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La monotonía genera aburrimiento {Libre}
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La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Recuerdo del primer mensaje :
"La jodida monotonía de la vida es demasiado jodida para mí”
Cristopher Moltisanti
Estaba en esos días, largos casi eternos en los cuales no me apetecía agarrar el teléfono y llamar a alguien conocido, las personas que estaban a mi alrededor ya estaban muy centrados en su burbuja y eso me apestaba. Mi personalidad no debía ser juzgada por mi actitud, eso era un aspecto muy separado, una semana un tanto complicada donde ya sentía asfixiarme en la fuking rutina y eso no iba conmigo, me ponía de los nervios, me enfadaba y para ponerle cereza al pastel, podría reaccionar con una frialdad increíble con las personas que me importaban. Sí señores, así es la jodida de Charles. Complicada. Al-revés y al derecho.
En esos deseos de no quedarme en el departamento, luego de que GG sacara tonterías, no podía mirar fijamente por mas de 2 minutos, en realidad no eran esas tonterías lo que me tenía así, era aburrirme, producto de hacer siempre lo mismo. me coloqué un short, una blusa desgastada, una gorra y me fui rumbo a la playa, quizás y con suerte me ahogaba. Demonios me olvidaba de recalcar que el aburrimiento me daban malas ideas.
Para cuando llegue me senté cerca de la orilla, con los pies recogidos al estilo yoga, un chabal paso con unas cervezas en lata que muy a pesar de no ser de mi marca holandesa, estiré la mano con una cara de "venga me das una", el muchacho no se negó y me lanzo una lata, la cual la atrapé con rapidez antes de dedicarle una media sonrisa, la cual me salió realmente forzada. Hoy si se me paseaba un perro por delante, era capaz de patearlo, luego quizás me daba la culpa y terminaba llorando a pedirle perdón a la mascota por desquitarme. Solté un grito de "Booo" , varios me quedaron mirando de ¿y esa loca que se trae?— Me traigo tantas cosas que tengo guardadas pero como no consigo soltarlas en palabras me toca gritar para no sentir ese jodido nudito— Fruncí la nariz para abrir la lata, di un trago corto mirando el mar ¿y ahora qué?
En esos deseos de no quedarme en el departamento, luego de que GG sacara tonterías, no podía mirar fijamente por mas de 2 minutos, en realidad no eran esas tonterías lo que me tenía así, era aburrirme, producto de hacer siempre lo mismo. me coloqué un short, una blusa desgastada, una gorra y me fui rumbo a la playa, quizás y con suerte me ahogaba. Demonios me olvidaba de recalcar que el aburrimiento me daban malas ideas.
Para cuando llegue me senté cerca de la orilla, con los pies recogidos al estilo yoga, un chabal paso con unas cervezas en lata que muy a pesar de no ser de mi marca holandesa, estiré la mano con una cara de "venga me das una", el muchacho no se negó y me lanzo una lata, la cual la atrapé con rapidez antes de dedicarle una media sonrisa, la cual me salió realmente forzada. Hoy si se me paseaba un perro por delante, era capaz de patearlo, luego quizás me daba la culpa y terminaba llorando a pedirle perdón a la mascota por desquitarme. Solté un grito de "Booo" , varios me quedaron mirando de ¿y esa loca que se trae?— Me traigo tantas cosas que tengo guardadas pero como no consigo soltarlas en palabras me toca gritar para no sentir ese jodido nudito— Fruncí la nariz para abrir la lata, di un trago corto mirando el mar ¿y ahora qué?
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
El hecho de que se pasara varias veces aquella lengua rojiza por sus labios solo me hacía desear más y más besarlos, probar un poco como sabía el interior de su boca, saber si era solamente atracción por su cuerpo o si es que realmente deseaba tenerla ahora mismo debajo de mí. Si señores, esa era la precisa diferencia entre alguien que solamente te atraía para pasar un momento con ella, un día quizás o dos, y a la que quieres llevar al catre y descubrir que es lo que realmente le gusta, cuales cosas no, como era con su amigos, quizás hasta conocer a su familia.. no se, había diferencias, que simplemente, las sabías besando a la chica que tenías delante, y ese era el problema en estes momentos, tenía tantas ganas de hacerlo que empezaba a pensar que de un momento a otro me tiraría sobre ella, se asustaría, me volvería a pegar después de rechazarme y que acabaríamos mal, muy mal.
Me quedé mirando para ella cuando soltó un quejido que no sabía como tomarme, pero no dije nada, solo haría que se confundiera más todavía y no quería que lo pasara mal, solo quería que estuviera bien, que sonriera, que me contara cosas como ella.. fuck, quería eso, pero no.. no se lo preguntaría, no quería que pareciera que me interesaba demasiado por ella, el miedo empezaría a recorrerme, o bueno, para ser más sincero, y ame estaba recorriendo ahora. No la conocía de nada, no Edik, no la conocías en absoluto joder, por que coño ya tenías esa sensación de plenitud si ni siquiera sabías que te podía llenar? Me enojé con migo mismo, regañándome mentalmente sin decirle nada a ella, por que joder, volvía a pasar la lengua por sus labios y ya volvía a sentir aquel pinchazo en mi entrepierna. Lo estaría haciendo aposta? Por que desde luego empezaba a volverme loco..
Miré su cara de asentimiento, no había entendido una mierda, como me había pasado a mi, pero tampoco preguntaba. Genial, coincidíamos en algo, o más bien, en otra cosa. Mordí el labio inferior mientras observaba como pasaba su labio para humedecer los labios, mucho calor o nervios? Realmente se le estaban secando y solo eso me hacía querer lamerselos yo, pero me contenía, podía hacerlo, si, era fuerte y solo no tenía que pensar en qeue tenía ganas. La miré con el ceño fruncido un segunfo para reír de nuevo cuando se quejó de nuevo. Iba a responder, lo haría si no fuera que no me hacía falta hacerlo, ella podía pensar lo que quisiera, yo no mentía en lo que hablaba, más que nada, por que casi ni lo hacía, y cuando si procuraba que fuera cierto. Así que nada, alcé la mano con aquella desesperación por rozar su piel blanca, perfectamente dibujada, tan suave que el roce me hizo sentir otro puñetero pinchazo ahí, creándome aquella especie de frustración qeu solía ponerme de mal humor cuando sabía que no podía hacer nada por ello. Alzó mi mano cuando solté el contacto, pasando sus deditos entre los míos, observando lo finos que se notaban entre los míos, la mano tan chiquitina a pensar de tener unos dedos largos, estaba tan increíblemente fría.. pero si hacía Sol.. y.. una pregunta me circundaba por la mente. Una pregunta que me hacía sonreír con picardía sin poder evitarlo, aun que intentaba al menos que no se notase tanto.
La miré escuchando eso de la "misa", sintiéndome extrañado hasta que acabó con una ironía. Ok, otra cosa que sabía de ella, no era creyente, o al menos no iba los domingos a misa, cosa que yo si fuera directamente me caería el cristo en la cabeza.. pero que vamos, no importaba...
Entrecerré los ojos al deslizar su dedo por mi nariz, y tuve la necesidad de verdad de rodear su cintura y abrazarme a ella todavía apoyado en sus piernas, que siguiera acariciando mi cabello, pero otra opción era levantarme y comprobar como sería acariciar toda su carita con la mano. Ambas cosas eran tentadoras, pero su curiosidad hizo levantar la mía.
Por qué? Pues.. pues por que.. mierda, como respondería sin que ella pensara que me estaba pasando de la ralla? Me quedé pensativo un rato y me senté sacando la mano de la suya, poniendome al lado de ella pero enfrente, mirándola con una sonrisa tranquila
-Por si querías salir ese día conmigo, evidentemente- para que dar rodeos? Yo no era así no? Pues no lo sería ahora. Ojalá la respuesta fuera.. buena para mi, tenía que intentarlo. Alcé la mano, necesitaba tocarla, aun que me rechazara, por intentarlo que perdía? Nada..
Me quedé mirando para ella cuando soltó un quejido que no sabía como tomarme, pero no dije nada, solo haría que se confundiera más todavía y no quería que lo pasara mal, solo quería que estuviera bien, que sonriera, que me contara cosas como ella.. fuck, quería eso, pero no.. no se lo preguntaría, no quería que pareciera que me interesaba demasiado por ella, el miedo empezaría a recorrerme, o bueno, para ser más sincero, y ame estaba recorriendo ahora. No la conocía de nada, no Edik, no la conocías en absoluto joder, por que coño ya tenías esa sensación de plenitud si ni siquiera sabías que te podía llenar? Me enojé con migo mismo, regañándome mentalmente sin decirle nada a ella, por que joder, volvía a pasar la lengua por sus labios y ya volvía a sentir aquel pinchazo en mi entrepierna. Lo estaría haciendo aposta? Por que desde luego empezaba a volverme loco..
Miré su cara de asentimiento, no había entendido una mierda, como me había pasado a mi, pero tampoco preguntaba. Genial, coincidíamos en algo, o más bien, en otra cosa. Mordí el labio inferior mientras observaba como pasaba su labio para humedecer los labios, mucho calor o nervios? Realmente se le estaban secando y solo eso me hacía querer lamerselos yo, pero me contenía, podía hacerlo, si, era fuerte y solo no tenía que pensar en qeue tenía ganas. La miré con el ceño fruncido un segunfo para reír de nuevo cuando se quejó de nuevo. Iba a responder, lo haría si no fuera que no me hacía falta hacerlo, ella podía pensar lo que quisiera, yo no mentía en lo que hablaba, más que nada, por que casi ni lo hacía, y cuando si procuraba que fuera cierto. Así que nada, alcé la mano con aquella desesperación por rozar su piel blanca, perfectamente dibujada, tan suave que el roce me hizo sentir otro puñetero pinchazo ahí, creándome aquella especie de frustración qeu solía ponerme de mal humor cuando sabía que no podía hacer nada por ello. Alzó mi mano cuando solté el contacto, pasando sus deditos entre los míos, observando lo finos que se notaban entre los míos, la mano tan chiquitina a pensar de tener unos dedos largos, estaba tan increíblemente fría.. pero si hacía Sol.. y.. una pregunta me circundaba por la mente. Una pregunta que me hacía sonreír con picardía sin poder evitarlo, aun que intentaba al menos que no se notase tanto.
La miré escuchando eso de la "misa", sintiéndome extrañado hasta que acabó con una ironía. Ok, otra cosa que sabía de ella, no era creyente, o al menos no iba los domingos a misa, cosa que yo si fuera directamente me caería el cristo en la cabeza.. pero que vamos, no importaba...
Entrecerré los ojos al deslizar su dedo por mi nariz, y tuve la necesidad de verdad de rodear su cintura y abrazarme a ella todavía apoyado en sus piernas, que siguiera acariciando mi cabello, pero otra opción era levantarme y comprobar como sería acariciar toda su carita con la mano. Ambas cosas eran tentadoras, pero su curiosidad hizo levantar la mía.
Por qué? Pues.. pues por que.. mierda, como respondería sin que ella pensara que me estaba pasando de la ralla? Me quedé pensativo un rato y me senté sacando la mano de la suya, poniendome al lado de ella pero enfrente, mirándola con una sonrisa tranquila
-Por si querías salir ese día conmigo, evidentemente- para que dar rodeos? Yo no era así no? Pues no lo sería ahora. Ojalá la respuesta fuera.. buena para mi, tenía que intentarlo. Alcé la mano, necesitaba tocarla, aun que me rechazara, por intentarlo que perdía? Nada..
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Quizás lo mas raro de esto es que más hablábamos cuando minutos atrás peleábamos, ahora parecíamos algo intimidados, y bueno a decir verdad era mas cómodo así; que intentando hablar sin pensar y soltar cualquier tontería que no tendría sentido, no obstante debía reconocer que tenía los dedos fríos pero sentía cierto calor tras de mi cuello. No estaba bajo los efectos del alcohol u otras sustancias para justificar esto. ¿Estaba pasando realmente enserio o era una especie de sueño?... Esos en los cuales la ilusión es tan grande que puedes confundirte de una manera increíble a la vez llegas a sentir todo tan a flor de piel que puedes Experimentar o percibir sensaciones de calor por dentro sin que tu piel lo haga evidente. Tan raro…tan etéreo como para hallarle una razón convincente.
