bill Clinton, y, aún menos que su padre me dejase como su ''futuro heredero'' ¿sus negocios para mí? ¿No hubiese sido mejor dárselos a sus propias hijas? Sin duda aquel hombre era una gran persona y parecía no haber dudado cuando dijo aquello.

-Pues, la semana que viene. ¿Te va bien?-Le pregunté con una pequeña sonrisa mientras terminaba mi copa hasta no dejar ni gota, dejándolo de nuevo donde estaba.

-Casi... Casi Less-Dije soltando una pequeña risa-Esta semana que viene no, la siguiente es cuando es su cumpleaños... El miércoles tienes que venir conmigo quieras o no y el jueves lo celebraremos... Tenía pensado regalarle un collar o algo, para que vea que, si gasto el dinero que me dan, como mínimo hacerle un regalo chulo y bonito... ya te lo enseñaré cuando vayamos a mi ático.-Dije sonriendo, observando como de repente mi copa volvía a estar llena de lo que estaba bebiendo con anterioridad.

-Muchas gracias por rellenar el vaso...-Tomé un trago de nuevo mientras notaba como ya comenzaba a subir un poco todo el alcohol ingerido.-¿Amores, mujeres?-Solté una carcajada al escuchar aquello-Desde que desaparecí renuncié a las mujeres, la última vez fue un quebradero de cabeza con todo el asunto de Kiara y esa amiga extraña tuya tan obsesionada contigo, quita quita... Si alguien me quiere que me busque, voy a dejar las mujeres para otros hombres, yo ya no estoy echo para esto-Dije mientras daba un último trago a mi copa antes de dejarla en la mesa.

-Bueno, si tu padre y tu madre y hermana están dispuestos a ir a visitar España a la casa de campo de mis padres, claro, ella siempre hace merienda de sobra y si queréis incluso os podéis quedar allí a dormir, ya sabes que hay sitio de sobra para todos vosotros incluso más gente...-Dije alegre, si el señor Clinton y la señora querían venir, claro, yo no era quien para decirles que no, es más, me gustaría que vinieran, hacía mucho tiempo que nuestras familias no se encontraban, cada uno era ''famoso'' en su tierra, aunque mi familia no lo era ni una cuarto de lo que eran los Clinton... Creo que ni una décima, pero también se nos conocía por allí.

-¿Es que no me crees? Me ofende de verdad que dudes de mí, ¿cuándo te he mentido yo, eh? Creo que nunca pequeñaja mía...-Dije golpeando con suavidad de nuevo la punta de su nariz, separándome un poco de ella después para darle un trago a mi copa, notando como la calor comenzaba a embriagar mi cuerpo y sentía lo típico que hacía el alcohol...-Voy a tener que dejar de beber por ahora...-Dejé caer en el aire ese comentario y solté una pequeña risa, yo había bebido bastante ya, aunque a ella apenas le vi tocar su copa, qué extraño.

-Si te soy sincero no busco absolutamente nada, me he cansado de buscar a alguien que me quiera, ahora solo espero a que alguien me lo demuestre, para seguir adelante... No sé, es algo que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida... No todo son las mujeres, una tras otra, eso me hace un verdadero capullo, y yo quiero ser todo lo contrario. Un galán no se tira a toda mujer que logra conquistar...-Eso iba más para mí que para ella, pero lo solté en voz alta al fin y al cabo, suspiré con ligereza mientras tomaba el último trago de aquella copa, quizás con tanto alcohol en el cuerpo comenzaba a delirar un poco.

Ella seguía empeñada con que alguien tenía que haber en mi vida para que yo haya cambiado de opinión y en cierta parte, era normal que ella dudase bastante de mí, ya que ambos nos hemos amado mucho, tanto que hemos vuelvo incalculables ocasiones de veces dándonos igual que era lo que pasase con nuestros sentimientos.-No insistas Alessandra, no tengo a nadie y hace tiempo que dejé de estar enamorado de nadie... Sinceramente ahora mismo tengo mucho tiempo para mí mismo, para pensar y pasármelo bien con mis amigos y ir de fiesta... Así que de momento hasta que no me surja algo no tengo pensado cambiar de opinión, estando solo, por ahora, estoy mejor que bien...-Expliqué mientras la observaba, para que me entendiera y supiese que no mentía en ningún momento y aún mucho menos con un tema como ese.

-¿Y tú, Alessandra? Llevamos un buen rato hablando de mí, ¿qué es de ti, alguien ya aprovechó la ocasión y te has echado un noviete?-Dije más animado y con el ligero pedo que llevaba pasándose poco a poco, me levanté de aquel asiento mientras me estiraba ligeramente, pensando en tirarme de cabeza al agua para darme un agradable chapuzón.

-¿Qué te parece si vamos a darnos un chapuzón? El agua debe estar genial en estos momentos y seguro que con compañía está muchísimo mejor...-Dije mientras la agarraba con suavidad de la mano y la sacaba hacia el exterior del yate y notaba como los rayos de sol impactaron de golpe mi cara, haciendo que mis ojos se entrecerrasen por la cantidad lumínica que entraba, además colocando mi brazo entre el sol y yo para evitar que aquellos rayos pudiesen golpear mi rostro, como si así pudiese evitarlo.

