Una invitación Pendiente y relax (Alessandra)

Apenas termine mi clase y me fui a la cafetería, hace tiempo le había echo una invitación a una tierna chica que fue la primera en hablarme, debía cumplir mi palabra así que al fin nos reuniríamos. Aquella chica me había simpatizado tanto que me atreví a invitarla a tomar un café sin conocerla mucho, pero es que tenia algo muy especial me recordaba mucho a una amiga que tenia en la secundaria.
Llegue al cafetería y me senté al lado de una ventana que se veía casi toda la calle, estaba un poco nervioso ojala que llegara y no me dejara plantado que vergüenza, saque mi teléfono y me conecte a Tumblr luego en twitter para no aburrirme al rato una camarera me tomo la orden le respondí -No gracias ordenare cuando llegue a la persona que espero, espero que llegue-, la camarera se rió y siguió atendiendo a los demás clientes, quede solo mirando hacia afuera y esperando ala chica

Después de todos los eventos acontecidos en la Universidad y más aún, el reciente Ciclón del que apenas nos recuperábamos, al fin tenía oportunidad de salir y recobrar mi vida social. Ese día había quedado en tomar un café con un chico de la facultad de sistemas empresariales de la Universidad: Caleb Quinn. A primera vista me parecía alguien de lo más agradable y simpático. No lo conocía de mucho, obviamente... pero la primera impresión para mí siempre había sido importante y él había causado un gran efecto en mí.

Me vestí casual, lo que consideré adecuado para una salida de este tipo y me encaminé hacia el Starbucks. Rápidamente lo ubique y me dirigí hacia allí, sentándome frente a él. -Siento la tardanza.-Había llegado justo a la hora, pero a mí me parecía tardísimo. -Gracias por esperarme.-Murmuré, mirándole, justo al tiempo que la camarera se acercaba a nosotros para tomarnos el pedido. -Me gustaría un frapuccino, con bastane crema batida y chocolate.-La empleada se dirigió a él después de tomar mi pedido y lo miró, esperando el suyo.

-Se me apetece lo mismo que ella y ademas dos jugos para mi de frutilla, que sabor quieres Aless, ammm ademas Donas si no es molestia bueno cuando regrese le digo el sabor de la chica.- En la otra silla había un ramo de rosas blancas que había comprado para la chica a pesar de que no era una cita, pero debía ser cortes y desde que me hablo se me produjo una sensación muy especial que nunca me había pasado en toda mi vida por lo que debía descubrir.
-Toma son para ti espero que te gusten- le dije sonriendo tierna mente, en su cara tenia algo muy familiar y especial le dije -Sabes eres una de las primeras estudiante que hablo, soy nuevo acá, pero no me has dicho lo que estudias y que quieres hacer?- al parecer eran muchas preguntas, no quería que pensara que era muy acosador, así que luego le sonreí nuevamente mirando sus ojos pero mis mejillas enrojecieron era lo que mas odiaba, no me gustaba esa sensación de vergüenza pero no lo podía evitar.

Esperé que la chica se fuese y nos dejase solos, disfrutando de la compañía mutua. Escuché lo que pidió y sonreí, mientras observaba como ponía ante mí un ramo de rosas blancas. Lo tomé y lo sostuve en mis manos, observando la belleza de las flores, más que maravillada. -Gracias, de verdad. Es un detalle hermoso. Las rosas blancas son mis favoritas ¿sabes?-Murmuré, mirándole, al tiempo que mi sonrisa se hacía más evidente. Escuché su pregunta y no pude menos que sonreír, al tiempo que lanzaba un leve suspiro. -Estudio Medicina... quiero ser un gran médico algún día ¿Y tú? ¿Qué me dices de ti?-pregunté, curiosa. La verdad era que no sabía porqué, pero de pronto tenía demasiado interés por conocer todo de él, pues realmente me interesaba su vida, aunque no tuviera una razón específica para ello.