Era como si deseara sentir su tacto sobre mi piel en una acción de masoquismo extremo ya que sabría como reaccionaría bajo el tacto de su piel, esta una especie de tortura placentera. Aunque por amor a dios era un desconocido con el cual tenía que negarme sentirme así, yo no era de esas chicas que si tenían ganas de tirarse a alguien iba y ya esta, yo podría ser una jodida loca pero tenía mis limites respecto a intimidar de más. Es decir sonaría absurdo en estos tiempos mas no era capaz de ir más allá sin sentir la confianza total en esa persona.
¡Ne fais pas l'idiote Charles! Me regañe , estaba siendo tan tonta, además debía quitarme esas ganas, esas estúpidas ideas de algo más, no podría, ni debía, no me agradaría sentirme usada por alguien, por mucho que saliera en GG tonterías mías estar tranquila con mi conciencia era mejor que prestarle atención a lo que diga la gente. No puedo expresar realmente lo que pasa dentro de mí y es algo jodido. Golpee suavemente mis mejillas con las palmas de mis manos intentando despertarme y salir de los pensamientos que estaban aturdiéndome. Aquello de sentir atracción en pocos segundos por una persona me resultaba algo poco creíble, sonaba a película romántica de esas donde las parejas corren lentamente a hasta acercarse y encontrar sus cuerpos fundiéndolos en un abrazo que iba seguido de un beso. Realmente cursi y mirar que yo era francesa.
Tal vez soy completamente diferente a los demás.
Entonces el silencio se rompió por la voz del chico, mire hacia mis piernas pero este ya ni estaba recostado, ahora estaban frente de mí, me quede pillada en su sonrisa, es su perlados dientes que se asomaban entre sus labios, entonces otra patada sacudió con fuerza mi estomago. Una mierda, necesitaba distraerme. Bajé la mirada clavando mis dedos en la arena, tomaba un puñado y luego levantaba unos centímetros la mano para dejar caer la arena de mis dedos como si viera uno de esos relojes antiguos.
-Claro, seguro será divertido, hacer siempre lo mismo es realmente torturador- susurré, pensativa, quizás hasta entonces lograba tranquilizarme, levante la mirada pero opte por usar un truco que me enseñó una antigua profesora en Francia, no mirar a los ojos pero mirar a la frente de una persona para no invadirte de nervios – si no me llegases a conseguir en el aula puedes twittearme- sonreí de medio lado sin dejar de mirar la blanquecina piel de su frente - es @Charphie_ - finalicé para después regresar la mirada a la arena.
-¿Cuál es el tuyo?- pregunté con curiosidad para después añadir - no me envies una lechuza por favor... esos bichos atemorizan con sus enormes ojos- en son de broma.
Era como si deseara sentir su tacto sobre mi piel en una acción de masoquismo extremo ya que sabría como reaccionaría bajo el tacto de su piel, esta una especie de tortura placentera. Aunque por amor a dios era un desconocido con el cual tenía que negarme sentirme así, yo no era de esas chicas que si tenían ganas de tirarse a alguien iba y ya esta, yo podría ser una jodida loca pero tenía mis limites respecto a intimidar de más. Es decir sonaría absurdo en estos tiempos mas no era capaz de ir más allá sin sentir la confianza total en esa persona.
¡Ne fais pas l'idiote Charles! Me regañe , estaba siendo tan tonta, además debía quitarme esas ganas, esas estúpidas ideas de algo más, no podría, ni debía, no me agradaría sentirme usada por alguien, por mucho que saliera en GG tonterías mías estar tranquila con mi conciencia era mejor que prestarle atención a lo que diga la gente. No puedo expresar realmente lo que pasa dentro de mí y es algo jodido. Golpee suavemente mis mejillas con las palmas de mis manos intentando despertarme y salir de los pensamientos que estaban aturdiéndome. Aquello de sentir atracción en pocos segundos por una persona me resultaba algo poco creíble, sonaba a película romántica de esas donde las parejas corren lentamente a hasta acercarse y encontrar sus cuerpos fundiéndolos en un abrazo que iba seguido de un beso. Realmente cursi y mirar que yo era francesa.
Tal vez soy completamente diferente a los demás.
Entonces el silencio se rompió por la voz del chico, mire hacia mis piernas pero este ya ni estaba recostado, ahora estaban frente de mí, me quede pillada en su sonrisa, es su perlados dientes que se asomaban entre sus labios, entonces otra patada sacudió con fuerza mi estomago. Una mierda, necesitaba distraerme. Bajé la mirada clavando mis dedos en la arena, tomaba un puñado y luego levantaba unos centímetros la mano para dejar caer la arena de mis dedos como si viera uno de esos relojes antiguos.
-Claro, seguro será divertido, hacer siempre lo mismo es realmente torturador- susurré, pensativa, quizás hasta entonces lograba tranquilizarme, levante la mirada pero opte por usar un truco que me enseñó una antigua profesora en Francia, no mirar a los ojos pero mirar a la frente de una persona para no invadirte de nervios – si no me llegases a conseguir en el aula puedes twittearme- sonreí de medio lado sin dejar de mirar la blanquecina piel de su frente - es @Charphie_ - finalicé para después regresar la mirada a la arena.
-¿Cuál es el tuyo?- pregunté con curiosidad para después añadir - no me envies una lechuza por favor... esos bichos atemorizan con sus enormes ojos- en son de broma.
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Mordí el labio inferior un momento para volver a reir, dejando que mi habitual sonrisa se dejara clavada como si de un dibujo se tratase, mirando como sus ojos no sacaban la vista de ella. Al imaginarmela así no podía evitar sentirme como una puta marioneta, era como cuando sabes que le gusta algo a alguien que aprecias y no dejas de hacerla.. solo que lo extraño de esto era que no sabía por que yo apreciaba a una desconocida. Pero enfin, que me gustaba verla sonreír, como ya dije unas... 20 mil veces? Si, uno más uno menos por ahí andaba la cuenta. Y el caso estaba en que, de tanto pensar en ello, se me hacía como más llevadero el pensamiento de que aun que no la conociera no me disgustase hacer cosas por ella. Si, extraño, pero yo era un raro, así que no era tan complejo pensar que podía llegar a pensar así...
Bajé la mirada cuando ella salió de la mía, desviando la vista por su cara cuando se entretenía con la arena de la playa. Alcé las cejas cuando respondió de una manera tan poco habitual. Era tan extraño sentir tanta alegría por solamente una cita.. solamente era salir por ahí, una rutina de la gente que a mi se me hacía tan extraño. No era de relaciones, incluso nunca había salido con una chica, siempre eran líos y nada más. Aún así, no me desagradaba del todo saber que prácticamente ella era mi primera cita y que podía llegar a saber algo más.. solamente un poco. Mordí el labio inferior observándola cuando empezó a hablar, sin mirar a mis ojos. Como no lo hacía, yo tampoco, así que me dediqué a deslizar la vista por su nariz respingona, bajando hasta sus labios que se movían de una manera sensual sin prácticamente darse cuenta de ello. Bajé más la vista para observar un amplio cuello donde podría dar mordiscos hasta hacerla temblar, llegando a aquellos hombros firmes que me volvían loco. Reí por aquella puta manía mía de fijarme en cosas que no venían a cuento, pero seguí bajando mientras la escuchaba lo de su twitter. Alcé una ceja y la miré con curiosidad de nuevo a los ojos, observando que ya los había bajado a la arena de nuevo.
Hice una mueca risueña y bajé la mano para dejar que la arena que soltara se fuese amontonando en mi mano, como aquellos relojes tan antiguos que me hacía gracia tener. Atrapé toda la arena, para alzarla mientras cogía con la otra mano la suya, envolviendo sus dedos para que la abriese y así poder soltarla en su mano. Eso si que era raro, raro de verdad, pero su contacto era estimulante y creo que haría cosas como esas continuamente para notar como vibraba mi cuerpo ante ella. Reí cuando habló de nuevo, haciendo broma con eso de las lechuzas. Ya empezábamos? Que tendría yo de mago para que dijera esas cosas continuamente? Jeje, la gracia es que me reía de ello, mi pelo rojizo habitualmente hacía que me llamaran de millones de maneras diferentes, pero Ronald Weasley no era una de las de siempre. Tendría que inventarme un mote para ella.. aun que espera.. como se llamaba? Charlenne.. si, se llamaba así. Alcé las cejas sorprendido, recordaba su nombre cosa que.. bueno vale, la memoria para los nombres no era lo mío precisamente, mi fuerte era la gráfica, como era de esperar. Podía cerrar los ojos y saber exáctamente como era su cara, recordar cada pequeño poro de su cuerpo sin necesidad de hacer trampas y abrir un párpado. Un problema? Si, lo sería si no quisiera hablar más conmigo, pero si me daba su twitter podía significar que por lo menos por vía email si...
-@naranjito.ebd...- murmuré con media sonrisa mirándola de nuevo, rozando la palma de su mano con el pulgar para aliviar al menos las ganas que tenía de acariciarla por entero. Reprimirse.. esa palabra no solía entrar en mi vocabulario, ahora tendría qeu saber que era. Tenía tantas ganas de tirarde su mano y atraerla a mi para abrazarla que me costaba controlar los musculos de mi cuerpo para hacerlo, tanto, que de un momento a otro tuve que tirar para rodearla con los dos brazos. Dejé las piernas abiertas para colocarla entre ellas de manera horizontal, dejando que su hombro se pegara a mi pecho por atracción. Mi cara estaba tan cerca de la suya que mi nariz rozaba la de ella, casi obligándola a mirarme como no lo había echo antes.
-Me atraes.. mucho, aun que no te conozca..- murmuré casi con seriedad, aun que la sonrisa no podía llegar a desaparecer de mi rostro. Rocé con la nariz la piel suavísima de su mejilla, tan blanca que me hacía que destacara sobre la mía. La sinceridad era lo mío cuando hablaba, pero es qeu esta vez quizás me estaba sobrepasando los límites con ella. Deseaba con fervescencia que no tuviera novio o algo que se le asemejara, que pudiera hacer esto sin que ella quisiera arrancarme los huevos. Aún así, hacerlo y pagar las consecuencias merecían la pena. Era tan cálida rodearle como me suponía, la sentía frágil y a la vez fuerte entre mis brazos, blanda incluso, con aquel olor corporal que conseguía embriagarme. Sus ojos eran como dos gemas preciosas que me miraban y no conseguía saber que cojones estaba pensando, quizás me quería matar o estuviera planeando alg que hacerme. que haría?-Y perdona por lo que te voy a hacer...- resumí con la voz queda a la vez que me acercaba a sus labios para darle un beso, necesitaba ya probar su sabor, era como una manzana prohibida, y todo el mundo sabe que la tentación te desespera hasta que lo pruebas. Ya sentía el dolor en los huevos por lo que estaba haciendo, pero.. sabía bien, especialmente bien.
Bajé la mirada cuando ella salió de la mía, desviando la vista por su cara cuando se entretenía con la arena de la playa. Alcé las cejas cuando respondió de una manera tan poco habitual. Era tan extraño sentir tanta alegría por solamente una cita.. solamente era salir por ahí, una rutina de la gente que a mi se me hacía tan extraño. No era de relaciones, incluso nunca había salido con una chica, siempre eran líos y nada más. Aún así, no me desagradaba del todo saber que prácticamente ella era mi primera cita y que podía llegar a saber algo más.. solamente un poco. Mordí el labio inferior observándola cuando empezó a hablar, sin mirar a mis ojos. Como no lo hacía, yo tampoco, así que me dediqué a deslizar la vista por su nariz respingona, bajando hasta sus labios que se movían de una manera sensual sin prácticamente darse cuenta de ello. Bajé más la vista para observar un amplio cuello donde podría dar mordiscos hasta hacerla temblar, llegando a aquellos hombros firmes que me volvían loco. Reí por aquella puta manía mía de fijarme en cosas que no venían a cuento, pero seguí bajando mientras la escuchaba lo de su twitter. Alcé una ceja y la miré con curiosidad de nuevo a los ojos, observando que ya los había bajado a la arena de nuevo.