-No te preocupes Alessandra, es normal que dudes, aunque yo no te lo haya dicho y me dijeses lo mismo que te he dicho yo, también dudaría bastante de la credibilidad de tus palabras-Dije guiñándole el ojo y bajando el brazo al poco mientras sentía aquel característico calor recorrer mi cuerpo, por el día se estaba bien, aunque no me gustaba pasar calor, antes de eso, prefería pasar frío.-Así que, tan solo disfrutemos del reencuentro, ¿vale?-Me acerqué al borde del yate y me despojé de la camisa y el pantalón que llevaba para dejarme en un bañador de flores blancas en un fondo azul. Me puse de espaldas al mar, cara a Alessandra e hice un mortal hacia atrás tirándome al agua.

Una vez pasados unos segundos bajo el agua, salí a la superficie mientras sacudía varias veces mi cabeza como si fuera un perro para deshacerme del agua que se había depositado en mi cabeza. Nadé un poco alejándome del yate, no fuese a ser que ella también se tirase y saltase encima de mí haciéndome daño, había que evitar tonterías como esas a toda costa, nadie quería lastimarse en un reencuentro tan bello como el de hoy.

Asentí con la cabeza mientras ella se iba acercando a la piscina de su yate, claro, ella era una buena chica, solo que antes, al menos, antes cuando yo la ''conocía'' era muy mujeriega, por lo que nos llevó a broncas casi diarias por los hombres con los que ella estaba, aunque siempre estaban las mujeres con las que yo estaba... Así que, tan solo esperaba que en esta ocasión le fuese bien a Alessandra, fuera de mi lado, no debía ni quería lastimarla nunca más, no me lo terminaría perdonando, como todos estos largos años de sufrimiento mutuo.

Cuando ella se tiró a la piscina, yo la perdí de vista, así que me dediqué a mirar a mi alrededor a ver si la encontraba, pero, cuando quise darme cuenta ella estaba detrás de mí agarrada cual koala y yo enarqué una ceja mientras reía-No querrás haber echo eso...-Dije mientras echaba la cabeza atrás y mordía su mejilla, para al momento siguiente, sumergirme con ella detrás de mí, ahora probaría cuanto aguante tenía bajo el agua, pero teniendo una piscina y agradándole tanto el agua, seguro que su capacidad pulmonar era mayor de la que en mi imaginación cabía.

Largos segundos pasaron y ella no parecía ceder, pero yo apenas cogí oxígeno, así que tuve que emerger por urgencia, si no, me hubiese quedado allí abajo hasta que ella lograse sacarme. Mi respiración era acelerada, por lo que mi torso ascendía y descendía con velocidad, esto de fumar no era nada bueno, quizás debería dejarlo ahora, que era jovencito, y a lo largo de los años, mis pulmones terminarían curándose, a los años...

Esperé a que Alessandra saliese del agua, aquello me lo había tomado como una vacilada total, ya que ella se quedó mucho más tiempo en el agua y yo estaba en la superficie mientras veía los alrededores de su yate, era enorme, jamás pensé que Alessandra terminaría poseyendo uno, ¿cuántas cosas me había perdido desde que me había marchado de este lugar? Ella, al rato, salió bajo del agua y yo le enseñé la lengua en modo de burla-Pues ya ves tú para que te a servido, no has ganado nada, nada nada-Dije empleando un tono juguetón, un tono de un niño de 5 años que se picaba cuando perdía, era divertido saber que Alessandra no cambiaba después del todo y ella era la ''misma'' de siempre, tan competitiva y tan divertida como siempre, al menos, había algo que no cambió en ella y lo agradecía realmente, porque es como si ni si quiera supiese donde estaba, era todo tan extraño...-¿Cuándo compraste el yate Less?-Pregunté mientras me acercaba al borde de la piscina y colocaba mis brazos en los bordes para dejar relucir parte de mi pecho fuera del agua.

-Ah cierto, como no... El poder adquisitivo del gran señor Clinton...-No pude evitar soltar una ligera risa mientras me estiraba un poco alcanzando mi pantalón para sacar la caja de tabaco y sacar un porro que me había liado ayer, perfectamente liado, como si de un verdadero profesional lo hubiese echo. Besé con suavidad mi pequeño hijo, admirándolo-Pero tú nunca podrás liar porros con esta maestría única, a mí siempre me salen perfectamente perfectos-Dije con una pequeña sonrisa, alcanzando luego mi mechero, encendiéndolo, dándole una larga calada, el olor de la marihuana comenzaba a hacerse notar.

Cuando aquel humo se quedó dentro de mí, lo solté lentamente alzando la cabeza para tirarlo hacia el cielo, para al poco, tenderle el porro a Alessandra, odiaba fumar solo, al igual que ella, teníamos mucho en común, por eso, antes estábamos juntos, hasta que tuve que volver a largarme, porque sabía que ella no me llegaría a ser fiel, esta mujer tenía mucha necesidad sexual que yo no podía satisfacer a tantos kilómetros d ella.