Una enfermedad muy grave ─ Jensen T. Belivok

El mareo había sido persistente, el dolor también, pero jamás pensó que podía ser algo grave, es más, ni siquiera le había dado la atención necesaria a esa incomodidad que llevaba días molestándola. Dejo escapar un leve suspiro cuando la enfermera la llamo y se levanto del taburete para entrar en la sala. Kutzu le explico todo, desde su mareo, hasta las ganas de escupirlo todo, la mujer le pregunto sobre sus parejas sexuales y toda esa basura de la que Kutuz no deseaba hablar, sin embargo, un alumno interrumpió la charla de la mujer, informándole que necesitaban de ella en la sala de tecnología, según el chico alguien se desmayo y Kutzu agradeció internamente la interrupción del hombre, sin embargo la enfermera la informo que debía esperar ahí hasta que ella regresara.

Se dejo caer sobre la camilla, posando ambas palmas sobre sus ojos, pensando en que demonios pasaba con ella, posiblemente se había intoxicado tanto alcohol y fiesta. Estuvo a punto de quedarse dormida cuando alguien toco la puerta, ella ignoro el sonido, pero la acción se repitió, ella se sentó sobre la camilla y negó.─ Paseeee....─Grito y se quedo mirando al hombre que abrio la puerta. Dios, era ese dios diseñador que estaba más loco que ella. Una sonrisa se curvo divertida en sus labios excesivamente rojos por el labial y alzo las cejas.─ Un doc sexy, estoy en el cielo.

La comisura de sus labios se alza en una sonrisa divertida, coqueta, con ese deje de juego adolescente propio de una chica de su edad. Lo ve acercar y pone su mejor cara de enferma antes de responder su pregunta─ ¿Acá? Pues... Estoy enferma... ¿No ve mi cara de enferma terminal? Creo que moriré... ─Menciono en tono suave, girando su cuerpo para dejar que sus piernas colgaran de la camilla y se atrevió a tomarlo por los hombros y lo asió hacia ella.

─ Viene a despedirse profesor... ─Su rostro se ladea un poco. Kutzu no comprende como ese hombre puede ser tan grande y sexy, esa altura en general la intimida, sin embargo la sonrisa de león reemplaza todo. Ella no es principalmente una chica que guste de hombres mayores, sin embargo él es la excepción a la regla... ¿es que como evitarlo? Con solo verlo caes en esos ojos profundos, que parecen un océano que se extiende frente a ti y que decir de su musculatura y cuerpo. Un dios griego caminando con exquisita sensualidad por los pasillos de la universidad. Tentación, tentación.