Hice una mueca risueña y bajé la mano para dejar que la arena que soltara se fuese amontonando en mi mano, como aquellos relojes tan antiguos que me hacía gracia tener. Atrapé toda la arena, para alzarla mientras cogía con la otra mano la suya, envolviendo sus dedos para que la abriese y así poder soltarla en su mano. Eso si que era raro, raro de verdad, pero su contacto era estimulante y creo que haría cosas como esas continuamente para notar como vibraba mi cuerpo ante ella. Reí cuando habló de nuevo, haciendo broma con eso de las lechuzas. Ya empezábamos? Que tendría yo de mago para que dijera esas cosas continuamente? Jeje, la gracia es que me reía de ello, mi pelo rojizo habitualmente hacía que me llamaran de millones de maneras diferentes, pero Ronald Weasley no era una de las de siempre. Tendría que inventarme un mote para ella.. aun que espera.. como se llamaba? Charlenne.. si, se llamaba así. Alcé las cejas sorprendido, recordaba su nombre cosa que.. bueno vale, la memoria para los nombres no era lo mío precisamente, mi fuerte era la gráfica, como era de esperar. Podía cerrar los ojos y saber exáctamente como era su cara, recordar cada pequeño poro de su cuerpo sin necesidad de hacer trampas y abrir un párpado. Un problema? Si, lo sería si no quisiera hablar más conmigo, pero si me daba su twitter podía significar que por lo menos por vía email si...
-@naranjito.ebd...- murmuré con media sonrisa mirándola de nuevo, rozando la palma de su mano con el pulgar para aliviar al menos las ganas que tenía de acariciarla por entero. Reprimirse.. esa palabra no solía entrar en mi vocabulario, ahora tendría qeu saber que era. Tenía tantas ganas de tirarde su mano y atraerla a mi para abrazarla que me costaba controlar los musculos de mi cuerpo para hacerlo, tanto, que de un momento a otro tuve que tirar para rodearla con los dos brazos. Dejé las piernas abiertas para colocarla entre ellas de manera horizontal, dejando que su hombro se pegara a mi pecho por atracción. Mi cara estaba tan cerca de la suya que mi nariz rozaba la de ella, casi obligándola a mirarme como no lo había echo antes.
-Me atraes.. mucho, aun que no te conozca..- murmuré casi con seriedad, aun que la sonrisa no podía llegar a desaparecer de mi rostro. Rocé con la nariz la piel suavísima de su mejilla, tan blanca que me hacía que destacara sobre la mía. La sinceridad era lo mío cuando hablaba, pero es qeu esta vez quizás me estaba sobrepasando los límites con ella. Deseaba con fervescencia que no tuviera novio o algo que se le asemejara, que pudiera hacer esto sin que ella quisiera arrancarme los huevos. Aún así, hacerlo y pagar las consecuencias merecían la pena. Era tan cálida rodearle como me suponía, la sentía frágil y a la vez fuerte entre mis brazos, blanda incluso, con aquel olor corporal que conseguía embriagarme. Sus ojos eran como dos gemas preciosas que me miraban y no conseguía saber que cojones estaba pensando, quizás me quería matar o estuviera planeando alg que hacerme. que haría?-Y perdona por lo que te voy a hacer...- resumí con la voz queda a la vez que me acercaba a sus labios para darle un beso, necesitaba ya probar su sabor, era como una manzana prohibida, y todo el mundo sabe que la tentación te desespera hasta que lo pruebas. Ya sentía el dolor en los huevos por lo que estaba haciendo, pero.. sabía bien, especialmente bien.
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Mis latidos se habían casi paralizados, como si aguardaran algo mas para reaccionar o tal vez el anterior roce de su piel contra la mía lo había dejado en shock, ya no lo sentía latir tan deprisa como segundos atrás que las palpitaciones eran como un golpeteo atroz en mi pecho a tal alcance que los sentía en mis oídos, un reacción inesperada, hoy realmente no me esperaba nada de los juegos raros de la vida/destino pero este encuentro es y será uno de los mejores, lo sé… se preguntaran ¿pero no ha pasado peleando? De hecho sí además de que hoy me sentía aturdida y nublaba por la cercanía del chico, también debía confesar que era una estúpida masoquista que deseaba seguir sintiendo el roce de su piel, sentir su rojizo cabello entre mis dedos y tirar de este con suavidad y quizás mas delante de una manera intensa y apasionada. WAIT. ¿Qué hacía yo pensando eso?
No sabía si eran ideas mías pero podría jurar que sentía su mirada sobre mí, sonreí de medio lado observando su mano que hacía de suave aterrizaje para la arena que yo dejaba caer. Mis labios parecían haberse quedado estáticos en una sonrisa, reí un poco cuando me agarro la mano, ahora este quería que yo atrapara la fina arena blanquecina, le seguí el juego. El cosquilleo se quedo recorriendo mi mano por el roce se hace unos segundos, me ví obligada a humedecer mis labios otra vez. Demonios este chico era una especie de peligro para todas mis terminaciones nerviosas que cobraban vida propia con este. Debía odiarle pero no podía. Me irritaba un poco que me descontrolara tanto pero era realmente sexy, una tortura realmente divertida para una persona con desliz masoquista interna. Claro que tenía mis limites ya que me reusaba a mirarle fijamente. Me preguntaba que pasaría cuando tuviera que irse en unos minutos ¿sería capaz de levantarme de mi lugar sin ir torpe en el trayecto?, el sería el culpable si me perdía en el trayecto a la universidad, tendría en mi mente estos minutos y seguro mis pies me llevarían a un rumbo incierto.
Al Escuchar su twitter rogué que mi mente no fallara segundos mas tarde, debía grabarlo en mi mente, lo del color era difícil olvidarlo ya que su cabello me lo recordaría así susurré para mis adentros “.edb” como si fuera un mantra. Mordí mi labio con fuerza, tuve la sensación de querer levantar mi mano hasta el lado izquierdo de mi pecho y golpearme con suaves palmadas ¿hey corazón sigues ahí?
No supe como, ni cuanto tiempo le llevo, en sí fue demasiado rápido que no me dio tiempo a soltar un grito o intentar negarme, entonces mi corazón volvió a hacerse notar, fue de manera automática, estaba ensordecida por las frenéticas palpitaciones no obstante no me concentraba en eso, estaba perdida en la proximidad de su rostro, sentía que no llegaba el aire a mis pulmones y esto ardían pidiéndome que no me olvide de respirar pero ¿Cómo hacerlo? Olvidé como se respiraba y sus palabras no ayudaron para nada ¿yo le atraía?, mierda. Si no hubiera ido Charles esto me hubiera alegrado pero simplemente me dejo atónita, era peligroso reconocer que la atracción era mutua. Con el roce de su piel solté un suave sonido de mis labios, no reconocí que sonido era pero sonaba como a un lloriqueo pidiendo piedad. Una parte de mi cerebro que se negaba a idiotizarse me pedía que reaccionara, que lo aparte y me eche a correr, pero por mas que lo intente, creo que la otra parte que conectaba mis pensamientos con movimientos estaban desconectados o embelesados por el chico pelirrojo por que no reaccionaron, no me hicieron caso alguno. Aguarde inmóvil, obligándome a respirar o entonces perdería el poco conocimiento que me quedaba. Estaba armándome de valor luego de tres inhalaciones y expiraciones lentas e imperceptibles. Cuando volvió a decirme algo, se comenzó a acercar y me sentí como una presa huyendo de un lobo feroz, claro que yo no podía ni siquiera correr.
Creí que mis labios se quedarían quietos, pero no.
Para mi sorpresa o quizás sorpresa de este, le correspondí con intensidad como si mi vida dependiera de él, sentía descargas de electricidad y temblaba no por frío pero sí por temor a lo desconocida de mi reacción. Me tomaron segundos darme cuenta que mis manos se habían movido hasta su cabello y yo tiraba suave de este a la vez que acallaba quejidos entre besos. Luego de esto me levantaría y podría salir corriendo. O al menos eso esperaba. Te odio Edik, te odio por hacerse sentir indefensa. Era lo que me hubiera gustado gritarle, era un desconocido que me había afectado en tan poco.
Entonces me embargo el ardor en mis pulmones, mis labios peleaban por no dejar de deslizarse contra los del muchacho pero necesitaba respirar, me vi obligada a terminar el beso pero no me distancie solo respire lento cerca de sus labios, inhalando el dulce aliento de este.
Y aquí iba otra vez, mi cerebro no parecía ponerse de acuerdo estaban divididos entorno a como reaccionar y digamos que mi parte ruda, la que se negaba a ser domada salió a flote, me di cuenta cuando mi mano se impacto en la suave mejilla de este, cerré los ojos. Lo había abofeteado luego del increíble beso.
No sabía si eran ideas mías pero podría jurar que sentía su mirada sobre mí, sonreí de medio lado observando su mano que hacía de suave aterrizaje para la arena que yo dejaba caer. Mis labios parecían haberse quedado estáticos en una sonrisa, reí un poco cuando me agarro la mano, ahora este quería que yo atrapara la fina arena blanquecina, le seguí el juego. El cosquilleo se quedo recorriendo mi mano por el roce se hace unos segundos, me ví obligada a humedecer mis labios otra vez. Demonios este chico era una especie de peligro para todas mis terminaciones nerviosas que cobraban vida propia con este. Debía odiarle pero no podía. Me irritaba un poco que me descontrolara tanto pero era realmente sexy, una tortura realmente divertida para una persona con desliz masoquista interna. Claro que tenía mis limites ya que me reusaba a mirarle fijamente. Me preguntaba que pasaría cuando tuviera que irse en unos minutos ¿sería capaz de levantarme de mi lugar sin ir torpe en el trayecto?, el sería el culpable si me perdía en el trayecto a la universidad, tendría en mi mente estos minutos y seguro mis pies me llevarían a un rumbo incierto.
Al Escuchar su twitter rogué que mi mente no fallara segundos mas tarde, debía grabarlo en mi mente, lo del color era difícil olvidarlo ya que su cabello me lo recordaría así susurré para mis adentros “.edb” como si fuera un mantra. Mordí mi labio con fuerza, tuve la sensación de querer levantar mi mano hasta el lado izquierdo de mi pecho y golpearme con suaves palmadas ¿hey corazón sigues ahí?
No supe como, ni cuanto tiempo le llevo, en sí fue demasiado rápido que no me dio tiempo a soltar un grito o intentar negarme, entonces mi corazón volvió a hacerse notar, fue de manera automática, estaba ensordecida por las frenéticas palpitaciones no obstante no me concentraba en eso, estaba perdida en la proximidad de su rostro, sentía que no llegaba el aire a mis pulmones y esto ardían pidiéndome que no me olvide de respirar pero ¿Cómo hacerlo? Olvidé como se respiraba y sus palabras no ayudaron para nada ¿yo le atraía?, mierda. Si no hubiera ido Charles esto me hubiera alegrado pero simplemente me dejo atónita, era peligroso reconocer que la atracción era mutua. Con el roce de su piel solté un suave sonido de mis labios, no reconocí que sonido era pero sonaba como a un lloriqueo pidiendo piedad. Una parte de mi cerebro que se negaba a idiotizarse me pedía que reaccionara, que lo aparte y me eche a correr, pero por mas que lo intente, creo que la otra parte que conectaba mis pensamientos con movimientos estaban desconectados o embelesados por el chico pelirrojo por que no reaccionaron, no me hicieron caso alguno. Aguarde inmóvil, obligándome a respirar o entonces perdería el poco conocimiento que me quedaba. Estaba armándome de valor luego de tres inhalaciones y expiraciones lentas e imperceptibles. Cuando volvió a decirme algo, se comenzó a acercar y me sentí como una presa huyendo de un lobo feroz, claro que yo no podía ni siquiera correr.
Creí que mis labios se quedarían quietos, pero no.
Para mi sorpresa o quizás sorpresa de este, le correspondí con intensidad como si mi vida dependiera de él, sentía descargas de electricidad y temblaba no por frío pero sí por temor a lo desconocida de mi reacción. Me tomaron segundos darme cuenta que mis manos se habían movido hasta su cabello y yo tiraba suave de este a la vez que acallaba quejidos entre besos. Luego de esto me levantaría y podría salir corriendo. O al menos eso esperaba. Te odio Edik, te odio por hacerse sentir indefensa. Era lo que me hubiera gustado gritarle, era un desconocido que me había afectado en tan poco.
Entonces me embargo el ardor en mis pulmones, mis labios peleaban por no dejar de deslizarse contra los del muchacho pero necesitaba respirar, me vi obligada a terminar el beso pero no me distancie solo respire lento cerca de sus labios, inhalando el dulce aliento de este.
Y aquí iba otra vez, mi cerebro no parecía ponerse de acuerdo estaban divididos entorno a como reaccionar y digamos que mi parte ruda, la que se negaba a ser domada salió a flote, me di cuenta cuando mi mano se impacto en la suave mejilla de este, cerré los ojos. Lo había abofeteado luego del increíble beso.