Sonreí y sonreí me sentía muy a gusto con aquella chica, me había echo una pregunta no dude en contestar -Bueno yo estudio Administración en Hotelera, espero tener mis propios hoteles como mi papa total mente independiente, así que el me envió a estudiar a aquí- le dije mientras la miraba atentamente, - No sabia que las rosas blancas eran tus favoritas, pero lo presentía una chica tan bella y especial como tu debían gustarle- le dije, a lo lejos veía la camarera con nuestros pedidos, -eres de acá o extranjera como yo- le pregunte sin duda tenia una necesidad de hablar mas con ella, no sabia por que pero su mirada me hacia poner nervioso y enrojecerse sus ojos era profundos acompañado de una hermosura y dulzura que me gustaba no aguante, -tienes unos ojos muy lindos- me enrojecí tanto al decirle eso que le sonreí para disimular.

-Vaya, yo pensé que estabas estudiando no sé, Derecho o algo así, aunque la administración hotelera también es interesante. Seguro que al graduarte de aquí ya no tendrás que preocuparte por trabajo o esas cosas, pues con tu padre ya lo tienes seguro. Eso está bien ¿sabes? te ahorras muchos problemas y quebraderos de cabeza.-Le dije, sonriendo. -Venga, ya... me harás sonrojar y no me veo nada bien estando toda ruborizada.-Dije, riendo levemente, notando como la camarera se acercaba a nosotros con lo que habíamos pedido.Tomé mi frapuccino y di un sorbo, deleitándome con el sabor frío del café, pero que no por ello dejaba de ser exquisito. Tomé una dona y di un pequeño mordisco, disfrutándola también. Casi nunca venía al Starbucks pero cuando lo hacía, no perdía oportunidad en disfrutar uno de sus deliciosos postres que tanto me encantaban.

Al fin la camarera había traído los pedidos, tome mi jugo tenia mucha sed comiendo algunas donas, tome mi frapuccino -Bueno eso siempre me a gustado ser independiente, pero cuando me gradué tendré que espesar de cero.- ya entraba en confianza con Aless había sido el mejor tiempo, -Sabes no se porque me gusta estar con tigo es raro pero se siente super bien, podríamos repetir esto y no te sonrojes que me da vergüenza- seguí tomando mi café mientras la miraba, -Cuantos años tienes Alessandra- le pregunte, ella solo me miraba tomando su frapuccino, yo me eche una carcajada porque a pesar de que ya entramos en confianza estaba muy nervioso solo reía para disimular y de que Aless no se espantara.

-Me alegra simpatizarte a la primera. No sucede a menudo, por eso es que me siento feliz de que nos llevemos tan bien apenas conocernos. Contigo me pasó lo mismo, me agradaste desde que comenzamos a platicar y enviarnos textos. Ha sido divertido, la verdad... aunque con lo del ciclón ya no tuvimos tiempo de seguir viéndonos, sobre todo por lo grave que fue.-Le dije, rememorando todos aquellos hechos que fueron sucediendo en el transcurso de las semanas, lo difícil de cada acontecimiento y lo mal que la pasamos en ese entonces. Pues... tengo 18 años y si no me equivoco, tú también. ¿No?-Pregunté, mirándole con curiosidad. Nunca se me había dado demasiado bien adivinar edades pero en esta ocasión esperaba acertar. De no hacerlo, bueno... al menos ya me daría cuenta que de adivina, moriría de hambre.

Le sonreí nuevamente, -si no tuvimos mucho tiempo de hablar, por el ciclón, pero espero poder seguir viéndote y mandándote text- sin duda algo raro estaba pasando ya me estaba encariñando con ella, eso nunca me había pasado antes, -Si si al igual que tu también tengo 18 años, mas bien es mi primer año-. Termine de tomar mi café y seguí con mi jugo de frutilla -Se te ofrece algo mas Aless- la mire a sus ojos muy atentamente enseguida le pregunte -Y tu tienes novio, alguien tan linda y tierna como tu debe tener-, seguí tomando mi jugo esperando que la chica me respondiera, pero por un minuto se me paso en la cabeza que tal vez no era una buena pregunta quisas lo le gustaba hablar de esos temas, así que no le quise insistir solo me dedique a seguir tomando de mi jugo y solo mirarla.