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Probar sus labios quizás fuera lo peor que podía hacer en estes momentos, era algo de lo que no quería dejar de hacer, como cuando tienes un caramelo y de pronto te lo quitan. Te molestas, empiezas a sentir que se te hincha la vena por la sien del mal humor, tus narices se hinchan como la de los toros y finalmente, te decepcionas. Pasas por los estados de ánimo de enfado a frustración en cero coma y luego te deprimes para finalmente acabar triste por algo que querías seguir teniendo. Bueno, pues este momento estaba en la primera fase, en el de ir probando el caramelo, saborearlo y quizás hasta morderlo, por que si, su boca era como un caramelo de fresa. Dulce, meloso, quizás si comías demasiado repetitivo? No, nunca me aburriría de tomar caramelos de fresa y me daba miedo sentir eso, me daba miedo compararla con algo que me gustaba demasiado.
Atrapé su nuca con la mano abierta, atrayéndola más para ayudarme a girar mi cabeza con suavidad y seguír besándole con aquella pasión que de pronto se encendió en mi cuerpo. No me imaginaba ni de coña que fuera a responderme, que lo hicera con aquella intensidad había sido un regalo del cielo, desde luego que si, y no tenía pensado desprenderme de ella tan pronto. Es más, me aprovecharía al máximo de aquella situación por que podía, por que quería y que coño, por que lo necesitaba. Cerré los ojos con fuerza cuando sentía que el aire de mis pulmones desaparecía, pero es que no quería acabar de besarla, quería seguir estando allí abrazándola, notando cada poro de su cuerpo al acariciar su espalda y sentir como sus manos me rodeaban tirando de mi cabello ya despeinado de por si. Besaba como los ángeles y dominaba aquella lengua cálida y humedecida aun que sus manos conseguían hacerme temblar de frío al rozar la piel de mi nuca. Sus quejidos me hacían recordar que era hombre, un hombre excitado que quería poner igual a su compañera de "baile", uno al que no le importaría colocarla debajo de él para escuchar sus dulces gemidos al tocar su piano especial. Madre mía, solo pensar en ella se me hacía la boca agua y las fantasísas volaban por mi cabeza a una rapidez desorbitante.
Aún así, no tenía pulmones de un buen nadador, por lo que empecé a sentir como se me quemaban mis fosas nasales a medida que el calor de mi cuerpo se encendía más, sintiendo que la quería tener más cerca aun que era algo imposible. No sabía como podía llegar a causarme aquel dolor de cabeza, estaba mareado como si me acabaran de dar el primer beso de mi vida, aquel embriague que te dejaba el primer roce de una lengua, el sabor que te dejaba en la boca.
Pero sabía que esto no iba a durar nada, necesitaba respirar y ella también, por lo que dejamos de rozar los labios a pesar que quería seguir teniéndolos en los míos. Respiré con dificultad, volviendo a la realidad de pronto con un golpe bien dado en mi mejilla.
Me quedé completamente desorientado, al menos por unos segundos. Tragué saliva como si me doliera horriblemente la garganta, aún intentando salir del estupor. No podía tener un beso como aquel y de golpe y mamporro ( nunca mejor dicho ) te dieran un bofetón como aquel como para dejarte temblando. Era demasiado cruel por su parte traerme a la realidad de aquella forma, es más, si se hubiese apartado y se hubiese ido, me hubiera molestado si, pero joder.. me tenía que pegar?
Estreché los ojos para empezar a recriminarla, a decirle cuanto podía llegar a odiar lo que había hecho en aquel momento. Podía reñirle de mil millones de maneras diferentes, incluso directamente insultarla con una indiferencia apabullante, pero por desgracia, sentía todavía sus labios en los míos. Tenía la dulce línea de su boca como una firma de un grafitero, estaba tan consciente de su cuerpo todavía pegado en el mío que me costaba seguir respirando sin tragar todo aquel aroma que seguía, aun que estuviera molesto, drogándome. La miré con frustración momentánea, el círculo vicioso se estaba acabando, al final, lo acabaría aceptando, es más, lo aceptaba.
-Valió la pena - admití con media sonrisa, observando como cerraba los ojos al tiempo que mi mano no podía evitar alzarse hasta su mejilla, rodando los dedos por su piel fina con una sonrisa de alegría. Pasé la palma de mi dedo pulgar por su pómulo observando sus labios ahora rojizos, bajando mi propio rostro como un puñetero masoca, buscando la droga que necesitaba a pesar de saber que me haría daño, y nunca mejor dicho. Pasé la lengua por su labio inferior acomodando mi brazo tras su cuello, tendiéndola para mi lo necesario para que se acomodara sin caer, rodeando su cintura con mi otra mano mientras dejaba el pie en la toalla por encima de sus piernas para dejarla a ella recostada sobre la otra. Ladeé el rostro maravillado con el tono que adquiría su piel bajo los rayos del sol, sin querer evitar mordisquear su labio inferior, enfrentandome de nuevo a un golpe de ella, pero necesitaba de nuevo el contacto
-vales la pena..- la afirmación salió con un ronquido áspero cuando sentía como mi cuerpo se tensaba de sostenerla, pero la quería ahí, atrapada entre mis brazos, acunándola en mi cuerpo con cariño como si fuese mi pequeña, cosa que no era, por que claramente, no era mía. Si, ese instinto tan básico y casi animal me salió como una bengala inesperada, un especie de sentimiento posesivo me apoderaba el cuerpo, haciendo que me odiara a mi mismo. Por que quería algo que no era mio? Por qué esa necesidad de hacer mía a una chica que acababa de conocer?
El sol empezó a chamuscar mi nuca, sintiendo como se ponía roja con aquel especie de cosquilleo que te quemaba. Al acto protegí la cara de Charlene para que no se quemase, ella era tan paliducha como yo y no quería que se pusiera rojiza y luego le doliese... la protegía? Joder, desde cuando protegía a alguien que no debía importarme?
Volví a reprenderme por mis actos pero era incapaz de moverme, paralizado por un segundo con la mano en su mejilla, mi brazo rodeándole tras su cabeza, abrazándola para acercarme a sus labios
-yo tampoco te conozco, pero creo que ya te quiero para mi... - arrugué la nariz con una sonrisa ladeada, acariciando su piel al tiempo que sentía aquel cosquilleo doloroso de mi estómago.-déjame intentarlo una vez más.. no te defraudaré.. - murmuré besando su labio inferior, bebiendo de aquel néctar maldito, si maldito por que no podía dejar de probarlo una y otra vez. Solté un gemido lastímero, mierda me gustaría probar más, quería hacerlo por lo que apreté más su cuerpo contra mi, sacándole el aire de sus pulmones antes de darle la vuelta y colocarla con suavidad en la toalla bajo de mi, haciendo que se le volcase el mundo de repente. Claro que podía escapar en cualquier momento, podía escurrirse con aquella agilidad suya y dejarme subnormal perdido, pero bueno, era un riesgo que podía correr siempre y cuando la recompensa valiese tanto como su aceptación. Había que intentarlo.
Atrapé su nuca con la mano abierta, atrayéndola más para ayudarme a girar mi cabeza con suavidad y seguír besándole con aquella pasión que de pronto se encendió en mi cuerpo. No me imaginaba ni de coña que fuera a responderme, que lo hicera con aquella intensidad había sido un regalo del cielo, desde luego que si, y no tenía pensado desprenderme de ella tan pronto. Es más, me aprovecharía al máximo de aquella situación por que podía, por que quería y que coño, por que lo necesitaba. Cerré los ojos con fuerza cuando sentía que el aire de mis pulmones desaparecía, pero es que no quería acabar de besarla, quería seguir estando allí abrazándola, notando cada poro de su cuerpo al acariciar su espalda y sentir como sus manos me rodeaban tirando de mi cabello ya despeinado de por si. Besaba como los ángeles y dominaba aquella lengua cálida y humedecida aun que sus manos conseguían hacerme temblar de frío al rozar la piel de mi nuca. Sus quejidos me hacían recordar que era hombre, un hombre excitado que quería poner igual a su compañera de "baile", uno al que no le importaría colocarla debajo de él para escuchar sus dulces gemidos al tocar su piano especial. Madre mía, solo pensar en ella se me hacía la boca agua y las fantasísas volaban por mi cabeza a una rapidez desorbitante.
Aún así, no tenía pulmones de un buen nadador, por lo que empecé a sentir como se me quemaban mis fosas nasales a medida que el calor de mi cuerpo se encendía más, sintiendo que la quería tener más cerca aun que era algo imposible. No sabía como podía llegar a causarme aquel dolor de cabeza, estaba mareado como si me acabaran de dar el primer beso de mi vida, aquel embriague que te dejaba el primer roce de una lengua, el sabor que te dejaba en la boca.
Pero sabía que esto no iba a durar nada, necesitaba respirar y ella también, por lo que dejamos de rozar los labios a pesar que quería seguir teniéndolos en los míos. Respiré con dificultad, volviendo a la realidad de pronto con un golpe bien dado en mi mejilla.
Me quedé completamente desorientado, al menos por unos segundos. Tragué saliva como si me doliera horriblemente la garganta, aún intentando salir del estupor. No podía tener un beso como aquel y de golpe y mamporro ( nunca mejor dicho ) te dieran un bofetón como aquel como para dejarte temblando. Era demasiado cruel por su parte traerme a la realidad de aquella forma, es más, si se hubiese apartado y se hubiese ido, me hubiera molestado si, pero joder.. me tenía que pegar?
Estreché los ojos para empezar a recriminarla, a decirle cuanto podía llegar a odiar lo que había hecho en aquel momento. Podía reñirle de mil millones de maneras diferentes, incluso directamente insultarla con una indiferencia apabullante, pero por desgracia, sentía todavía sus labios en los míos. Tenía la dulce línea de su boca como una firma de un grafitero, estaba tan consciente de su cuerpo todavía pegado en el mío que me costaba seguir respirando sin tragar todo aquel aroma que seguía, aun que estuviera molesto, drogándome. La miré con frustración momentánea, el círculo vicioso se estaba acabando, al final, lo acabaría aceptando, es más, lo aceptaba.
-Valió la pena - admití con media sonrisa, observando como cerraba los ojos al tiempo que mi mano no podía evitar alzarse hasta su mejilla, rodando los dedos por su piel fina con una sonrisa de alegría. Pasé la palma de mi dedo pulgar por su pómulo observando sus labios ahora rojizos, bajando mi propio rostro como un puñetero masoca, buscando la droga que necesitaba a pesar de saber que me haría daño, y nunca mejor dicho. Pasé la lengua por su labio inferior acomodando mi brazo tras su cuello, tendiéndola para mi lo necesario para que se acomodara sin caer, rodeando su cintura con mi otra mano mientras dejaba el pie en la toalla por encima de sus piernas para dejarla a ella recostada sobre la otra. Ladeé el rostro maravillado con el tono que adquiría su piel bajo los rayos del sol, sin querer evitar mordisquear su labio inferior, enfrentandome de nuevo a un golpe de ella, pero necesitaba de nuevo el contacto
-vales la pena..- la afirmación salió con un ronquido áspero cuando sentía como mi cuerpo se tensaba de sostenerla, pero la quería ahí, atrapada entre mis brazos, acunándola en mi cuerpo con cariño como si fuese mi pequeña, cosa que no era, por que claramente, no era mía. Si, ese instinto tan básico y casi animal me salió como una bengala inesperada, un especie de sentimiento posesivo me apoderaba el cuerpo, haciendo que me odiara a mi mismo. Por que quería algo que no era mio? Por qué esa necesidad de hacer mía a una chica que acababa de conocer?
El sol empezó a chamuscar mi nuca, sintiendo como se ponía roja con aquel especie de cosquilleo que te quemaba. Al acto protegí la cara de Charlene para que no se quemase, ella era tan paliducha como yo y no quería que se pusiera rojiza y luego le doliese... la protegía? Joder, desde cuando protegía a alguien que no debía importarme?
Volví a reprenderme por mis actos pero era incapaz de moverme, paralizado por un segundo con la mano en su mejilla, mi brazo rodeándole tras su cabeza, abrazándola para acercarme a sus labios
-yo tampoco te conozco, pero creo que ya te quiero para mi... - arrugué la nariz con una sonrisa ladeada, acariciando su piel al tiempo que sentía aquel cosquilleo doloroso de mi estómago.-déjame intentarlo una vez más.. no te defraudaré.. - murmuré besando su labio inferior, bebiendo de aquel néctar maldito, si maldito por que no podía dejar de probarlo una y otra vez. Solté un gemido lastímero, mierda me gustaría probar más, quería hacerlo por lo que apreté más su cuerpo contra mi, sacándole el aire de sus pulmones antes de darle la vuelta y colocarla con suavidad en la toalla bajo de mi, haciendo que se le volcase el mundo de repente. Claro que podía escapar en cualquier momento, podía escurrirse con aquella agilidad suya y dejarme subnormal perdido, pero bueno, era un riesgo que podía correr siempre y cuando la recompensa valiese tanto como su aceptación. Había que intentarlo.
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Quizás él era muy astuto y solo estaba vengándose los golpes que le di anteriormente, podría ser un gran observador como para notar los nervios que causaba en mí, eso no era nada justo. Me sentía como si me hubiera arrebatado algo ¿mi sentido de lucha? ¿Dónde estaba la invencible muralla China que todos estos años me forcé a construir para no salir lastimada? Estaba pasando por una fase de bloqueo. Noqueada por sus besos, el roce de su piel, su mirada, las descargas eléctricas, el sonido de mi corazón retumbando en mis oídos, su olor ¿continúo la lista?... Si esto era una especie de sueño… deseaba despertar ahora, no me hacía gracia verme a la intemperie.
“El amor concede a los demás el poder para destruirte” una frase que me había grabado desde hace años, vamos viví ejemplos, es decir no podría identificar si esto era amor ya que no teníamos ni 1 semana de conocernos y yo no creía en el amor a primera vista pero lo comparaba con esta cita ya que temí por mi futura salud emocional, solo había tenido un novio que sinceramente me encanto y las cosas no terminaron del todo bien, claro yo quede como la mala por tomar las riendas y cortar por lo sano. Estaba confundida tenía miles de pensamientos pero demoraba en interconectarse, “respirar y permitirse pensar era la clave para encontrar la respuesta” pequeño gran enorme detalle, no podía concentrarme. Todavía sentía el sabor de sus labios y mi lengua recordaba cada espacio de su boca e incluso la textura de su lengua, mordí mi mejilla internando distraerme en el dolor, era como decía de cuando pruebas alcohol o drogas si consumes de más te hará daño, corres el riesgo de ser adictivo y depender de ello. No quería depender de él.
Me retorcía en espasmos que no conseguía aliviar, y mi ánimo lo sentía bajando gracias a el sentimiento de hallarme derrocada, me encabronaba perder, sentía mis ojos cristalizados, comprendí que no faltaría mucho para que mis lagrimas comenzaran a deslizarse, apreté los dientes. Quería golpearlo hasta saciarme, el era un tonto, bueno no lo era, simplemente necesitaba sentir que lo odiaba, necesitaba que me diera repelús tenerlo cerca y que sobre todas las cosas dejara de malograr mi noción. Tanto así que comencé a sentir nauseas debido al intenso ajetreo en mi vientre. No me extrañaba si estaba pálida debido al dolor y los nervios.
Por unos segundos quería gritar ¡quiero a mi mamá!, por dentro lloriqueaba como una bebé, mas cuando dijo que valió la pena, claro seguro se sentía triunfante por haberme destruido, solté otro quejido al sentir sus dedos, me hacía temblar como un flan, un jodido postre que terminaba siendo devorado luego de la cena, yo no quería ser un flan. Su lengua fue mortal, esta vez se me escapo un gemido y valla mierda que me tomo desprevenida. Demonios –ale…alej- demonios no conseguí hablar ya que este volvía a afirmar su frase. Me hallé cómoda entre sus brazos, cerré los ojos por unos segundos pero volví a abrirlos no debía acostumbrarme a él.
-tu estas siendo cruel…- conseguí decir luego de varios intentos, mis labios temblaban ya ni supe el motivo, el calor del sol ahora era mas achicharrante ya que con el de mi cuerpo me bastaba para morir de calor como para sumarle los rayos que el sol comenzaba a irradiar. Sí existía un Dios castigador, estaba dándome un buen escarmiento. ¿Quererme para el? La pregunta correcta era ¿en que sentido?, le mire aturdida, no desea ser usada solo para quemar ansias y vale que si deseaba acabar con esto que me torturaba pero no quería sucumbir ante los deseos. ¿Intentarlo una vez más? Sería ponerme la soga al cuello si se lo permitía. Entonces sentía las lagrimas de enfado recorrer mi rostro.
-Yo … yo .. no creo que sea lindo que te burles así de mí- replique mientras mis manos se deslizaban a lo largo de los brazos de este hasta subir a sus hombros y clavar mis uñas cortas en su piel –no se a que chicas estas acostumbrada pero yo no soy de colección- cerré los ojos con fuerza, sus labios eran tan tentadores que me sentía en la lucha contra un demonio y sus artimañas. Mis dedos se enredaron en su cabello tirándolo hacia mí pero después las palmas de mi mano acariciaron su pecho, hice una mueca y lo empuje despacio escapándome de su agarre, me puse de pie tambaleante, como si hubiera bebido, estaba mareada, me vi obligada a sentarme otra vez, flexione las rodillas para apoyar mi frente en estas y rodear mis piernas con las manos. Necesitaba sentirme segura de alguna forma.
-deja de burlarme o….- lloriquee - o te golpeare hasta que pidas no haberme hecho sufrir- me pase una de las manos por el cabello como si esto me ayudara a pensar u armarme de valor para romperle la cara
“El amor concede a los demás el poder para destruirte” una frase que me había grabado desde hace años, vamos viví ejemplos, es decir no podría identificar si esto era amor ya que no teníamos ni 1 semana de conocernos y yo no creía en el amor a primera vista pero lo comparaba con esta cita ya que temí por mi futura salud emocional, solo había tenido un novio que sinceramente me encanto y las cosas no terminaron del todo bien, claro yo quede como la mala por tomar las riendas y cortar por lo sano. Estaba confundida tenía miles de pensamientos pero demoraba en interconectarse, “respirar y permitirse pensar era la clave para encontrar la respuesta” pequeño gran enorme detalle, no podía concentrarme. Todavía sentía el sabor de sus labios y mi lengua recordaba cada espacio de su boca e incluso la textura de su lengua, mordí mi mejilla internando distraerme en el dolor, era como decía de cuando pruebas alcohol o drogas si consumes de más te hará daño, corres el riesgo de ser adictivo y depender de ello. No quería depender de él.
Me retorcía en espasmos que no conseguía aliviar, y mi ánimo lo sentía bajando gracias a el sentimiento de hallarme derrocada, me encabronaba perder, sentía mis ojos cristalizados, comprendí que no faltaría mucho para que mis lagrimas comenzaran a deslizarse, apreté los dientes. Quería golpearlo hasta saciarme, el era un tonto, bueno no lo era, simplemente necesitaba sentir que lo odiaba, necesitaba que me diera repelús tenerlo cerca y que sobre todas las cosas dejara de malograr mi noción. Tanto así que comencé a sentir nauseas debido al intenso ajetreo en mi vientre. No me extrañaba si estaba pálida debido al dolor y los nervios.
Por unos segundos quería gritar ¡quiero a mi mamá!, por dentro lloriqueaba como una bebé, mas cuando dijo que valió la pena, claro seguro se sentía triunfante por haberme destruido, solté otro quejido al sentir sus dedos, me hacía temblar como un flan, un jodido postre que terminaba siendo devorado luego de la cena, yo no quería ser un flan. Su lengua fue mortal, esta vez se me escapo un gemido y valla mierda que me tomo desprevenida. Demonios –ale…alej- demonios no conseguí hablar ya que este volvía a afirmar su frase. Me hallé cómoda entre sus brazos, cerré los ojos por unos segundos pero volví a abrirlos no debía acostumbrarme a él.
-tu estas siendo cruel…- conseguí decir luego de varios intentos, mis labios temblaban ya ni supe el motivo, el calor del sol ahora era mas achicharrante ya que con el de mi cuerpo me bastaba para morir de calor como para sumarle los rayos que el sol comenzaba a irradiar. Sí existía un Dios castigador, estaba dándome un buen escarmiento. ¿Quererme para el? La pregunta correcta era ¿en que sentido?, le mire aturdida, no desea ser usada solo para quemar ansias y vale que si deseaba acabar con esto que me torturaba pero no quería sucumbir ante los deseos. ¿Intentarlo una vez más? Sería ponerme la soga al cuello si se lo permitía. Entonces sentía las lagrimas de enfado recorrer mi rostro.
-Yo … yo .. no creo que sea lindo que te burles así de mí- replique mientras mis manos se deslizaban a lo largo de los brazos de este hasta subir a sus hombros y clavar mis uñas cortas en su piel –no se a que chicas estas acostumbrada pero yo no soy de colección- cerré los ojos con fuerza, sus labios eran tan tentadores que me sentía en la lucha contra un demonio y sus artimañas. Mis dedos se enredaron en su cabello tirándolo hacia mí pero después las palmas de mi mano acariciaron su pecho, hice una mueca y lo empuje despacio escapándome de su agarre, me puse de pie tambaleante, como si hubiera bebido, estaba mareada, me vi obligada a sentarme otra vez, flexione las rodillas para apoyar mi frente en estas y rodear mis piernas con las manos. Necesitaba sentirme segura de alguna forma.
-deja de burlarme o….- lloriquee - o te golpeare hasta que pidas no haberme hecho sufrir- me pase una de las manos por el cabello como si esto me ayudara a pensar u armarme de valor para romperle la cara
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Cruel? Cruel?
Alcé las cejas bastante sorprendido de que lo dijera, pero que realmente pudiera creer que me estaba burlando de ella solo me daba más en que pensar. Cuando tu pensabas que se burlaban de ti era por que tenías problemas con tu autoestima o mismo que lo habías pasado mal en alguna que otra relación. En este caso, me daba más en pensar en la primera, cosa que me extrañaba muchísimo. A menudo, había chicas guapísimas que creían que no lo eran, otras como Char, pensaba que la gente no podía sentirse atraído por completo con ella. Y por que no? No solo era preciosa, tenía un montón de carisma debajo de esa piel suave, mal humor como para luchar cuerpo a cuerpo con esos puñitos adorables que ahora se apoyaban en mi pecho. No pude evitar bajar la vista para mirar como tocaba mis brazos deslizándolos hasta los hombros, donde como no, hincaba las uñas como un gato. Sonreí pensando en ello, a pesar de decir que me burlaba, se comportaba como un bonito felino, y todo el mundo sabe, que cuando los gatos te hincan las uñas lentamente, es por que le gusta lo que le están haciendo. Sonreí sin quererlo, más que nada, por las bonitas vistas de su pelo desparramado por la toalla, su carita paliducha con una mueca inocente, en las mejillas, lágrimas. Tragué saliva empezando a sentirme culpable, bajando la mirada por sus labios mientras hablaba. Tenía toda la razón, de muñeca de colección no serviría de nada, aun que bien se podía comparar con una de porcelana.
Tiró de mi cabello de nuevo, sintiendo como si agarrara una puta peluca que quisiera sacar, pero tampoco lo hacía con rudeza o fuerza, simplemente tiraba hasta que me acercase, de nuevo me empujó, como una buena chica bipolar que era y se movió a un lado para salir. En principio no le dejaría, pero sería una tontería sabiendo que desde el principio tenía pensado dejar que lo hiciera. Entrecerré los ojos mirando como se levantaba y se volvía a sentar. Era como una niña pequeña, por que no quería irse, quería el caramelo, lo quería para ella aun que su cabeza le dijese que era diabética y que no podía.
Apoyé los antebrazos mirándola desde mi posición de tumbado, observando como se encogía en ella al mismo tiempo que mi estómago se achicaba. Alcé las cejas, mi reacción no podía ser así, pero que cojones, daba igual, lo era y punto, tenía que aceptarlo. Me levanté llendo hacia ella, rozando con suavidad su cabeza, atrapando sus muñecas entre mis dedos para destaparla de encima de su cabeza. Mordí el labio inferior, ladeando la cabeza mientras hincaba las rodillas delante de sus piernas. Agaché un poco mi cuerpo para rozar con mis labios sus piernas, intentando mirar sus ojos cuando moví mi mano hasta su mentón, alzándola para mirarle
-Vas a tener que golpearme, por que pienso burlarme de ti todo el tiempo- reí dejando que mis facciones se relajasen hasta convertirse en una sonrisa cariñosa para aliviar esa parte de ella miedosa, rozando el pulgar en su mejilla para mirar aquellos orbes verdes tan bonitos- deja de llorar, te ves mucho mejor riendo- moví las manos por sus piernas para girarla un poco y así poder abrazarla con más comodidad- vamos a hacer una cosa, tu dejas de imaginarte que me burlo, y yo no te beso hasta que me lo pidas- reí con tranquilidad sentándome a su lado mientras pasaba los brazos por su cuerpo para subirla a mis piernas. Apenas pesaba un poco, por lo que cogerla no tuvo dificultad. Sabía que quería un espacio, una protección que le acababa de quitar probablemente, pero.. no podía.
Ladeé la cabeza para mirar si estaba enfadada por haberle cogido como una niña, sonriendo para infundirle tranquilidad, esa que le había arrebatado. Si, era culpable, pero ahora, tendría que arreglarlo, no?
-Aún quieres golpearme?- pasé una de las manos por su brazo, observando como estaba sentadita sobre mis piernas dobladas, con su hombro en mi pecho y las mejillas todavías mojadas. Las limpié esperando a su reacción, pero solo quería darle calor, las tornas se habían cambiado. Era verdad que me atraía, que quería hacer más cosas con ella que solamente estar a su lado, pero también tenía una necesidad de apoyarla psicológicamente cuando se derrumbaba. Las sensaciones no se pueden sentir hasta que las tienes delante, y quizás con alguna gente necesitaran días, semanas o mismo años, pero a mi con esta tarde me llegaba para saber que quería descubrir mucho más de ella. Ahora mismo, saber si tenía novio era algo esencial, pero no me había gritado diciéndome "no me toques o mi novio te matará"
Alcé las cejas bastante sorprendido de que lo dijera, pero que realmente pudiera creer que me estaba burlando de ella solo me daba más en que pensar. Cuando tu pensabas que se burlaban de ti era por que tenías problemas con tu autoestima o mismo que lo habías pasado mal en alguna que otra relación. En este caso, me daba más en pensar en la primera, cosa que me extrañaba muchísimo. A menudo, había chicas guapísimas que creían que no lo eran, otras como Char, pensaba que la gente no podía sentirse atraído por completo con ella. Y por que no? No solo era preciosa, tenía un montón de carisma debajo de esa piel suave, mal humor como para luchar cuerpo a cuerpo con esos puñitos adorables que ahora se apoyaban en mi pecho. No pude evitar bajar la vista para mirar como tocaba mis brazos deslizándolos hasta los hombros, donde como no, hincaba las uñas como un gato. Sonreí pensando en ello, a pesar de decir que me burlaba, se comportaba como un bonito felino, y todo el mundo sabe, que cuando los gatos te hincan las uñas lentamente, es por que le gusta lo que le están haciendo. Sonreí sin quererlo, más que nada, por las bonitas vistas de su pelo desparramado por la toalla, su carita paliducha con una mueca inocente, en las mejillas, lágrimas. Tragué saliva empezando a sentirme culpable, bajando la mirada por sus labios mientras hablaba. Tenía toda la razón, de muñeca de colección no serviría de nada, aun que bien se podía comparar con una de porcelana.
Tiró de mi cabello de nuevo, sintiendo como si agarrara una puta peluca que quisiera sacar, pero tampoco lo hacía con rudeza o fuerza, simplemente tiraba hasta que me acercase, de nuevo me empujó, como una buena chica bipolar que era y se movió a un lado para salir. En principio no le dejaría, pero sería una tontería sabiendo que desde el principio tenía pensado dejar que lo hiciera. Entrecerré los ojos mirando como se levantaba y se volvía a sentar. Era como una niña pequeña, por que no quería irse, quería el caramelo, lo quería para ella aun que su cabeza le dijese que era diabética y que no podía.
Apoyé los antebrazos mirándola desde mi posición de tumbado, observando como se encogía en ella al mismo tiempo que mi estómago se achicaba. Alcé las cejas, mi reacción no podía ser así, pero que cojones, daba igual, lo era y punto, tenía que aceptarlo. Me levanté llendo hacia ella, rozando con suavidad su cabeza, atrapando sus muñecas entre mis dedos para destaparla de encima de su cabeza. Mordí el labio inferior, ladeando la cabeza mientras hincaba las rodillas delante de sus piernas. Agaché un poco mi cuerpo para rozar con mis labios sus piernas, intentando mirar sus ojos cuando moví mi mano hasta su mentón, alzándola para mirarle
-Vas a tener que golpearme, por que pienso burlarme de ti todo el tiempo- reí dejando que mis facciones se relajasen hasta convertirse en una sonrisa cariñosa para aliviar esa parte de ella miedosa, rozando el pulgar en su mejilla para mirar aquellos orbes verdes tan bonitos- deja de llorar, te ves mucho mejor riendo- moví las manos por sus piernas para girarla un poco y así poder abrazarla con más comodidad- vamos a hacer una cosa, tu dejas de imaginarte que me burlo, y yo no te beso hasta que me lo pidas- reí con tranquilidad sentándome a su lado mientras pasaba los brazos por su cuerpo para subirla a mis piernas. Apenas pesaba un poco, por lo que cogerla no tuvo dificultad. Sabía que quería un espacio, una protección que le acababa de quitar probablemente, pero.. no podía.
Ladeé la cabeza para mirar si estaba enfadada por haberle cogido como una niña, sonriendo para infundirle tranquilidad, esa que le había arrebatado. Si, era culpable, pero ahora, tendría que arreglarlo, no?
-Aún quieres golpearme?- pasé una de las manos por su brazo, observando como estaba sentadita sobre mis piernas dobladas, con su hombro en mi pecho y las mejillas todavías mojadas. Las limpié esperando a su reacción, pero solo quería darle calor, las tornas se habían cambiado. Era verdad que me atraía, que quería hacer más cosas con ella que solamente estar a su lado, pero también tenía una necesidad de apoyarla psicológicamente cuando se derrumbaba. Las sensaciones no se pueden sentir hasta que las tienes delante, y quizás con alguna gente necesitaran días, semanas o mismo años, pero a mi con esta tarde me llegaba para saber que quería descubrir mucho más de ella. Ahora mismo, saber si tenía novio era algo esencial, pero no me había gritado diciéndome "no me toques o mi novio te matará"
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Estaba mostrando una parte de mi que no acostumbraba a dejar salir, de repente recordé aquellos días de septiembre hace unos 5 años atrás cuando perdí a la persona que realmente me amaba y valla que me sentí devastada intentando recoger lo poco que me quedaba de fuerzas, como cuando un huracán daña todo a su paso y los damnificados contemplan la rapidez con la cual varios años de esfuerzo se esfumaron en un parpadeo sutil, como toda niña tuve terror sentía como si mi barco en medio océano se haya quedado sin coordenadas, totalmente desorientada. Ahora no perdí a nadie lo que me afecto es sentir como si el pelirrojo y yo fuéramos una especie de imanes de esos que la fuerza los atrae tanto que terminan chocando. ¿Por qué me preocupaba? Simple y sencillo: Yo era de las personas que construyen un perímetro con las personas que amo y me rodean, lamentablemente aunque no lo demostrase. Es decir si me quitas a mi mejor amigo dudo que pudiera volver a reír ya que era la persona más cercana a mí.
La vida es una aventura, yo era una especie de chica nómada que no quería sentirse muy atada aunque debía reconocer que desde que llegue a harvard me era difícil ausentarme demasiado ya que tenía personas increíbles alrededor, no me gustaba admitirlo que me sentía como en casa aunque claro cuando todo iba tan callado y rutinario me agobiaba y me jodía demasiado. Ahora tenía delante de mis ojos un chico extraño, no en el sentido de desconocido, me refería a la definición de “no los encuentras mucho por ahí”, que si sentí cierta atracción por algunos en las paredes de la facultad, sí, pero no fue para nada como la actual sensación torturante que alentaba Edik en mi. Tenía su toque de chico malo y no esperaba que me dejara ver mas allá hasta que escuche sus palabras acompañadas de sus suaves caricias que parecían una especie de dulce arrullo, Me pregunto si él me complicaba todo o simplemente era yo la culpable. Apreté mis manos con fuerza entorno a los piernas estaba consiguiendo pensar pero no lograba aún abordar exactamente a que temía, mis pensamientos a veces podrían salir en pequeños chorros hasta que fluyan normal.
Solo debía irme pero tampoco quería, solté un débil gruñido—jodida masoquista que eres Lorayne— entonces sentí que unas manos rodearon mis muñecas, supe de quienes eran antes de mirar al pelirrojo frente de mí, sentí un vuelco en el corazón—porque te alegras si te confunde?— me regañe mentalmente mientras lo observaba en silencio, la delicadeza de sus labios sobre mis rodillas eran inigualable, mas suave que rozar un algodón sobre tu piel. Entonces sus palabras me daban curiosidad, deseaba conocer mas de “Weasley” quizás asi se aplacarían mis miedos, guarde silencio pero le respondí con una débil sonrisa.
El chico estaba teniendo el poder de agarrarme y moverme como si nada ya que en segundos me hallaba sentada sobre sus piernas, no gruñí ni me resistí por que lo encontré cómodo, ahora sentía cierta especie de protección, sus palabras si fueron algo mágicas después de todo, ahora el muchacho ya había cruzado la valla invisible, levante la mano algo dudosa para rozar su rostro suavemente con la yema de mis dedos al mismo tiempo que negaba como respuesta a su pregunta— no deseo golpearte, necesito saber mas de ti— pensé mientras me mordía el labio. Solté un suspiro y desvié la mirada. No quería mal interpretar sus palabras como ya una vez lo hice en momentos de confusión, lo peor es que esa persona me soltó cosas que creí a mi favor cuando en realidad me estaba mandando al pozo.
Me dio la necesidad de rozar sus labios a la vez de susurrarle y decirle o mas bien pedirle que me cuente más de él no obstante no lo hice, fruncí el ceño y tome aire, estaba siendo muy débil, negué un poco – si mencionas que me has visto llorar, te abriré el estomago, sacaré tus órganos y los venderé en el mercado negro – le amenacé soltando una suave risa.
– realmente me aturdes, te conozco de ahora pero me haces sentir como si te conociera desde hace mucho— susurré con una mueca en los labios, era difícil de creer y para mí era complicado pensar que pudiera hallarme asi de comoda con gente desconocida ¿Qué pasaría si esta así como llegaba se alejaba? Ese era mi mayor temor, perder a los que quiero.
Levante la mirada para observar su rostro detuve mi dedo índice cerca de sus labios mas suaves que el algodón ¿ como podría compararlos?¿seda o terciopelo, cual era mejor y mas delicada al tacto? , ahí estaba el golpeteo frenético de mis latidos, reí nerviosa y retiré el dedo que demoró en hacer caso mi orden de distanciarse.
La vida es una aventura, yo era una especie de chica nómada que no quería sentirse muy atada aunque debía reconocer que desde que llegue a harvard me era difícil ausentarme demasiado ya que tenía personas increíbles alrededor, no me gustaba admitirlo que me sentía como en casa aunque claro cuando todo iba tan callado y rutinario me agobiaba y me jodía demasiado. Ahora tenía delante de mis ojos un chico extraño, no en el sentido de desconocido, me refería a la definición de “no los encuentras mucho por ahí”, que si sentí cierta atracción por algunos en las paredes de la facultad, sí, pero no fue para nada como la actual sensación torturante que alentaba Edik en mi. Tenía su toque de chico malo y no esperaba que me dejara ver mas allá hasta que escuche sus palabras acompañadas de sus suaves caricias que parecían una especie de dulce arrullo, Me pregunto si él me complicaba todo o simplemente era yo la culpable. Apreté mis manos con fuerza entorno a los piernas estaba consiguiendo pensar pero no lograba aún abordar exactamente a que temía, mis pensamientos a veces podrían salir en pequeños chorros hasta que fluyan normal.
Solo debía irme pero tampoco quería, solté un débil gruñido—jodida masoquista que eres Lorayne— entonces sentí que unas manos rodearon mis muñecas, supe de quienes eran antes de mirar al pelirrojo frente de mí, sentí un vuelco en el corazón—porque te alegras si te confunde?— me regañe mentalmente mientras lo observaba en silencio, la delicadeza de sus labios sobre mis rodillas eran inigualable, mas suave que rozar un algodón sobre tu piel. Entonces sus palabras me daban curiosidad, deseaba conocer mas de “Weasley” quizás asi se aplacarían mis miedos, guarde silencio pero le respondí con una débil sonrisa.
El chico estaba teniendo el poder de agarrarme y moverme como si nada ya que en segundos me hallaba sentada sobre sus piernas, no gruñí ni me resistí por que lo encontré cómodo, ahora sentía cierta especie de protección, sus palabras si fueron algo mágicas después de todo, ahora el muchacho ya había cruzado la valla invisible, levante la mano algo dudosa para rozar su rostro suavemente con la yema de mis dedos al mismo tiempo que negaba como respuesta a su pregunta— no deseo golpearte, necesito saber mas de ti— pensé mientras me mordía el labio. Solté un suspiro y desvié la mirada. No quería mal interpretar sus palabras como ya una vez lo hice en momentos de confusión, lo peor es que esa persona me soltó cosas que creí a mi favor cuando en realidad me estaba mandando al pozo.
Me dio la necesidad de rozar sus labios a la vez de susurrarle y decirle o mas bien pedirle que me cuente más de él no obstante no lo hice, fruncí el ceño y tome aire, estaba siendo muy débil, negué un poco – si mencionas que me has visto llorar, te abriré el estomago, sacaré tus órganos y los venderé en el mercado negro – le amenacé soltando una suave risa.
– realmente me aturdes, te conozco de ahora pero me haces sentir como si te conociera desde hace mucho— susurré con una mueca en los labios, era difícil de creer y para mí era complicado pensar que pudiera hallarme asi de comoda con gente desconocida ¿Qué pasaría si esta así como llegaba se alejaba? Ese era mi mayor temor, perder a los que quiero.
Levante la mirada para observar su rostro detuve mi dedo índice cerca de sus labios mas suaves que el algodón ¿ como podría compararlos?¿seda o terciopelo, cual era mejor y mas delicada al tacto? , ahí estaba el golpeteo frenético de mis latidos, reí nerviosa y retiré el dedo que demoró en hacer caso mi orden de distanciarse.
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Por el momento, no había dicho nada, no se había enfadado y ni siquiera se había negado a que le moviera para ponerla sobre mi, al revés, se le veía especialmente cómoda, lo que me llenaba de agrado aun que no lo quisiera aceptar. Una cosa era aceptar que ya me gustaba, otra cosa era sentirme orgulloso por ello. Mordí el labio inferior mirándola con curiosidad, escuchando sus respiraciones todavía agitadas, mirando el traqueteo de su corazón en sus bien formados pechos. Eran tan redondeados y firmes que me apetecía pasar la mano por ellos, pero eso si que no lo haría. Soltó un suspiro y miré como dejaba de mirarme, pero pronto frunció su ceño, como hacía cuando pensaba o algo no le salía bien, observando como cogía aire para soltarme una de sus palabras desafiantes. Sonreí sin poder evitarlo cuando lo hizo, era una chica a la que podía saber sus movimientos sin necesidad de pensarlos mucho, pero aún así, me daba la impresión de que me sorprendería en incontables ocasiones.
-Lo harías?- alcé las cejas divertido deslizando las manos por su piel del hombro, mirándola con cierta curiosidad. La tenía en mis brazos y no se movía, se sentía a gusto ahí por lo que no haría mucha cosa para que saliera. Simplemente, me apetecía verla así, aun que agradecía cuando sonreía de nuevo, se veía mejor, mucho mejor. Tentador.. realmente tentador era contarlo para saber de su reacción, pero no sabía por que, me daba la impresión de que si lo hacía perdería una confianza recientemente ganada, y todo el mundo sabe, que perderla es inmediata, pero adquirirla... costaba mucho. Las segundas oportunidades solían ser siempre fallidas, así que necesitaba la primera, por salud mental y quizás física.
Susurró algo más, pero me perdía en sus labios al moverse, escuchando como hablaba con el corazón a mil por hora. Era lo que sentía yo, pero salido con sus propias palabras me sorprendía bastante. Eso que significaba para mi? Mordí el labio inferior sabiendo que por lo menos era positivo en cierto modo, y volvió a darme un salto dentro de mis costillas cuando me miró. Sonreí de nuevo y la apreté con suavidad su cuerpo a modo abrazo, respondiendo a su afirmación con una sonrisa tranquila, demostrando que me pasaba lo mismo sin una sola palabra. Decirlo solo me haría más débil? No, pero era una afirmación demasiado seria, demasiado real.
Miré sus ojos verdes embelesado, besando el dedo que rozaba mis comisuras al moverme, atrapando su mano con la mía para abrila y besar el medio de su palma, asporando su aroma de frío intenso de sus dedos largos y finos. Dejé que la sonrisa me invadiera, más amplia que antes a medida que reía y sacaba la mano.
-Entonces.. el domingo sigue en pie la cita?- pregunté apoyando mi mejilla contra su frente y miraba el horizonte. Ya tenía ganas de que fuera ese día y todavía faltaba un tiempo.
-Lo harías?- alcé las cejas divertido deslizando las manos por su piel del hombro, mirándola con cierta curiosidad. La tenía en mis brazos y no se movía, se sentía a gusto ahí por lo que no haría mucha cosa para que saliera. Simplemente, me apetecía verla así, aun que agradecía cuando sonreía de nuevo, se veía mejor, mucho mejor. Tentador.. realmente tentador era contarlo para saber de su reacción, pero no sabía por que, me daba la impresión de que si lo hacía perdería una confianza recientemente ganada, y todo el mundo sabe, que perderla es inmediata, pero adquirirla... costaba mucho. Las segundas oportunidades solían ser siempre fallidas, así que necesitaba la primera, por salud mental y quizás física.
Susurró algo más, pero me perdía en sus labios al moverse, escuchando como hablaba con el corazón a mil por hora. Era lo que sentía yo, pero salido con sus propias palabras me sorprendía bastante. Eso que significaba para mi? Mordí el labio inferior sabiendo que por lo menos era positivo en cierto modo, y volvió a darme un salto dentro de mis costillas cuando me miró. Sonreí de nuevo y la apreté con suavidad su cuerpo a modo abrazo, respondiendo a su afirmación con una sonrisa tranquila, demostrando que me pasaba lo mismo sin una sola palabra. Decirlo solo me haría más débil? No, pero era una afirmación demasiado seria, demasiado real.
Miré sus ojos verdes embelesado, besando el dedo que rozaba mis comisuras al moverme, atrapando su mano con la mía para abrila y besar el medio de su palma, asporando su aroma de frío intenso de sus dedos largos y finos. Dejé que la sonrisa me invadiera, más amplia que antes a medida que reía y sacaba la mano.
-Entonces.. el domingo sigue en pie la cita?- pregunté apoyando mi mejilla contra su frente y miraba el horizonte. Ya tenía ganas de que fuera ese día y todavía faltaba un tiempo.
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Si me preguntaran que vi en Edik me tomaría varios minutos responder ya que ambos teníamos cierta personalidad extraña o al menos eso deduje es decir nadie en sus cabales se acercaría otra vez a una chica que claramente le abofeteo, no todos los hombres se detenían a mirarte fijamente e intentaban saber el más allá de una acción realizada por una chica, vamos como cuando hechas charla y esa persona te gusta algunas toquetean su cabello de manera sutil o pasan acomodándose la ropa, yo como espécimen no reconocido tendía a mostrarme algo gruñona, hacer tonterías que quizás los llevaría a preguntarse si realmente era chica. Por el contrario él me daba cierta sensación inexplicable, vamos por amor a cristo nadie debía pedirme que hallara las palabras apropiadas por que ninguna le haría justicia, me rasque la cabeza suavemente, antes de responder su pregunta que por cierto me hizo mucha gracia y no pude evitar soltar una risa.
Reí levantando las cejas como diciéndole “¿tu me crees capaz?” para después mostrar un gesto lo mas infantil e inocente, estando mas tranquila podía comenzar a tomar seguridad de que hacer o decir, claro que la tenía cuando recién lo conocí pero comencé a tambalear con el roce de su piel para después terminar como ahora. Lo sé es complicado pero bueno creo que no debo repetir que soy Charles Lorayne. Mis ojos no podían despegarse de sus reacciones faciales acompañadas de sus apretones o caricias como cuando deslizaba su mano sobre mi piel. Mordí mi labio mirándolo cuando poso los suyos en mi mano ¿Por qué debía ser tan adorablemente sexy?
Me incitaba a hacer o intentar violarlo, cosa que no sería tal si el aprovechaba para besarme como lo hizo anteriormente, trague saliva recordando el sabor de sus besos, sentí cosquilleos en mis mejillas (notorio de que debía estar ruborizándome), me hizo temblar un poco, pero hice una mueca tipo “confirmación de chica ruda” ante lo ultimo que dijo.
-Claro al menos de que me des razones para cancelarlo – reí y entonces caí en cuenta que podría tener las piernas adormecidas por tenerme sobre estas, me levante con cuidado y estire mis brazos hacia arriba, después le ofrecí la mano para ayudarlo a levantarse de la arena – quieres jugar a morir ahogado otra vez?- pregunte entre risas caminando hasta la orilla, deje mis pies cerca del mar, apenas , clavando mis dedos en la arena húmeda. Gire un poco el rostro para mirarlo con una sonrisa en los labios, ya me encontraba mucho mejor - si se cancela lo del domingo sera por que te ahogué -
Reí levantando las cejas como diciéndole “¿tu me crees capaz?” para después mostrar un gesto lo mas infantil e inocente, estando mas tranquila podía comenzar a tomar seguridad de que hacer o decir, claro que la tenía cuando recién lo conocí pero comencé a tambalear con el roce de su piel para después terminar como ahora. Lo sé es complicado pero bueno creo que no debo repetir que soy Charles Lorayne. Mis ojos no podían despegarse de sus reacciones faciales acompañadas de sus apretones o caricias como cuando deslizaba su mano sobre mi piel. Mordí mi labio mirándolo cuando poso los suyos en mi mano ¿Por qué debía ser tan adorablemente sexy?
Me incitaba a hacer o intentar violarlo, cosa que no sería tal si el aprovechaba para besarme como lo hizo anteriormente, trague saliva recordando el sabor de sus besos, sentí cosquilleos en mis mejillas (notorio de que debía estar ruborizándome), me hizo temblar un poco, pero hice una mueca tipo “confirmación de chica ruda” ante lo ultimo que dijo.
-Claro al menos de que me des razones para cancelarlo – reí y entonces caí en cuenta que podría tener las piernas adormecidas por tenerme sobre estas, me levante con cuidado y estire mis brazos hacia arriba, después le ofrecí la mano para ayudarlo a levantarse de la arena – quieres jugar a morir ahogado otra vez?- pregunte entre risas caminando hasta la orilla, deje mis pies cerca del mar, apenas , clavando mis dedos en la arena húmeda. Gire un poco el rostro para mirarlo con una sonrisa en los labios, ya me encontraba mucho mejor - si se cancela lo del domingo sera por que te ahogué -
Invitado- Invitado
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Sus mejillas se ruborizaban de manera sutil, casi con un rosáceo digno de un maquillaje que de el propio sonrojo en sí. Pero al mirar de nuevo a sus ojos, volví a sentir aquella extraña conexión que había experimentado desde el principio. No, no tenía ni idea de quien era esta chica, no sabría nada de ella, pero en cambio, tenía la impresión de que durante todo este tiempo había estado esperando a conocerle.
Se me erizó el pelo de la nuca ante aquel pensamiento, y a pesar de todo sentimiento de miedo o angustia que pudiera tener, aquel cosquilleo de temor en mis entrañas, también sentía euforia. Una euforia tan dulce como un buen vino, como la que sientes cuando eres pequeño y te regalan una piruleta gigante, tan embriagadora como desconcertante.
Por entonces, ya me había quedado engatusado en aquellos ojos verdes como para escuchar lo siguiente, pero no se como, conseguí escuchar parte de la esencia. Sonreí por que andaba idiotizado, no por otra cosa y dejé que me levantara aun que no pude evitar un mohín de injusticia. Si si si, injusticia, por que yo estaba muy cómodo con ella sobre mi y de repente, estaba de pie ofreciéndome la mano para levantarme. Alcé una ceja como quien no quiere la cosa y me levanté, limpiando las arenas de mi cuerpo aun que me costara pensar en qeu tenía que soltar su mano para ello. La observé dirigirse en pasos decididos a la playa y no pude reír con una carcajada ante el juego que ella proponía. Me quedé observando su espalda a medida que andaba, mirando la parsimonia de sus curvas por su cuerpo sonriendo cuando ella volvió a mirarme. Por lo menos, no se había dado cuenta que bajaba por sus caderas para quedarme parado unos segundos en su bien formado trasero. Reí colocándome a su lado y miré el horizonte colocando las manos de nuevo en los bolsillos, adoptando una posición relajada a la vez que movía un poco mi cabeza para observarle.
-O por que te ahogué yo...- murmuré con la voz más grave que antes, riendo a la vez que me agachaba de sopetón para mover la mano a modo pala y mojarle por entero. Ya estaba casi seca, así que el agua congelada ya podía hacerla gruñir como antes. Oh si, era muy masoca y quería verla enfadada, o mismo riendo, eran las dos mejores opciones del mundo en este instante. La mojé hasta la saciedad, aun que tenía ganas de abrazarla y llevármela al agua de nuevo.
Reí con tranquilidad observando el cambio de sus facciones, mirando como su sonrisa volvía a aparecer. Era de esperar que continuase el juego, no parecía una típica chica que pone morritos y se enfada para darse la vuelta e irse a la playa con un: "idiotaaa.." O al menos eso esperaba. No es que desechara a las chicas si eran tontitas, con más de una me había liado siendo así, pero por rarezas de la vida, ella no era de las que quisiera que lo fueran, me veía quizás un futuro con ella y esas cosas no eran de mi agrado. Aún así, creo que sería capaz de pasarlo por alto contando que podría tener millones de cosas buenas para tapar esa..
Pregunta que me hago y que te haces.. que cosas buenas había visto en ella?
Era increíble la atracción sexual que sentía por ella, eso no lo dudaba, y quizás a simple vista también se pudiera intuír que era por el gran masoquismo que tenía. Pero aparte de eso, me daba la impresión de que simplemente, era una extratarrestre comparada con las demás. Era diferente por completo y quizás era eso lo que más me atraía de ella. Quería conocerla y quería saber por que era una gruñosa sexy, por que me gustaba su sonrisa y aún más la manera de reír que tenía. Saber que necesitaba que la protegieran me hacía creer que podía ser su guardían, o quizás podía ser por que tenía la intuición de que no me aburriría, que no sería algo monótono. Podíamos estar un momento peleando y al siguiente, dándonos un beso.. y al acabar el beso, volviendo a pegarme de nuevo. Era algo masoquista, como bien dije, pero no era común...
Se me erizó el pelo de la nuca ante aquel pensamiento, y a pesar de todo sentimiento de miedo o angustia que pudiera tener, aquel cosquilleo de temor en mis entrañas, también sentía euforia. Una euforia tan dulce como un buen vino, como la que sientes cuando eres pequeño y te regalan una piruleta gigante, tan embriagadora como desconcertante.
Por entonces, ya me había quedado engatusado en aquellos ojos verdes como para escuchar lo siguiente, pero no se como, conseguí escuchar parte de la esencia. Sonreí por que andaba idiotizado, no por otra cosa y dejé que me levantara aun que no pude evitar un mohín de injusticia. Si si si, injusticia, por que yo estaba muy cómodo con ella sobre mi y de repente, estaba de pie ofreciéndome la mano para levantarme. Alcé una ceja como quien no quiere la cosa y me levanté, limpiando las arenas de mi cuerpo aun que me costara pensar en qeu tenía que soltar su mano para ello. La observé dirigirse en pasos decididos a la playa y no pude reír con una carcajada ante el juego que ella proponía. Me quedé observando su espalda a medida que andaba, mirando la parsimonia de sus curvas por su cuerpo sonriendo cuando ella volvió a mirarme. Por lo menos, no se había dado cuenta que bajaba por sus caderas para quedarme parado unos segundos en su bien formado trasero. Reí colocándome a su lado y miré el horizonte colocando las manos de nuevo en los bolsillos, adoptando una posición relajada a la vez que movía un poco mi cabeza para observarle.
-O por que te ahogué yo...- murmuré con la voz más grave que antes, riendo a la vez que me agachaba de sopetón para mover la mano a modo pala y mojarle por entero. Ya estaba casi seca, así que el agua congelada ya podía hacerla gruñir como antes. Oh si, era muy masoca y quería verla enfadada, o mismo riendo, eran las dos mejores opciones del mundo en este instante. La mojé hasta la saciedad, aun que tenía ganas de abrazarla y llevármela al agua de nuevo.
Reí con tranquilidad observando el cambio de sus facciones, mirando como su sonrisa volvía a aparecer. Era de esperar que continuase el juego, no parecía una típica chica que pone morritos y se enfada para darse la vuelta e irse a la playa con un: "idiotaaa.." O al menos eso esperaba. No es que desechara a las chicas si eran tontitas, con más de una me había liado siendo así, pero por rarezas de la vida, ella no era de las que quisiera que lo fueran, me veía quizás un futuro con ella y esas cosas no eran de mi agrado. Aún así, creo que sería capaz de pasarlo por alto contando que podría tener millones de cosas buenas para tapar esa..
Pregunta que me hago y que te haces.. que cosas buenas había visto en ella?
Era increíble la atracción sexual que sentía por ella, eso no lo dudaba, y quizás a simple vista también se pudiera intuír que era por el gran masoquismo que tenía. Pero aparte de eso, me daba la impresión de que simplemente, era una extratarrestre comparada con las demás. Era diferente por completo y quizás era eso lo que más me atraía de ella. Quería conocerla y quería saber por que era una gruñosa sexy, por que me gustaba su sonrisa y aún más la manera de reír que tenía. Saber que necesitaba que la protegieran me hacía creer que podía ser su guardían, o quizás podía ser por que tenía la intuición de que no me aburriría, que no sería algo monótono. Podíamos estar un momento peleando y al siguiente, dándonos un beso.. y al acabar el beso, volviendo a pegarme de nuevo. Era algo masoquista, como bien dije, pero no era común...
Edik B. Denís- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: La monotonía genera aburrimiento {Libre}
Edik sin lugar a dudas era de esas personas que por casualidades de la vida de encontrabas, entonces deseabas que no terminara el día, deseabas desconectar de cierta manera la línea de tiempo, pero por mucho que lo desearas sabes que es imposible, el tiempo no tiene compasión solo avanza… nunca se detiene y si así lo sientes es por que estas muerto, por intentar compararlo de alguna manera. De poder las personas pausar o retroceder quizás y se cambiarían ciertos eventos importantes para tu vida, por ello debía aceptar que el día no era eterno asimismo como nos encontramos deberíamos despedirnos y aguardar hasta el domingo, claro que nos veríamos en clases pero no sería igual.
Creo.
Entonces mi corazón se aceleró ¿Qué pasaba con sus palabras anteriores de querer conocerme? “yo tampoco te conozco, pero creo que ya te quiero para mi...” ¿se olvidaría de ello al pasar de los días y llegar hasta el día acordado? Mordí mi labio inferior, ahora comprendí que los latidos frenéticos eran de miedo un miedo irracional ya que temía perder a alguien que ni siquiera era mío. Moría de ganas por que el chico tomara valor otra vez para mezclar sus labios contra los míos en un ritmo de notable intensidad por parte de ambos. Si los besos intensos dieran como resultado lo que obtienes por no usar preservativo yo estuviera preocupada ya por… ¿Qué mierda estaba pensando? Venga… debía… El agua fría toco mi piel al instante que termino su frase, solté un gruñido pero para ser franca me agrado seguirle el juego claro esta que él salpicaba de manera mas brusca –Ya quisieras- murmuré cerrando un poco los ojos, sin dejar de mover mis manos y entre ratos girar el rostro cuidando de que no entrara aquella molesta agua salada que hacía irritarme la visión.
– Edik con este sol, arena, mar y tu roja cabellera me recuerdas la película de la sirenita- canturree por joderlo, amaba ver su ceño fruncido ¿ya mencione que era masoquista? Él en pocas horas abarco muchos puntos e interés de mi parte sin contar que mis hormonas se alocaban de una manera vergonzosa. Lo quería, no me hagas explicarte por qué pero sentía que era la persona indicada, ya saben de esas que dicen en las estúpidas películas, de las cuales me daba risa pensar lo poco razonable que era sentirse así por un extraño, ahora la vida me daba una lección, nunca digas nunca por que puede pasarte.
Ahora mismo me daba igual sentirme una estúpida haciendo el idiota, aunque bueno en realidad parecíamos dos niños jugando como si nunca hubieran estado en la playa, me acerqué varias veces asu rostro con excusas estúpidas pero solo era para sentir mas cerca su respiración, hasta me endulzaba respirando su aliento cálido y dulce era como cuando haces una tarta y el olor de la masa caliente invade toda tu cocina, entonces cierras los ojos y ya puedes sentir como si te hallaras comiendo un trozo de la misma. Pues estar cerca en cierto punto me hacía soñar con que tenía una lucha de sus labios contra los míos.
Todo lo bueno tiene su final, en eso consistía vivir, quizás hasta los momentos malos eran mas largos que los llevaderos pero solo así podrías valorarla, tener una vida no consistía en llenar sus pulmones de aire, era mucho mas allá, hoy aquel pelirrojo fue como luego de un intenso frío ir a la mas cálida playa a sentir los rayos del sol luego de unos largos meses de invierno. Fue como disfrutar de hermoso un ocaso. Hice un mohín cuando vi lo tarde que era, pelee con mi interior para no tener que alejarme de él, por lo cual le sugerí marcharnos juntos de la playa hasta que cada quien tomara su rumbo a sus correspondientes departamentos.
Así termino el extraño pero estimulando día. Nada monótono para mi amado gusto
Creo.
Entonces mi corazón se aceleró ¿Qué pasaba con sus palabras anteriores de querer conocerme? “yo tampoco te conozco, pero creo que ya te quiero para mi...” ¿se olvidaría de ello al pasar de los días y llegar hasta el día acordado? Mordí mi labio inferior, ahora comprendí que los latidos frenéticos eran de miedo un miedo irracional ya que temía perder a alguien que ni siquiera era mío. Moría de ganas por que el chico tomara valor otra vez para mezclar sus labios contra los míos en un ritmo de notable intensidad por parte de ambos. Si los besos intensos dieran como resultado lo que obtienes por no usar preservativo yo estuviera preocupada ya por… ¿Qué mierda estaba pensando? Venga… debía… El agua fría toco mi piel al instante que termino su frase, solté un gruñido pero para ser franca me agrado seguirle el juego claro esta que él salpicaba de manera mas brusca –Ya quisieras- murmuré cerrando un poco los ojos, sin dejar de mover mis manos y entre ratos girar el rostro cuidando de que no entrara aquella molesta agua salada que hacía irritarme la visión.
– Edik con este sol, arena, mar y tu roja cabellera me recuerdas la película de la sirenita- canturree por joderlo, amaba ver su ceño fruncido ¿ya mencione que era masoquista? Él en pocas horas abarco muchos puntos e interés de mi parte sin contar que mis hormonas se alocaban de una manera vergonzosa. Lo quería, no me hagas explicarte por qué pero sentía que era la persona indicada, ya saben de esas que dicen en las estúpidas películas, de las cuales me daba risa pensar lo poco razonable que era sentirse así por un extraño, ahora la vida me daba una lección, nunca digas nunca por que puede pasarte.
Ahora mismo me daba igual sentirme una estúpida haciendo el idiota, aunque bueno en realidad parecíamos dos niños jugando como si nunca hubieran estado en la playa, me acerqué varias veces asu rostro con excusas estúpidas pero solo era para sentir mas cerca su respiración, hasta me endulzaba respirando su aliento cálido y dulce era como cuando haces una tarta y el olor de la masa caliente invade toda tu cocina, entonces cierras los ojos y ya puedes sentir como si te hallaras comiendo un trozo de la misma. Pues estar cerca en cierto punto me hacía soñar con que tenía una lucha de sus labios contra los míos.
Todo lo bueno tiene su final, en eso consistía vivir, quizás hasta los momentos malos eran mas largos que los llevaderos pero solo así podrías valorarla, tener una vida no consistía en llenar sus pulmones de aire, era mucho mas allá, hoy aquel pelirrojo fue como luego de un intenso frío ir a la mas cálida playa a sentir los rayos del sol luego de unos largos meses de invierno. Fue como disfrutar de hermoso un ocaso. Hice un mohín cuando vi lo tarde que era, pelee con mi interior para no tener que alejarme de él, por lo cual le sugerí marcharnos juntos de la playa hasta que cada quien tomara su rumbo a sus correspondientes departamentos.
Así termino el extraño pero estimulando día. Nada monótono para mi amado gusto
¿The End?
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